Capitulo ocho

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Cuatro días habían pasado desde aquel evento en el dojo, Sanji no había vuelto a ver a Zoro, ella estaba enojada con él por volver a defenderla.

— ¿Qué diablos te ocurre Berenjena? No estás dando lo mejor de ti estos días, ¿Debería darte un descanso?

— ¡No! Estoy bien, no sucede nada, métete en tus propios asuntos viejo —Gruño Sanji, salteando las verduras mientras sentía la mirada del mayor.

— Es por eso que estoy aquí, que no hagas bien tu trabajo afecta mi restaurante mocoso, ¿Es por la lechuga que venía aquí? No la he visto y desde entonces has bajado tu rendimiento en la cocina —Sanji no quería hablar de esos temas con Zeff por lo incómodo que podía ser.

— Quizás me tomé un descanso —Suspiró derrotado, necesitaba buscar por todos los medios a Zoro para pedirle disculpas por defenderla e insultar a su padre.

— Bien, por mi te puedes ir y no regresar nunca —Dijo Zeff, pateando al rubio para alejarlo de la estufa y continuar con lo que Sanji debería hacer.

Chasqueo la lengua para tomar sus pertenencias y salir del restaurante sin ningún rumbo fijo. Tenía la esperanza de poder encontrar a Zoro perdida en la calle e intentar hablar con ella.

— ¡Sanji-san! —Sanji se giró a ver a la castaña que llegó corriendo hasta donde está el, se dieron un beso en la mejilla como saludo—. Por poco no te encuentro en el Baratie, ¿A dónde vas?

— Pudding-chan, es bueno volver a verte después de tanto tiempo —Sonrió—. Iba a buscar a Zoro, la hice enojar y quería pedirle disculpas por eso.

— ¿Hiciste enojar a Zoro? Debe dar miedo enojada, ¿Por qué no te ayudo a buscarla?

— ¿En serio? Gracias Pudding-chan, me sería de mucha ayuda —Sonrió haciendo sonrojar a la castaña, y comenzaron su búsqueda.

La búsqueda de Zoro duro más de una hora, Sanji aún podía seguir caminando entre las calles para buscar a la peliverde, pero Pudding no daba para más, sus piernas eran más cortas que las de Sanji y para seguirle el paso tenía que dar grandes zancadas con rapidez, estaba agotada y Sanji lo notó, así que decidió tomar un descanso por un momento.

— Permíteme comprarte algo de beber Pudding-chan —Ella asintió con una gran sonrisa, viendo cómo Sanji entraba a una tienda de conveniencia, suspiro cansada mientras tomaba asiento en una de las banquitas que había por la calle.

Sus músculos se relajaron, podía sentir como su pantorrilla latía y sus talones le dolían un poco, pero no dejaría de buscar a Zoro. Un auto muy familiar se estacionó frente a ella, el vidrio de la ventana trasera comenzó a bajar con lentitud, Pudding se acercó hasta la ventana observando a su madre comer un montón de comida grasosa, varios envoltorios de hamburguesas sobre el asiento y cajas de pastelillos, hizo un gesto de desagrado.

— ¿Cómo vas Pudding? —Preguntó la mujer con la boca abierta dejando ver lo asquerosa que se veía la comida semi triturada entre sus dientes—. ¿Haz avanzado?

— No mamá, pero estoy cerca —Respondió la castaña intentando aguantar el asco que está a sintiendo al ver a su madre comer de esa manera—. No sé porque tienes tanta prisa, Sanji-san y yo llevamos mucho tiempo saliendo de esta manera, no quiero apresurar las cosas.

— Deberías Pudding, soy tu madre y te estoy ordenando que lo hagas, ¿Vas a desobedecer? —Tiro otro envoltorio, mientras comenzaba a masticar un pastelillo—. Necesitas formalizar esa relación de una vez por todas, estás retrasando mis planes.

— Disculpa mamá, intentaré hacerlo lo más rápido posible —La mujer asintió, chasqueo sus dedos al chófer el cual arranco el auto y se marcharon del lugar.

Little green【Sanzo】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora