CAPITULO 2 KUNGSTRADGARDEN

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-Señorito Fluke, ¿está bien?- pregunto preocupada Samantha bajando las escaleras de la entrada lo mas rápido que su viejo cuerpo se lo permitía.
-Lo estoy- respondió abrazando a la mujer- la extrañe mucho, los extrañe- corrigió mirando borroso al señor Boston que ya estaba junto a ellos.
-Nosotros también lo extrañamos- le sonrió con cariño el anciano.
-Vamos dentro- indico Martjha cariñosamente, apoyando una mano en la espalda de su hermanito, lanzándoles una mirada significativa a los mayores.
Fluke soltó a su querida nana, sonrió entre lágrimas y se dejó llevar.
-Como pueden ver Fluke esta bien- dijo lo mas calmada que pudo- necesita tomar un baño.
-Si que lo necesito- reconoció el castaño sonriendo feliz con la nariz y ojos rojos. Era muy blanco, solo necesitaba derramar una cuantas lagrimas para que su rostro de viera así.
-Bien, le subiremos la cena mientras tanto.
-Gracias- dijeron al unísono los hermanos.
Su hermana lo llevo lentamente hasta la recamara que había ocupado.
-Aquí estamos- dijo innecesariamente la más alta.
-Esta diferente- dijo Fluke avanzando con las muletas.
-¿Qué de diferente?- pregunto su hermana.
-Para empezar la decoración, la última vez que estuve aquí, tenía catorce años- miraba todo con gran curiosidad.
-La decoración de hace once años, ¿es lo último que recuerdas?
-De esta casa, si- le dijo yendo hacia la cama para sentarse.
La mujer suspiro pesadamente.
-¿Te gusta como se ve ahora?- pregunto no queriendo indagar mas, era extrañamente cobarde de su parte, pero no se había sentido tan asustada, solo cuando sus padres murieron, ella iba a cumplir veinte años.
-Me agrada- dijo sin mirarla ya que estaba ensimismado en “su nueva habitación”.- lo que no entiendo es esa enorme foto.- la miro por primera vez desde que entraron.- En esta realidad soy fan del ballet, por lo que veo.
Un bloque de hielo mas en su preocupado y dolido corazón, Fluke no se reconocía, la enorme foto que estaba frente a ellos a un lado del baño y vestidor, era de el, en una de sus tantas presentaciones.
-Así es, amas el ballet- fue lo único que pudo decir.
-Es una bonita forma de expresarse- dijo ajeno a como se sentía su hermana en ese momento- aunque prefiero el patinaje sobre hielo.
-Eso me dijo el especialista- se sentó frente a el en uno de los sillones de la salita que tenía la recamara.
-¿Te dijo lo que le dije?- cuestiono sorprendido el mas bajo- maldito mentiroso, dijo que todo quedaba entre nosotros- dijo molesto.
-Fluke, tu nunca te expresas así- exclamo escandalizada su hermana.
-¿No lo hago?- frunció su ceño olvidando el enojo contra el doctor.
-No, nunca antes te habías expresado de esta manera, siempre has sido recatado y bien educado.- lo miro con reprobación.
-Pero así soy yo, no digo que no sea recatado y educado, lo soy- se defendió el menor- pero me expreso conforme mis sentimientos me lo indican, obviamente si la situación lo amerita, me comporto bien.
-El psiquiatra Philip, no te traiciono, él debe de infórmame de lo que te pasa.
-Se supone que es especialista en esto, y traiciono mi confianza- dijo levantando el mentón.
-Debes de entender- empezó sin saber como expresarse- que en el estado en que estas, el tenía que decirme lo que estaba pasando.
-¿Y cuál se supone que es mi estado Martjha?- pregunto con una mirada que la castaña nunca había visto en el, la estaba retando, a ella.
-Fluke, todo es confuso para los dos, sé que no recuerdas nada de nuestra vida- dijo conciliadoramente- y yo no se que pasa por tu cabeza en este momento, lo mejor es que vayas a tomar un baño, cenes y duermas.
-Acepto que necesito un baño, y también tengo hambre- dijo- pero tú tampoco recuerdas nada de “nuestra vida”- recalco levantándose y tomando de nuevo las muletas.
-Mañana me contaras que es lo que no recuerdo, ¿está bien?- concedió no queriendo reñir con el, rara vez lo habían hecho.
-Esta bien- secundo mirándola significativamente antes de avanzar al baño.
Dio vueltas toda la noche, entendía a su hermana, ya que él tenía el mismo desconcierto y miedo. Samantha le había subido la cena cuando él estaba cepillándose el cabello frente al espejo, trataba de ver algo diferente en su persona, pero no encontraba nada, seguía siendo el mismo, al menos eso lo tranquilizo, no se imaginaba teniendo un físico diferente, se estremeció de solo pensarlo, sería otro gran golpe ver un rostro desconocido en este nuevo mundo.
Agradecía a su querida Samantha la deliciosa cena, su comida seguía siendo la misma, después de eso había ido a la cama, no tuvo el valor de apagar las luces.
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Suspiro al entrar en la casa, giro el cuello haciendo que tronase y soltó un suspiro. Que semana mas difícil.
-Bienvenido señor Thitiwat- lo recibió su mayordomo.
-Gracias Mix- le tendió el saco y su portafolio.
Este lo tomo y le dio las gracias al chofer por haber llevado la maleta de su jefe. Cerro la puerta, ordenando a Jaime que llevara el portafolio a la oficina del señor.
Todos ahí eran Betas, no es que no le agradaran los Omegas, al contrario, eran sexis y complacientes, pero no necesitaba distracciones en su casa, y los Alfas, nunca trabajarían bajo el mando de alguien como el, bueno, eran contados, el caso era que eran personas de poder, mas que las masas, así era el mundo, Alfas el principio de la pirámide, Betas como los de montón, y Omegas, los mas bajos en especie, pero los mas importantes a la vez, eran pocos y los únicos cien por ciento en procrear, algunos Betas, con bastante suerte, tenían hijos.
-Gracias Mix, bajare a cenar- le dijo quitándose la corbata.
Fue a tomar un baño, había logrado cerrar el negocio con Oppo, había hecho negocios con  BBK Electronics por su vanguardia tecnológica, pero también había descubierto que una de las tantas secretarias de su padre, vivía ahí, la mujer había regresado con su familia a China. Tristemente la mujer no sabía nada, ella se había casado, tenía tres hijos y cuatro nietos.
Se puso ropa cómoda para bajar a cenar, dejaría todo eso en un lugar escondido de su corazón, sabía que la encontraría o dejaba de llamarse Ohm Thitiwat, pero era hora de cenar.
-Buen provecho- dijo el mayordomo dejándolo solo.
Empezó a cenar mirando su tablet, por fin le había llegado la lista que tanto esperaba, el y Kao tenían mucho trabajo por delante. Mando una copia del documento a su amigo, aunque debería de estar haciendo cosas mas excitantes con su esposo, sonrió.
Kao era un romántico, siempre busco a su Omega, creía en los destinados, una de las tantas leyendas, casi todas tenían un final feliz, unidos por el destino desde el principio de los tiempos. El siempre fue escéptico, dejo de serlo un poco, cuando su amigo conoció a Earth, un Omega que era secretario de la competencia.
Habían tenido una reunión con estos, las cosas no habían salido bien, pero su mano derecha en lugar de seguirlo, había llevado a cierto rubio sobre sus hombros, mientras el pequeño golpeaba la espalda de Kao, no hizo nada para impedirlo, noto esa mirada en el otro, estaba decidido.
Después de una telenovela, ellos se habían comprometido y casado, fue alucinante, pero fue feliz por su amigo, su sueño se cumplió, ahora tenían una niña,  Clara, tenía tres años, la primogénita, y las mas amada por ellos, sonrió.
Termino su cena y agradeciendo se fue de vuelta a su dormitorio. Tenía que dormir, al día siguiente tenía una cita con Martjha Natouch, dirigía una de las escuelas de ballet mas importantes del país. Sabía que el arte del baile tenía muchas ramificaciones, pero por algún lado se tenía que empezar.
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Habían pasado mas de quince días, y no lograba recordar lo que su hermana y el doctor Philip le habían dicho, era mucho tiempo para estar inconsciente sobre la pista de hielo, al menos que estuviera en coma en una cama de hospital o en el peor de los casos muerto, así que empezó a resignarse a esa nueva realidad.
Su hermana le había dicho como funcionaban las cosas ahí, era tan bizarro, como que el bailara ballet en lugar de patinar artísticamente. Aquí existía una jerarquía de clases, eran Alfas, Betas y Omegas, los primeros eran los más poderosos, tenían más poder y dinero que los demás, ellos mandaban, si algo no les agradaba, no existía, así de simple. Los Beta, considerados como la clase intermedia, ocupaban gran parte de la población, mientras los Omegas eran de bajo rango, como el, su hermana era una Alfa, una de los más poderosos.

PAJARILLO (OMEGAVERSE) COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora