Sunset Boulevard

Extra - Capítulo 51 - Por la eternidad (Fin)

Entre los veinte y los veintiocho años, Zhang Jue había pasado dos veces por la Montaña de Nieve Senna.

La primera vez estaba solo, y la segunda vez mientras estaba de viaje con Harrison. Ambas veces fueron en lo más profundo del invierno, y la fuerte nieve había sellado la montaña, por lo que nunca la había escalado.

Por aquel entonces, Zhang Jue vivía en un aprieto, tenía mucho tiempo y libertad. Tenía muchas otras oportunidades de ir, pero no podía enfrentarse a los recuerdos de sus actos autocomplacientes mientras estaba en la montaña.

Después de casarse, Zhang Jue no se quedaba en casa todo el tiempo. Viajó con Chen Boqiao y también se preparó para dar la bienvenida al recién nacido a su familia.

Por la noche, Chen Boqiao paseaba con Zhang Jue por la mansión. Le contaba a Zhang Jue sobre su infancia, y cómo corría por el largo pasillo con el viejo mayordomo persiguiéndole, cómo sus padres dejaron de hablarse, sobre su vida después de mudarse a Europa, cómo su padre le hacía breves llamadas telefónicas de vez en cuando, cómo su madre flotaba en silencio por el castillo vacío de Suiza hasta bien entrada la noche.

Al final de su paseo, Chen Boqiao siempre le daba un beso a Zhang Jue junto a los fragantes rosales.

Bajaba la cara con una expresión amable y mantenía el contacto visual con Zhang Jue. Entre la hierba había una iluminación de tierra espaciada que impregnaba el aire de calidez.

Algunas noches, la madrastra de Chen Boqiao visitaba a Zhang Jue con regalos.

Era una mujer ágil y hermosa, con unos bonitos ojos brillantes. Una vez que supo el sexo del bebé, le había preparado pijamas y ropa bonita. Los padres de Zhang Jue también vinieron a quedarse en su casa durante un tiempo, y sorprendentemente se llevaron muy bien con Chen Boqiao.

A los veintinueve años, Zhang Jue y Chen Boqiao dieron la bienvenida al mundo a su primer hijo.

Tal vez porque todo había ido bien durante las revisiones, y todo parecía tranquilo y calmado, tanto Zhang Jue como Chen Boqiao pensaron que todo iría bien. Sin embargo, a las doce horas del parto, Zhang Jue se despertó repentinamente por un fuerte dolor en el abdomen, y el tensiómetro que llevaba en el dedo se disparó.

Al segundo siguiente, la puerta se abrió de golpe. Zhang Jue sintió un dolor adormecedor y muy pronto perdió la visión, con la breve imagen de Chen Boqiao y el médico grabada en su mente.

Llevaba cinco días en coma y había necesitado una transfusión de dos mil mililitros de sangre. La primera persona que vio cuando despertó fue Chen Boqiao.

Aquella tarde, Zhang Jue sintió que su cerebro era lento y se esforzó por distinguir la expresión de Chen Boqiao.

Chen Boqiao seguía llevando una camisa impecable y no parecía demasiado desaliñado. Tampoco estaba extasiado, pero cuando estableció contacto visual con Zhang Jue, sus ojos inyectados en sangre y sus labios fuertemente fruncidos hicieron que el corazón de Zhang Jue se retorciera.

"Zhang Jue, estás despierto", dijo Chen Boqiao con firmeza, como si siempre hubiera estado seguro de que a Zhang Jue no le pasaría nada malo y se despertaría enseguida.

Zhang Jue quiso decir algo o al menos asentir con la cabeza, pero Chen Boqiao le sujetó la mano y se inclinó para presionar sus labios contra su frente.

Las manos y los labios de Chen Boqiao estaban helados, y el aroma de sus feromonas era apenas perceptible. Mantuvo su beso durante un largo rato, tanto que los padres de Zhang Jue habían entrado con la enfermera pero no querían acercarse a ellos.

Chen Boqiao lo soltó finalmente cuando oyó el llanto del bebé.

La voz del recién nacido era débil, y hacía algunos ruidos intermitentes para luego volver a callarse. Chen Boqiao pulsó el mando de la cama de Zhang Jue para inclinarla y ayudarle a sentarse lentamente. La espalda de Zhang Jue estaba pegada a las sábanas y se volvió para mirar la nueva vida que había permanecido en su cavidad de parto durante los últimos meses.