Epílogo

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El único ojo de Zoro hacia un tic por el estrés que estaba sintiendo, las miradas se posaron sobre ella, incluso podría cubrirse del brillo que tenían cada una.

— ¿Por qué Akagami está aquí? —Gruño molesta mientras intentaba moverse en el pesado vestido blanco.

— ¿Ah? Porque soy tu padre —Se cruzó de brazos, libero una de sus manos haciendo un ademán para que ella diera la vuelta—. Además, Hawky me prohibió ir con Sanji porque... Cree que podría ahorcarlo con una corbata —Susurró con molestia, Pudding rió ligeramente.

— ¿Qué te parece ese Zoro-san? Me gusta como se ve en ti, ¿Qué dices tú Nami-san? —Nami analizaba a la peliverde que parecía que en cualquier momento se iba arrancar la prenda, negó con la cabeza volteando a ver a Robin.

— Me gusta —Entrecerró sus ojos, poniendo una de sus manos sobre su mejilla—. ¿Qué dices tú, Zoro?

— No me gusta, es muy apretado —Intento aflojar el corset, escuchando la suave risa de Reiju—. ¿Qué?

— Estaba hablando con Perona sobre cómo le gustaría a ella que fuese su vestido, y pensé que quizás podrías diseñar tu propio vestido —Cruzó sus piernas, mientras veía a todas las chicas y Shanks—. Tenemos tiempo para la boda, podría conseguir a alguien capaz de crear uno en poco tiempo.

— Esa idea me gusta más que estos vestidos tan grandes —Asintió ella, volteando a ver a la encargada para pedirle con la mirada que le ayudará a aflojar las cuerdas del corset—. Pero no se dibujar.

— ¡Pero yo sí! —Chilló con alegría Nami asustando a Vivi—. Estaría más que encantada de diseñar tu vestido —Zoro la miro con las cejas fruncidas y Nami puso los ojos en blanco—. No pienso pedirte dinero.

Zoro asintió mientras caminaba hacia los probadores para quitarse el vestido, sintió satisfacción cuando sus costillas fueron liberadas de la presión del vestido, se volvió a poner su ropa deportiva y su haramaki para salir rápidamente del lugar junto a todas sus amigas y su pelirrojo padre.

— ¿Entonces por qué no vamos a un café a hablar sobre cómo quieres tu vestido? —Zoro levanto una ceja, Shanks se acercó a ella para tomarla del antebrazo.

— ¿Iremos todas? Somos demasiadas —Rascó su nuca con su mano libre, mientras salían del edificio, dándole una última vista al aparador del lugar.

— Bueno tienes razón, ¿Lo dejamos para otro día?

— Tiene que ser pronto, la boda es en dos semanas —Informó Reiju, Nami asintió tomando la mano de Vivi, se despidió de todos y se fueron—. Me pondré en contacto con un diseñador, les aviso cuando lo consiga —Volteó a ver a Pudding—. ¿Te llevo?

— E-eh no, tengo una cita con alguien, pero gracias —Sonrió amablemente con sus mejillas sonrojadas, Reiju sonrió y asintió.

— Entonces me voy, necesito arreglar algunos asuntos pendientes con la situación de Niji —Informó la pelirosa caminando hacia su auto, Robin también se marchó hacia una librería, dejando a la pequeña familia.

— Zoro...—Perona captó la atención de ambos integrantes de la familia—. Creo que deberías dejar de comer un poco, en el último vestido note que te ves un poco anchita —Zoro se crispó girando a ver a su hermana mayor con molestia—. No me mires así.

— Tranquilas, no peleen, ¿Por qué no vamos a tomar un café? Una tarde de padre e hijas, ¿Qué les parece?

— Me parece genial —Se aferró al otro brazo de Shanks, y los tres caminaban hacia una cafetería.

La tarde había paso rápidamente, todo el ambiente entre los tres había sido agradable, excepto cuando Perona le intento quitar a la peliverde su pequeño postre de limón.

Little green【Sanzo】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora