CAPITULO 1 CONFUNDIDO

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Fue un mal día, había discutido con Pannin, cumplían cinco meses de novios, pero Martjha lo estaba presionando para que lograra el salto Axel, el más difícil en la historia, se tenía que lanzar patinando hacia delante, por lo que debía incluir medio giro adicional para aterrizar con el pie contrario. El cuádruple Axel obliga al patinador, por tanto, a hacer en el aire 4,5 giros, así que se fue a practicar, no quería fallar, su hermana era como su madre, después compensaría a su novia.
-Vamos Fluke, tu puedes mas que eso- le grito esta.
Era su segunda vuelta en la pista, no se sentía seguro, pero tenía que intentarlo, Martjha lo miraba atenta y había dejado plantada a su novia, era lo menos que podía hacer, tenía que hacer que se sintiera orgullosa.
Tomo velocidad y se impulsó saltando, tomo la posición correcta que había practicado tantas veces, se sintió volar, era como un ave, esta vez lo lograría, toco la pista, supo que otra vez no lo había logrado.
Un dolor lacerante le hizo hacer un gesto y cerrar los ojos de golpe, nunca había sentido nada así, se llevó las manos hacia la cabeza, un pitido lo aturdió y la vista se le nublo, vio venir a alguien corriendo hacia el y después todo negro.
Escuchaba susurros, la cabeza le mataba, trato de abrir los ojos, pero suponía tanto esfuerzo. Después de lo que a el le parecieron horas se obligó a abrirlos, no reconoció el lugar, ¿Dónde estaba?, ¿Qué había pasado?
-¿Es algo grave?
-No señorita Charmanoon, la TC no mostro ni bultos o anomalías, solo se sentirá aturdido, se torció el tobillo, pero no tiene esguince, así que solo con que repose unos días, el estará bien.
-Gracias a Dios- dijo otra voz de mujer.
El castaño no logro ver quien hablaba, las personas estaban fuera de la habitación, en la puerta, esta estaba entre abierta. Miro a su alrededor, si, ese era un hospital, se tocó la cabeza que le dolía todavía y noto una gasa en la frente hizo una mueca, debía de haber perdido el sentido en la pista de hielo. Se sentó con cuidado recargándose en el respaldo de la cama y noto uno de sus pies estaba vendado, rayos, eso no estaba nada bien, pero no se lo había quebrado, si no, tuviera el pie enyesado, gracias a Dios suspiro aliviado. 
-Señorita Martjha, debe de estar atenta, por si su hermano presenta cualquier anomalía.
-No se preocupe Doctor, yo lo protegeré- respondió la chica mayor.
-No exagere- le dijo este- solo vigilar que no tenga dolores de cabeza, mareos o nauseas.
-¿Es todo?- cuestiono la menor.
-Así es, dejemos que descanse, cuando despierte podrá llevárselo a casa.- le dijo a la mas alta.
Martjha y Pannin salieron de la habitación, y tomaron lugar en la sala de espera. Fluke había ido con sus amigos a la pista de hielo, trato de hacer un giro, y se había torcido el tobillo, callo tan fuerte que se había golpeado la cabeza. No había pasado a mayores, pero no bajaría la guardia, pensó la hermana mayor del chico en la habitación.
El castaño se dejó llevar de nuevo por el cansancio. Abrió los ojos, su corazón golpeaba erráticamente, miro el techo, se sentó de golpe, parpadeo, y volvió a cerrar los ojos, el dolor de cabeza le estaba matando, tuvo un sueño extraño.
-Veo que está bien- dijo una voz femenina.- Su hermana llegara pronto por usted.
-Martjha, ¿ella viene a buscarme?- la miro aun desenfocado.
-Así es joven Naotuch- le sonrió y le tendió un vasito de cartón con dos pastillas, y un vaso con agua- tómelas, las necesita.
-Vaya que sí, el dolor me está matando- se quejó y se empino el medicamento, después dio un gran trago de agua.
-Trate de descansar, su hermana ya no tarda en venir por usted.
-Gracias- susurro y cerro de nuevo los ojos, se estaba quedando dormido, cuando su hermana entro en el cuarto.
-Fluke despierta, vamos a casa- le dijo bajito poniendo su mano sobre el hombro de el.
-Martjha- susurro abriendo sus grandes ojos color avellana.
-¿Cómo te sientes? – cuestiono con una sonrisa, examinándolo con avidez.
-Bien, las pastillas ya me hacen efecto.- se sentó.
-Me alegro, te traje ropa- señalo una pequeña maleta que había dejado al pie de la cama.
-Gracias- le sonrió.
-¿Necesitas ayuda?- pregunto sin dejar de mirarlo.
-No, claro que no- se rio creyendo que esta bromeaba, pero Martjha no se rio como esperaba.
-Bien, de todos modos estaré atenta- se alejó un paso hacia atrás para que su pequeño hermano se pudiera levantar y le paso las muletas.
-Estas rara- le dijo frunciendo el ceño y bajando las piernas para ponerse una de las pantuflas, tomo las muletas que le paso su hermana.
-No pasa nada chaparro- le revolvió el cabello con otra sonrisa.
-No soy chaparro, mido un metro con setenta y tres- se defendió levantándose, y sorprendiéndose de que la castaña fuera mas alta que el.- Oye, ¿Cuándo creciste tanto?- le pregunto impresionado.
-¿De qué hablas?, siempre he estado de esta estatura- se burló de el.- Anda, ya ve a cambiarte para que vayamos a casa- le paso la maleta, y lo empujo suavemente de la espalda.
Fluke miro los zapatos de tacón de su hermana, no eran mas altos de los que usaba usualmente, ¿Por qué parecía mas alta?, lo rebasaba por varios centímetros. ¿El golpe le había afectado su percepción?, fue despacio hasta el baño del lugar y reprimiendo las ganas de darse una ducha, se quitó la ropa de hospital y se puso la suya, se tuvo que sentar ya que no mantenía el equilibrio. Gracias a Dios que no paso a mayores, se miró el vendaje, sino, su carrera como patinador hubiera estado perdida.
Cuando llegaron al piso de abajo, su hermana siguió empujando su silla de ruedas hacia la salida, seguidos por un enfermero que llevaba las muletas.
-¿Y este coche?- pregunto el castaño mirando asombrado el Toyota GR86 del dos mil veintidós.
-Lo acabo de adquirir, ¿te gusta?- abrió la puerta del carro y le ayudo a subirse.
-¿Desde cuándo te gusta este tipo de carro?- cuestionó mirando el tablero y todo lo que alcanzaba su vista.
-Desde siempre- contesto sentándose a su lado.- pero en lugar de encender el aparato, se quedó viendo intensamente a su hermano.
-¿Qué?, ¿Por qué no nos vamos?- la miro sintiéndose nervioso de repente.
-Estás haciendo preguntas extrañas- respondió sin dejar de verlo- primero sobre mi estatura, después sobre el coche.
-¿Son extrañas?- la miro sin saber que mas decirle.
-Lo son, ¿estás seguro que te sientes bien?
-Claro que si, vamos a casa por favor, me urge darme una ducha- se olio la camisa haciendo cara de asco- apesto Martjha- exagero haciéndola sonreír.
-Esta bien, vámonos.- concedió la mayor y arranco el coche.
El viaje fue en un silencio cómodo.
-Martjha, ¿Qué hacemos aquí?- cuestiono incrédulo, no había mirado por donde iban, había estado pensando en como recompensar a Pannin.
-Fluke- freno frente al gran portón- aquí vivimos, es que, ¿acaso no te acuerdas?- le pregunto preocupada.
-Sé que fue nuestra casa, pero, después de la muerte de nuestros padres, tuvimos que venderla- la miro algo angustiado por estar de nuevo frente al hogar donde habían sido tan felices y que tuvieron que dejar por las deudas que se habían quedado después de la muerte de sus padres.
-Tenemos que regresar al hospital- dijo dando reversa.
-No Martjha, no quiero volver, solo estoy algo confundido- mintió, ya que estaba a empezando a sentirse preocupado y aterrado.
-Estas demasiado confuso- contesto tensa dándose la u y tomando velocidad de nuevo.
-Es que, no se- la miro con los ojos llenos de lágrimas, no sabía que decirle.
-Es obvio que el golpe en la cabeza te afecto. Desde que me volví a adulta y siendo Alfa, mido uno con ochenta, siempre me han gustado los coches deportivos y desde que nacimos vivimos en esa casa- acelero mas.
-¿Mides un metro con ochenta?- su voz salió chillona- ¿siempre hemos vivido ahí?, ¿siendo Alfa?, ¿Qué es eso?- la miro con el estómago hecho moño de lo tenso que estaba.
Martjha ya no contesto, estaba muy confundido, ¿Qué le había hecho ese golpe en la cabeza?, se llevó una mano temblorosa a su frente, tocando la pequeña gaza. ¿Estaría soñando, y seguiría tendido en la pista de hielo?. Miro a la mayor, se veía tensa, apretaba el volante haciendo que sus nudillos estuvieran blancos.
-Martjha, ¿Qué me pasa?- pregunto con voz temblorosa.
-Todo estará bien, solo es un efecto secundario del golpe- trato de tranquilizarlo, pero no lo logro, su voz tenía un tinte de terror.
Fluke bajo la vista nublada por las lágrimas hacia su regazo, ¿Por qué pasaba todo eso?, se giró hacia la ventanilla, todo se veía igual que siempre, el sol estaba en lo alto, y el camino era el mismo que había recorrido con su familia, y después solo con Martjha, abandonando lo único que los unía a sus padres, entonces, ¿que?. Había pasado toda la noche en el hospital, eso le había dicho la enfermera, pero no había indagado más, cuando fue a entrenar eran pasadas las tres de la tarde, cancelando su cita con...
-¿Dónde esta Pannin?- pregunto de repente acordándose de su novia- ¿Por qué no vino contigo?
-Ella tuvo que ir a una reunión con su familia- respondió agradecida de que su hermano recordara a su mejor amiga- ya sabes que son muy protectores con ella.
El castaño iba a rebatir, sus suegros eran muy relajados, al igual que Pannin, no se los imaginaba de otra manera, pero era obvio que no sabía nada, el miedo le atenazo el estómago.
Llegaron de nuevo al hospital, un enfermero los estaba esperando con una silla de ruedas, al parecer su hermana les había hablado por el celular, pero el ni se había enterado. Lo llevaron hacia una habitación diferente.
-Fluke- le llamo su hermana tomando sus manos, desde que le habían ayudado a acomodarse en la cama, el había estado sin hablar y con la vista baja- todo va a estar bien.
-Eso espero- susurro mirándola con angustia.
-Vendrá un especialista y te hará algunas preguntas- le informo- yo misma quisiera atiborrarte de preguntas, pero no quiero presionarte.
-Todo estará bien ¿no?- le sonrió con tristeza.
-Claro, eres mi hermanito, además somos Natouch.
-Sabes, yo también quiero atiborrarte con preguntas- confeso- eso que dijiste de ser Alfa, y la casa que fue nuestros padres, resulta que vivimos ahí.
-Todo, todo estará bien- le aseguro apretando el agarre, como si ella también se tratara de tranquilizar con esas palabras.
-Si- contesto sin estar seguro.
-Buenas tardes- les saludo un hombre de unos cuarenta y tantos años- soy el psiquiatra Maxwell Philip, yo estaré a cargo de su caso joven Natouch.
-¿Psiquiatra?- pregunto con grandes ojos al recién llegado.
-Tranquilo Fluke, el es un experto en casos como los tuyos.
-¿Casos como el mío?-se soltó de sus manos y la miro sin podérselo creer- solo estoy algo confundido, no necesito un psiquiatra- señalo al hombre- no es nada personas doctor Philip, pero- miro a su hermana de nuevo- no es necesario ser tan extremos.
-Joven Natouch, no se altere- pidió-  lo último que quiero es hacer eso.
-No hace un gran trabajo- susurro para sí, pero los otros dos lo escucharon. Martjha lo miro sorprendida, su hermano no solía ser grosero con nadie, siendo Omega había sido educado para saber su lugar, se escuchaba mal, pero así era ese mundo, y ella siempre había estado orgullosa de de el, tan tranquilo y obediente, ¿Qué le pasaba a su pequeño?
-Fluke- lo tuteo el mayor- se que esta bastante impresionado, pero me gustaría que me diera una oportunidad, solo hablaremos.
Sorprendió a la mayor fulminándola con la mirada, definitivamente su hermano no parecía el mismo de siempre.
Si era posible dejar en shock a Martjha Natouch, lo logro por primera vez el pequeño castaño, que si las miradas mataran.
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Ohm Thitiwat sorprendió a toda su mesa directiva con ese nuevo giro. El magnate dueño de varias cadenas de tecnología de alta gama, les decía que invertirían en el arte, y no cualquier arte, sino en el baile, ¿a quién le importaba el baile?, se preguntaron los presentes.
-Creo que en buen giro para Tecnología Thitiwat- siguió hablando el hombre de un metro noventa y dos- será una gran sorpresa, además es bueno apoyar el arte.
-Señor Thitiwat- se atrevió a decir un hombre canoso- entiendo su punto, pero no nos dedicamos al arte- dijo lo obvio.
-Por eso tome esta decisión, porque no es nuestro rubro, somos la empresa mas importante en tecnología innovadora. Entiendo su punto señor Daniel- siguió con voz calmada- pero sé que será un buen apoyo, además no es como si les dijera que dejaremos todo por apoyar el arte.
-Entiendo- se volvió a sentar.
-Gracias por su comprensión- sonrió satisfecho- espero sus firmas en el documento al final de la tarde.
Salió de la sala con el corazón a acelerado, sabía que no se opondrían a su palabra, pero estaba nervioso y emocionado por encontrar a su pequeña hermana. Era seguido por Kao, su amigo y mano derecha, mientras trabajaban no lo perdía ni a sol ni a sombra.
-Creo que fue bien- le dijo cerrando la puerta de la gran oficina.
-La verdad esperaba mas oposición- confeso quitándose la corbata.
-Nadie se opone a ti.
-Lo se, pero son unos viejos ambiciosos.
-No todos son viejos, ambiciosos es otra cosa- se burló mirándolo.
El otro rio quedamente.
-Lo son, los conoces, has caminado lo mismo que yo.
-Te hice reír- se vanaglorio dejándose caer en uno de los sillones.
-Estoy un poco mas cerca de mi hermana- se sentó frente a el.
-No sabemos su nombre, y tu padre tuvo tantas secretarias, que va a ser algo difícil.
-Lo sé, ya pedí al departamento de recursos humanos que me dieran todo el historial de las secretarias que tuvo Off en del dos mil dos, unos años antes y después.
-Solo cuando estás muy molesto, le llamas a tu padre por su nombre.
-Sabes que estoy rabioso por que le fue infiel a mi padre Gun, también por que nunca supe nada de ella, es mi pequeña hermana, ¿y si es Omega?- cuestiono afectado solo de pensar en eso, muchos de su clase lo tenían difícil- Mi madre ya no está, y estoy agradecido que no siga aquí después de esa traición.
-Eso no lo sabemos, podría ser Alfa al igual que tú y tu padre, o una Beta.
-Lo sé, tienes razón, solo que siempre creí que fui hijo único, y saber que tengo una hermana me crispa y preocupa como este viviendo. No sé si mi padre Gun se enteró de la infidelidad de mi padre Off, o solamente lo ignoro.
-Fue un buen hombre Omega.
-Lo fue- concordó.
-Ellos ya no están, así que no te frustres, busquemos a tu hermana.
-Eso es lo que hago- le dijo mirándolo con sus ojos negros.- para mí, lo más importante es encontrarla.
-Y lo harás, yo te ayudare a hacerlo, lo sabes, tengo un hermano que es chico, pero es Omega y entiendo tu preocupación.- le aseguro su amigo.
-¿Qué dijo Oppo sobre el nuevo producto que les enviamos?- cambio de tema, no se debería dejar absorber por las preocupaciones.
-Les gusta- respondió viendo que su amigo cambiaba drásticamente de tema.- ya sabes que quieren lo mejor de lo mejor.
-Y nosotros lo somos- concedió satisfecho Ohm.
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-Señorita Natouch, su hermano parece sufrir de una selectiva falta de memoria.
Hacia unos minutos el doctor Philip había salido de la habitación donde estaba su hermano, y se habían dirigido al consultorio de este.
-¿A que se refiere?- pregunto la castaña.
-Recuerda a su familia y amigos, pero no entiende la sociedad en la que vivimos- ojeo las hojas donde había hecho sus anotaciones- y su vida en general, pero…
-¿Pero qué?- apretó sus puños en la falda  tres cuartos que llevaba puesta.
-Distorsiona la realidad. No sabe lo que es nuestra pirámide, Alfa, Bata y Omega, el me pregunto a que me refería. También dijo que su casa ya no era su hogar, que la habían vendido cuando su padres murieron porque no tenían suficiente dinero para mantenerla, por eso compraron una nueva, en un barrio mas sencillo.
Martjha jadeo impresionada y asustada, esperaba que su hermano recordara todo con la plática con el especialista, pero no había funcionado, seguía igual de confundido. Lo llevaría al extranjero, ella le explicaría todo.
-También dice que la señorita Charmanoon, es su novia, que el día de ayer cumplían cinco meses de relación.- siguió el especialista- que estudio patinaje artístico desde pequeño, y que es un patinador profesional, que ha ganado varias medallas en las olimpiadas, y usted es su entrenadora y representante.
Martjha lo miro sin poder creer lo que escuchaba, su hermanito había creado una nueva vida en su mente. Era cierto que ella estaba a cargo de su carrera, pero no de patinaje sobre hielo, sino de ballet, ella era dueña de una escuela de ballet muy prestigiosa, la mayoría mataba por entrar a estudiar ahí.
-Dice que los hombres son el pilar de la sociedad- siguió el otro, viendo que la mujer se quedaba sin habla- que las mujeres son las únicas que pueden crear vida, y uso un término- leyó sus apuntes-  machista- recalco- algo parecido a como muchos Alfas siguen viendo a los Omegas, solo que aquí solo aplica al sexo masculino en el mayor de los casos, ven a las mujeres como algo inferior, solo para quedarse en casa para cuidar de los hijos y no salir de la cocina.
¿To… todo eso le dijo?- logro articular la mujer que siempre estaba segura y era fuerte, pero ahora se sentía tan indefensa.
-También dijo, que las mujeres han logrado demostrar que son mas que incubadoras y amas de casa, ellas han adquirido grandes puestos, en cualquier ámbito, han peleado por la igualdad de los sexos por siglos, hombres y mujeres, solo eso existe en este mundo que su hermano describe.
-Parece una historia como las que salen en la televisión, pero mas extraña- dijo la castaña. Amnesia selectiva le había dicho el psiquiatra, trago saliva y se levantó lentamente.
-Gracias doctor- dijo temblorosa- me llevare a mi hermano, creo que necesita tiempo.
-Señorita Natouch- exclamo sorprendido el doctor.- es cierto que necesita tiempo, pero también necesita terapia.
-Gracias por sus servicios- dijo tomando su bolso con manos temblorosas.
-Se que esta sorprendida y afectada, pero no es recomendable que se lleve a su hermano.
-Lo estoy doctor Philip- reconoció con mirada triste- solo quiero llevarlo a casa, y hablar con el.
-Está bien, es una mujer muy inteligente- la miro con intensidad- los espero cuando se sientan preparados.
La chica asintió con la cabeza y salió de la consulta con las piernas como gelatina.
-Martjha ¿qué te dijo?- cuestiono Fluke al verla entrar.
-Nos vamos- anuncio.
-¿Pero que?, así nada mas.- frunció el ceño.
-Vístete de nuevo- ordeno la mayor- nos vamos.
-Esta bien- se fue hacia el baño con ayuda de las muletas.
Sabía que no podía patinar en unos días, así que tendría que ser paciente, era poco tiempo, pero el nudo en su estómago, seguía ahí. El sol ya se había metido hace rato, el portón de la mansión se abrió lentamente, el castaño retuvo su respiración cuando tuvo la enorme casa frente a el, sentía que el corazón se le saldría del pecho.
Cuando la puerta se abrió, ahí estaban los Glenn, los ojos del menor se llenaron de lágrimas, ellos estaban ahí, en ese nuevo mundo del que no entendía nada. Cuando sus padres habían muerto, ellos no pudieron llevárselos, vendieron la casa y estos fueron con uno de sus hijos, fue una triste y desgarradora despedida. Ailsa y Angus los habían criado junto con Samantha y Boston, sus padres difuntos, habían logrado ver muy pocas veces a los ancianos, ya que su hijo vivía en otra ciudad. Un sollozo salió de su garganta.
-Fluke, ¿estás bien?- cuestionó preocupada su hermana.
El castaño asintió con la cabeza, mientras gruesas lagrimas corrían por sus mejillas.
-Lo siento- se disculpó con los hombros temblorosos- es que teníamos mas de un año sin verlos- le informo.
Otro bloque de hielo se instaló en su corazón, no lograba entender que realidad había vivido su hermano. Se bajo tensa del coche, tomo las muletas de la cajuela, abrió la puerta del lado del menor, y le ayudo a salir.
-Bienvenidos señoritos- les dijo el hombre canoso.

PAJARILLO (OMEGAVERSE) COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora