CAPITULO 10 ENCUENTRO

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No se sentía preparado para bajar, a su mente venían destellos de lo que había pasado, el tocándose y jadeando pensando en el señor Thitiwat, jadeando con candor y teniendo un sinfín de orgasmos que nunca fueron suficientes. Se tapó la cara con mortificación y pego un grito frustrado. ¿Poe que le pasaba eso a el? Primero quitar la ropa de la cama, se levantó desnudo, claro de que otra forma podría estar, si había fornicado con las fantasías de el y Ohm, tomo furioso la sobrecama, sabanas, y almohadas llevándolas al conducto que llevaba la ropa hasta la lavandería de la mansión.
Abrió las ventanas y las puertas de la terraza, necesitaba que se aireara, mientras tomaría un baño largo. Ya dentro de la bañera cerro los ojos y se dejó ir, lloro, no sentía bien, nada bien, no quería esa vida, le había dicho a su hermana que se esforzaría, pero después de haber pasado todos esos días haciendo todo eso, con solo una persona en su mente, y esa persona era un hombre, que ni conocía, ya no estaba tan seguro. Dejo salir toda la frustración y dolor que tenía en su corazón, sabía que no podía rechazar a su Alfa, ya que esto traía horribles repercusiones, se sentía atrapado y desdichado.
Estuvo en el agua hasta que sus dedos se arrugaron, se enjuago, vacío la tina y tomo una toalla grande para secarse, después tomo ropa interior, una pantalonera holgada y una sudadera a juego, se cambio antes de salir a la recamara. Ya la cama estaba tendida y el resto recogido, su hermana lo esperaba sentada sobre la cama.
-Martjha- le dijo sorprendido con voz gangosa y mormada, no esperaba ver a nadie hasta el día siguiente, ahora se arrepentía de haber llorado como Magdalena, su piel blanca se ponía roja con unas cuantas lágrimas, no se imaginaba como se vería en ese momento, no había querido mirarse en el espejo.
-Hola Fluke- le regalo una pequeña sonrisa notando el mal estado en el que estaba.- Perdón por entrar sin avisar- se levantó lentamente- Samantha vino a limpiar y me dijo que te estabas duchando, así que vine a esperar que salieras- lo taladro con sus ojos cafés- duraste mas de una hora dentro.
-Me sentía sucio-confeso en voz baja, sintiendo como sus ojos se llenaban de lágrimas, de nuevo.
-No, Fluke, no debes de sentirte así, es algo muy natural.
-Eso, no tiene nada de natural, fui como un animal en celo- bajo la mirada avergonzado no queriendo recordar todo lo que había sentido en esos últimos días, pero sin poder evitarlo.
-Es por que estabas en celo, y no es que seas un animal- se terminó de acercar a el- entiendo que como acabas de llegar a este mundo, es como si hubiera sido tu primer celo, y este es mas doloroso e intenso que los otros.
-Gracias, pero eso no me consuela, ¿Ustedes los Alfas y Betas pasan por lo mismo?- levanto la mirada.
-Ven, vamos a sentarnos, Boston nos traerá emparedados y te de limón- tomo su brazo y lo guio hacia la pequeña sala, el castaño fue cuando se dio cuenta que las ventanas y las puertas estaban  cerradas.
Ambos se sentaron, y exactamente en ese momento entro el canoso con la bandeja, y la dejo frente a ellos.
-A lo que preguntabas antes- empezó la mayor cuando se quedaron solos- los Beta no tienen celo, se podría decir que son, como las personas en tu realidad- dijo sin saber como explicarlo de mejor forma- normales, del montón, y sin celos- pero los Alfas si que lo tenemos, se le llama Rut, aunque es más corto que el de ustedes, solo nos dura veinticuatro horas.
-Benditos de ustedes- le dijo con amargura el castaño.
-Fluke, sabemos que esto es muy difícil para ti.
-Creí que lo sabía, pero lo que acabo de pasar, es algo que no puedo pasar por alto, me sobrepasa.- confeso.
-Fluke, estas aquí, en este mundo, quieras o no, eres un Omega, y tienes a tu Alfa. –Tomo las manos heladas de su pequeño hermano con fuerza moderada.
-No quiero esta vida- giro su cabeza de un lado a otro negando- ¿No existe alguna operación que me convierta en Beta?- pregunto esperanzado.
-Lo siento, si pudiera estar en tu lugar, no dudaría en cambiarme- dijo con dolor- pero no podemos cambiar nada.
-A lo mejor esposa del doctor Philip puede hacer algo- siguió desesperado- ella es como una médium, ella puede decirnos que se puede hacer- la miro con esperanzas en sus ojos avellana.
Martjha ya tenía pocas esperanzas en esa solución, pero no perdían nada.
-Tienes razón, le llamare al doctor Philip y le diré que nos concerté una cita con su esposa.
-Que hambre- la soltó y ataco uno de los sándwiches de jamón con queso.
La castaña vio con tristeza a su pequeño hermano mientras el comía y bebía con avidez, el pobre había gastado mucha energía en el celo, este duro más de lo normal.
-Martjha- exclamo casi en grito asustando a su hermana- el señor Paulsen, no le avise nada, y me he ausentado por días- la miro con los ojos bien abiertos.
-No te preocupes, le explique la situación, el entiende- lo consoló con una sonrisa.
-Me imagino que aquí es normal faltar al trabajo o a clases, por ese asunto- torció la boca sin querer mencionar la palabra prohibida.
-Lo es- confirmo Martjha.
-Me alegro de no perder el empleo que acabo de conseguir, me sentía bastante inútil, solo yendo a la academia y a la pista de hielo.
-No eres un inútil Fluke- le aseguro su hermana.
-No tenía un trabajo, y lo único que se supone que debía hacer bien, no logre hacerlo.
-No es tu culpa no saber nada sobre el ballet- aseguro la mas alta- no es como si supieras algo del tema.
-Así es, no sé nada del tema, lo intenté de verdad, pero no pude.
-No es tu culpa- le repitió fervientemente haciendo que la mirara- la vida es dura e impredecible, y tu eres un hombre muy fuerte y decidido, sé que pusiste tu mayor esfuerzo, siempre lo haces.
-Gracias por todo- la miro directo a los ojos- por comprenderme y no obligarme a nada que yo no quisiera.
-Y no lo hare, lo sabes- puso una de sus blancas manos sobre la mejilla ajena- pero también debes entender, que las cosas ahora son diferentes, y que no podemos cambiarlas. Si la señora Philip no encuentra una solución a todo esto- trago saliva- tienes que aceptar tu nueva vida.
-Y mi nueva vida, es aceptar al Alfa Thitiwat.- contesto con un nudo en la garganta.
Martjha lo abrazo, si, su vida, ahora era Ohm, su hermano no lo aceptaba ahora, pero pronto no podría estar separado de Ohm.
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-¿Por qué su celo duro tanto?- pregunto Earth a su esposo- ¿Eso no es normal?- le dejo la taza de leche caliente frente a el.
-No lo sé, lo que Martjha le dijo a Ohm fue que él seguía reposando.
-Pero ya han pasado seis días, no se necesita reposar tanto, con unas horas es mas que suficiente.- se sentó a su lado.
-Sigue reposando, ya que no se ha presentado a la pista Paulsen, pero, hay algo que no me cuadra- dijo pensativo el pelinegro.
-¿De qué hablas?, el es su Omega- le sirvió un par de panecillos de nuez con zarzamora, y después para el mismo.
-Lo es, yo no digo que no, Ohm no se equivocaría en eso, ya sabes, es algo escéptico en el tema de los destinados. Si no fuera por nosotros, hubiera pasado de largo de Fluke.
-A veces es muy cabeza dura- mordió el pan- ¿Entonces?- pregunto después de tragar mirándolo con curiosidad.
-Ya sabes, toda esa controversia de que ya no baila ballet, sino que patina como un profesional, siendo que su accidente de hace meses, fue porque eso mismo, se golpeó la cabeza en la pista de hielo, y despertó siendo otro.
-Si, salió en todos los medios masivos, gracias a la influencia de Martjha Natouch, los rumores cesaron un poco, esa Alfa da algo de miedo- se estremeció.
-A eso me refiero, ¿Qué están ocultando?, ¿Cómo de un día para otro, Fluke patina de esa manera?
-Me estás diciendo que, ¿Fluke no es Fluke?- se burló el rubio.
-Algo así- mordió su panecillo.
-Tu etapa de escritor termino hace mucho, no le des mas vueltas al asunto- aconsejo su esposo.
Kao sabía que algo pasaba, todo era muy extraño. Se alegraba de que su gran amigo encontrara a su Omega destinado, pero todo era muy raro, y si eso afectaba a Ohm, el lo descubriría.
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Boun retozaba al lado de un delgado y hermoso cuerpo Beta. Era un guardaespaldas, el mas sexi que el hubiera visto, se conocieron en un bar, bailaron toda la noche y terminaron en un hotel. Se levantó desnudo, en todo su esplendor, no habían intercambiado nombres, pero no fue necesario, la química fue mas que suficiente.
Fue a ducharse, no sin antes admirar el cuerpo desnudo tendido en la cama, excelente Beta, sonrió, y excelente trasero. Salió vestido del baño, si no se apresuraba, Martjha le gritaría de nuevo, se burló de si mismo, tomo una pluma del escritorio y anoto su nombre y teléfono, el chico era afortunado, normalmente no daba su número, ni se acostaba dos veces con la misma persona.
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Ohm estaba sentado en la pequeña y modesta sala del departamento de las Bieri, había hablado un par de veces con su hermana en esa semana, habían concertado salir a comer, no irían solos obviamente, la señora Intouch los acompañaría. 
-Ya estoy lista- le dijo una emocionada Yiwa. Llevaba pantalones de mezclilla, con un sweater color rojo, y botas negras hasta el tobillo- mamá ya viene- se sentó a su lado.
-Te ves muy guapa- le dijo girándose para mirarla.
-Gracias, tu también estas muy apuesto- le sonrió.
-¿Cómo fue tu día?-le pregunto sintiendo esos grandes ojos negros sobre su persona.
-Muy bien, gracias por preguntar. Sabes que Esmeralda, tenía que cantar y no pudo hacerlo, ella estaba mal de la garganta y no le dijo a nadie, tuvo que hacerlo Sandra, y se sintió la estrella del momento, ella siempre tan presumida.
-Yiwa no atiborres a tu hermano- pidió su madre entrando en la pequeña sala.
-Señora Beiri- se levantó lentamente el pelinegro con una enorme sonrisa, su hermano, si eso era el.
-Buenas tardes señor Thitiwat.
-Por favor, llámame Ohm, como ya se lo había pedido- le dijo.
-Yiwa, Ohm, vayamos- les dijo nerviosa, encaminándose hacia la puerta principal.
-¿Qué comeremos Ohm?- cuestiono la pequeña tomando del brazo al mas alto.
-Lo que tú quieras- le sonrió feliz el Alfa su hermanita.
-Me gustan mucho los camarones- le informo bajo la dura mirada de su madre.
-Camarones serán.
Conforme paso la tarde, Ohm veía a su padre Off en esa pequeña, ella era su pequeña hermana, alguien que no sabía existía hace meses, pero ahora era de las personas mas valiosas en su vida.
-Supe que eres buena amiga de Fluke Natocuh- le dijo.
-¿Lo conoces?- cuestiono feliz, su madre y ella ya no estaban solas, ya no mas. Le dolió en el alma que Artuto Beiri no fuera su padre biológico, pero no podía cambiar nada, a cambio tenía un hermano mayor, un Alfa que las protegería.
-Si, lo conozco- tomo de su limonada nervioso y tenso.
-El joven Natouch es quien hizo posible que Yiwa estudie en la escuela de patinaje Paulsen- intervino la mujer- es un joven noble y bueno.
-Me alegro escucharlo-bajo la mirada con una sonrisa.
-El te caerá bien- dijo Yiwa.
-Me cae bien, de hecho, es mi Omega- dijo usando una de sus armas para conseguir a Fluke.
Había pasado mas de una semana desde que su Omega había tenido el celo, para ser exactos, ocho días, era obvio que lo estaba evitando, era estúpido, el no se había comportado mal, al contrario, había sido un caballero con el, y considerado con su hermana, ya estaba harto.
-¿Tu Omega?
-¿Su Omega?
Preguntaron sorprendidas las féminas.
-No solo cualquier Omega, sino, mi alma gemela- les dijo sabiendo que lo había conseguido.
-El destinado- se miraron entre ellas.
-Se que es impresionante, pero que mejor que decirle a la familia- les sonrió.
Estaba siendo algo injusto, pero nadie lo apartaría de su hermana y Omega.
-Eso es maravilloso Ohm- le tomo las manos a su hermana- me alegro por ustedes, es fantástico que sean destinados, comento sin creerlo.
-El mundo es muy pequeño- les sonrió.
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Prem tomo sus cosas y salió del lugar. Era la primera vez que se iba con alguien sin siquiera conocerlo, estaba extrañado, pero no pasaba nada, no era ni el primer Beta en caer ante los encantos de un Alfa, ni el ultimo. Se fue con sigilo del hotel.
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Fluke por fin regreso a su trabajo, lo había extrañado, aunque también estaba en ascuas por lo que les había dicho la señora Philip, que era cierto que el no pertenecía ahí, pero no sabía  como regresarlo.
Ella les había dicho lo que ya sabían, pero no tenía una solución, al menos por el momento, no perdía la esperanza.
Se disculpó con su jefe, y este lo despacho a tomar el primer turno, ya no lo quería escuchar, parecía que el señor Paulsen no estaba de buen animo.  El castaño fue hacia la pista con una sonrisa, Martjha tenía razón, tenía que disfrutar el momento sin tener miedo del futuro, y ahí estaba, siendo un entrenador, en el cual, el mejor patinador histórico era su jefe, y confiaba en el.
Después de un par de clases se dirigió a los vestidores de caballeros.
-Hola Fluke- saludo una voz masculina.
-Ohm- jadeo del menor.
-¿Estas bien?- avanzo hacia el.
-Estoy perfectamente, gracias por preguntar.- lo miro incómodo.
-Me alegro, estaba preocupado por tu gran ausencia.
-No tuve una gran ausencia, solo me ausenté unos días- dijo pasando a su lado.
Ohm suspiro, y lo siguió con paso presuroso.
-Espero- lo detuvo poniéndose frente a el- que podamos hablar.
-No tenemos nada de qué hablar, por favor déjame pasar- pidió.
-No lo hare, necesitamos hablar- lo tomo por los hombros.
-No quiero hablar- dijo con los dientes apretados zafándose de su agarre, ignorando como esa mirada oscura le hacia estremecer.
-Eres mi Omega, yo tu Alfa, tienes que escucharme.
-No quiero escucharte, no estoy preparado- tartamudeo alejándose.
El más alto lo vio irse, su pequeño estaba asustado, nada salió como lo esperaba. Lo intento el día siguiente, sin éxito, pero no se dio por vencido.
-Fluke por favor- le dijo interceptándolo antes de que fuera a las duchas.
-Eres tan molesto.
-Ya estoy harto, debes de escucharme- lo jalo hacia la primera puerta que encontró.
-¿Qué haces?, suéltame- forcejeo sintiéndose acorralado.
-Soy tu Alfa- anuncio- no puedes evitarme- acerco su rostro al mas pequeño.
-Lo sé- dijo sin levantar la mirada, el tipo era mas grande y fuerte que el- pero no quiero esto.
-No puedes cambiar las cosas-  roso sus labios con los ajenos.
-No me toques-susurro.
-No lo hago- capturo esos rosados labios disfrutando de su dulce sabor a menta y chocolate.
Fluke intento controlar el deseo que empezaba a inundarlo, pero no se pudo resistir y sin darse cuenta, le paso los brazos por el cuello, pegándose al mayor, le regreso el beso con énfasis, no quería que parara, lo que sentía nunca lo había sentido, ni con Panin, era una conexión que no tenía explicación. Tenía que estar de puntillas, el pelinegro era mucho mas alto que el, pero no le importo.
La lengua del mas grande se introdujo con experiencia en la pequeña boca, el castaño soltó un gemido al sentir esa intromisión tan caliente y húmeda. Ese sonido le dio mas seguridad al Alfa, bajo sus manos y levanto el delgado cuerpo de sus asentaderas, Fluke le rodeo de inmediato la cintura con sus delgadas y torneadas piernas, estaba extasiado. Ohm succiono la pequeña lengua y despies le mordió el labio inferior, haciendo jadear al mas pequeño, que subió sus manos hasta su cabello negro y se lo alboroto con frenesí.
-Ves que lo sientes- jadeo Ohm contra sus labios sin bajarlo.
-Lo siento- respondió con voz temblorosa y los labios algo hinchados.
-Ya no escapes de mi- gruño mirándolo con intensidad y lo beso de nuevo con intensidad llevándolo hacia unas colchonetas apiladas en la pared de enfrente, lo bajo lentamente dejando que notase su protuberancia, notando también la ajena, volvió a gruñir gustoso.
Fluke levanto la mirada vidriosa por el deseo hacia su Alfa, quería mas, lo jalo del saco y estrello sus labios contra los del mayor, este gustoso se dejó hacer e hizo que el cuerpo mas menudo se quedara horizontal, le subió una de las piernas para poder rozar sus miembros, cuando esto sucedió, ambos gimieron y se pegaron mas sin dejar de besarse.
El castaño se restregaba contra el Alfa y acariciaba todo lo que sus pequeñas manos alcanzaban, cabellos, espalda y glúteos, por Dios, ¿estaba de nuevo el celo?, eso parecía, por como sentía sus hormonas alborotadas por ese enorme hombre. Inesperadamente siente una gran mano en su entrepierna, y se queda congelado abriendo los ojos encontrándose esos pozos sin fondo.
-No hare nada que no quieras- le informa este dejándolo de besarlo, pero sin quitar la mano de su erección-no te hare daño- sigue notando la incertidumbre en esa mirada avellana que tanto amaba, por que amaba a su Omega, a todo el. Movió su mano levemente sobre el otro pene, obteniendo que Fluke gimiera y cerrara los ojos de nuevo, sonrió satisfecho.- ¿Me detengo?- cuestiono sabiendo la respuesta y siguiendo con su caricia ahí.
-No- respondió en un susurro Fluke sin abrir los ojos- sigue.- ordeno.
El pelinegro lo volvió a besar, y empezó a masajear la ajena entrepierna, su destinado empezó a mover las caderas contra su mano, no era suficiente, para ninguno de los dos. Abandono las caricias recibiendo una protesta contra su boca, y con presteza bajo la pantalonera y ropa interior del pequeño, después empezó a desabrochar el cinturón y con esto su pantalón de vestir.
-¿Qué… que haces?- pregunto Fluke mirándolo sin importarle que sus partes nobles estaban a la vista.
-Espera- pido con la respiración igual de acelerada el mas grande y se terminó de bajar su ropa.
-¿Qué vas a hacer?- cuestiono asustado el castaño.
-Nada malo- contesto tomando su miembro y pegándolo al del otro.
Fluke dejó de respirar en ese momento, Ohm había rodeado su pene con el de el, lo miro con grandes ojos, mientras la enorme mano se empezaba a mover de arriba abajo, abrió la boca llevando su cabeza hacia atrás, empezando a respirar mas profundo que antes.
-Mírame- ordeno el Alfa, y su Omega obedeció- quiero que no dejes de mirarme, quiero verte cuando llegues y quiero que me mires cuando me corro- sentencio el poderoso hombre.
El castaño mantuvo abiertos sus ojos sin despegar la mirada de los otros negros, eran preciosos. Extendió sus manos hacia el pelo negro como las alas de un cuervo, no podía estar quieto, al igual que sus caderas, abrió mas la boca tratando de llevar oxígeno a sus pulmones, cuando el movimiento se hizo mas rápido.
Alfa y Omega jadeaban con el placer que sentían, a Ohm le hubiera encantado hacerle una mamada a su pareja destinada, pero estaba tan caliente que también necesitaba alivio, era la primera vez que estaba en una situación tan intima, no pudo evitarlo, él se encargaría de enseñarle todo el placer del mundo, en todos los aspectos, no solo en el físico, eran de los pocos afortunados en todo el planeta, de poderse encontrar.
Fluke apretó los fuertes hombros ajenos, y jadeo mas fuerte.
-Eso es mi pajarillo, déjate ir- pidió Ohm disfrutando de esa vista que nadie mas tenía el placer de hacerlo, su Omega ere solo de el, de nadie más.
El de abajo se tensó, y su cuerpo obedeció a su dueño, grito sin poderlo evitar y se corrió como nunca lo había hecho, con un placer que no sabía que existía. El mayor lo siguió con un sonido gutural.
Ohm con cuerpo tembloroso se dejo caer a los pies del mas chico, quedando sentado y los pantalones abajo junto con su ropa interior, volvió a sonreír, y miro a Fluke, este estaba desperdigado sobre las colchonetas y también con sus partes al aire, como el, una de las mejores vistas que podía apreciar, la mejor vista, siendo sincero, nunca había visto algo tan hermoso.
-Deja te limpio- le dijo el mas alto levantándose y buscando algo con lo que quitar el semen de ambos que había quedado sobre la chamarra deportiva del Fluke. Encontró unas toallas, tomo una, se giró, y si, su pequeño seguía tumbado con una pequeña sonrisa de satisfacción, parecía que no lo había escuchado.
Lo limpio con cuidado y cariño, lo más que pudo, la mancha seguía ahí.
-Ven aquí mi precioso- le susurro con cariño mientras lo levantaba lentamente.
-¿Ohm?- le pregunto con la mirada perdida.

PAJARILLO (OMEGAVERSE) COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora