MALDITA HERENCIA ✔

CAPÍTULO 113: "¡NO TE CREO!"

Después de revisar todas las habitaciones de Luo Yi, Wen Xiaohui no encontró nada. Decidió esperar hasta mañana, cuando Luo Yi no estuviera, y revisar las demás habitaciones, la villa era tan grande que había mucho espacio por dónde buscar. 

Luo Yi parecía muy emocionado de que hubiera vuelto por su cuenta. Después de la cena, lo abrazó y vieron una película, desgajó naranjas con sus propias manos y se las dio en la boca, una por una, mientras Wen Xiaohui se apoyaba en sus brazos, somnoliento.

"¿Tienes sueño?" preguntó Luo Yi cerca de su oído.

Wen Xiaohui asintió con la cabeza.

Luo Yi se rió por lo bajo y dijo: "Por qué te duermes tan fácilmente, pequeño perezoso".

Wen Xiaohui entrecerró los ojos confundido, mirando la película que no sabía de qué se trataba, las cálidas luces, la mesa llena de aperitivos, un par de fuerte brazos que lo apretujaban fuertemente entre su gran pecho mientras le murmuraba suavemente al oído. De repente recordó lo que Luo Yi había dicho aquel día después de salir de su casa. La vida con la que una vez había fantaseado, no era ...... así ahora.

"......"

Wen Xiaohui sintió un fuerte dolor punzante.

Abrió los ojos por completo: "Iré a dormir".

Luo Yi le besó la mejilla: "¿Quieres que te cargue?

"No es necesario". Wen Xiaohui se levantó del sofá y subió las escaleras solo.

Cuando Wen Xiaohui se estaba duchando, Luo Yi se metió en el baño a su paso como algo natural, y acto seguido hicieron el amor bajo el cabezal de la ducha mezclado con el agua fría antes de pasar mojados a la cama. Esa noche, Wen Xiaohui se dejó llevar por completo para disfrutar, y un gemido descuidado o una insinuación impaciente por su parte fue suficiente para encender cada nervio del cuerpo de Luo Yi, y ambos estaban tan salvajemente entrelazados como animales en celo.

Era evidente que no había ninguna brecha entre sus cuerpos, pero sus corazones estaban separados como un océano de distancia ......

Al día siguiente, Luo Yi se levantó temprano como de costumbre, estaba preocupado por el dolor de espalda de Wen Xiaohui así que lo masajeó durante media hora, Wen Xiaohui era como un gato que no podía despertar, acurrucado en los brazos de Luo Yi, Luo Yi lo miró, sus ojos desbordaba una ternura inagotable. No fue hasta que sonó el teléfono que volvió a la realidad.

Terminó de contestar el teléfono y susurró al oído de Wen Xiaohui que iba a la oficina, y Wen Xiaohui murmuró un poco, como si lo oyera.

Luo Yi bajó las escaleras, calentó el desayuno y lo puso en la mesa, luego abrió la puerta y se fue.

Al oír el sonido de la puerta, Wen Xiaohui abrió los ojos. Soportando el dolor de espalda, se dio la vuelta y salió de la cama, se vistió y bajó a la habitación de Luo Yaya.

La habitación de Luo Yaya estaba tan tranquila como siempre, su aparador estaba inmaculado, obviamente se limpiaba a menudo, como si el dueño nunca se hubiera ido y en cualquier momento regresaría. Había vivido varios años aquí y rara vez se acercó a la habitación de Yaya. Cada vez que entraba, no podía evitar sentirse conmovido por la escena, como un tipo de nostalgia que no podía ser repimida a pesar de los años.

"Hermana, lo siento mucho". Wen Xiaohui juntó las manos en señal de respeto y comenzó a recorrer su habitación.

La habitación de Luo Yaya estaba especialmente llena de cosas, y Wen Xiaohui, con un sentimiento de culpa, no se atrevió a rebuscar demasiado. Después de buscar un rato, le dolía mucho la espalda y las piernas, así que se sentó en el sofá. En la pared, justo enfrente del sofá, había un gran cuadro de Luo Yaya. La mujer del cuadro tenía una belleza de infarto, pero sus ojos tenían una tristeza insoportable. Cuando Wen Xiaohui lo miró, sintió de repente un ligero remordimiento.