CAPITULO 15 SORPRESA

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Rebeca estaba emocionada, su padre era bueno cocinando, y los postres eran su especialidad. Eran las tres de la mañana, estaba en la sala, su padre y Mew dormían desde hace horas, pero ella estaba muy emocionada. Se concentró en lo que su padre quería, y ella le ayudaría en ello.
Sabía algo de cocina, pero no era tan buena como su padre. Siguió tecleando, miro la luz del sol entrando por las ventanas de la cocina. Se levantó y se estiro sintiendo alivio. Ya amanecía, las horas pasaron volando. Aparto sus ojos de una de las ventanas y siguió con lo suyo.
Cuando la luz alumbro el lugar, fue afuera, empezó a correr, siempre lo hacía, era algo que la ayudaba a relajarse, además el lugar se prestaba para eso, todo era muy tranquilo, acelero el ritmo, se sentía libre, era maravilloso, eso le encantaba de ese lugar, podía ser ella.
Era domingo, agradecía que Mew descansaba, y ella su padre no tenían nada mejor que hacer.
Recorrió toda la colonia, le dio cinco vueltas. Había esquivado a unos hombres inadecuados y volvio a casa.
-Ya regresaste- le dio la bienvenida a su hija, estaba haciendo pan de zarzamora.
-Eso huele bien- le sonrió secándose en sudor de la frente.
-Son tus favoritos-guardo silencio- Rebeca debemos irnos- le dijo sorprendiéndola.
-¿Cómo que irnos?- se dejo caer en una de las sillas de la concina.
-Creo que tu madre nos encontró.
Rebeca se congelo, y su mirada demostraba terror.
-¿No has notado nada extraño?- pregunto.
-No lo se- se pasó las manos por su cabello.
-Nos vigilan- anuncio desesperado.
-Tienes razón- empezó nerviosa y asustada la chica- ¿Pero que haremos? - lo miro con grandes ojos.
-Necesitamos irnos- dijo una voz detrás de ellos- no se como lo haremos, pero saldremos de aquí.
-Mew- exclamo sorprendida girándose a el.
-Yo también los vi, no podemos perder tiempo.
-¿Tenemos que huir de nuevo?- cuestiono angustiada.
-Debemos intentarlo- respondió su padre.
-¿Cómo lo haremos?- los miro aterrorizada.
-Por ahora empaquemos, llegando la noche ya veremos.
Rebeca los siguió sabiendo que si Roberta Nikolaou los había encontrado, estaban perdidos.
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Boun se paseaba por la sala de su departamento, Prem dormía tranquilamente, habían peleado y hecho el amor de nuevo, siempre era la misma situación, bufo cansado. Tenía que arreglar eso, no eran destinados como la creencia decía, eran destinados por que el lo decia. Prem seguía molesto desde que lo mordió sin su consentimiento. Se había dejado llevar y ahora se arrepentía, sabían que Prem era diferente.
Tenía que esforzarse mucho para que lo perdonara. Faltaba unas horas para su viaje a América, no quería dejarlo solo, pero no podía eludir su responsabilidad.
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Ohm y Fluke siguieron sus video llamadas calientes por varios días, no se habían visto en ese tiempo, Su Alfa había salido del pais por negocios. En dos días se verían de nuevo, Fluke estaba mas que nervioso, pero deseaba el encuentro.
Fue y se reunió con Yiwa y Panin, estas se habían vuelto mas cercanas desde que las había presentado.
-Creímos que no vendrías- se quejó la pelinegra.
-No exageres Yiwa- la amonesto la rubia.
-No exagero- se defendió- llego diez minutos tarde- miro su reloj.
-Chicas, llegue tarde, y solo eso fue- se sentó con una gran sonrisa.
-¿Cómo te sientes?- pegunto la pelinegra.
-Todo esta bien, gracias por preguntar - tomo de la limonada que habían pedido para el.-esta tibia.
-Si alguien hubiera llegado a tiempo- se quejo su cuñada.
-Lo siento, tuve que hablar con la mamá de uno de mis alumnos.
-Es difícil ser profesor- opino Pannin.
-Mas bien de los mas pequeños.- concedió el castaño.
-¿Estas emocionado porque veras a tu Alfa?- cuestiono su amiga.
-Si, ha sido una semana muy larga- respondió sonriendo- ¿Cómo te va con Tul?
-Muy bien la verdad, de hecho por eso los reuní aquí- saco de su bolsa dos sobres color blanco con un listón rojo- tomen- le tendió uno a cada uno y se puso un anillo de compromiso en su dedo anular izquierdo- me caso- anuncio mostrándoles su mano.
La miraron con grandes ojos, sin creérselo, abrieron al mismo tiempo la invitación, y si, ahí ponía que Pannin Charmanoon y Tul Anderson los invitaban cordialmente a su boda, se giraron al mismo tiempo a ver la enorme piedra que tenía su amiga en su dedo.
-No, lo, puedo, creer- chillo emocionada la pelinegra tomando la mano de la rubia- es enorme expreso refiriendose al diamante.
-¿Cuándo paso esto?- cuestiono Fluke incredulo.
-Hace semanas- dijo sonrojándose.
-Pero, si apenas hace unas semanas que estabas sin querer conocerlo- dijo desconcertado.
-Hicimos click- se encogió de hombros.- Tul me gusta, y yo le gusto, además nuestras familias nos presentaron para esto- señalo las invitaciones y el anillo- para que nos casemos.
-Pero, todo es muy rápido- siguió el castaño.
-Mira quien habla- sonrió burlonamente su amiga- si tú ya hasta…
-Basta- grito asustado mirándola y después a su cuñada- me alegro por ti, solo me sorprendió.
-Felicidades Pannin- la abrazo Yiwa.- serás muy feliz.
-Gracias pequeña- le regreso el abrazo.- ¿tu no me vas a felicitar?- miro a su amigo de la infancia.
-Ven acá- extendió sus brazos para abrazar a su ex novia ficticia- me alegro mucho por ti, pero necesito todos los detalles.
-Te llamare mañana- prometió.
Los tres se enfrascaron en el tema de la boda, Fluke veía como Pannin tenía las mejillas sonrojadas cuando mencionaba a Tul, y sus ojos brillaban mas de lo normal, ese chico le gustaba mas de lo que les había dicho, eso le tranquilizaba, quería que fuera feliz.
-¿Tu y Ohm para cuando?- le pregunto Yiwa.
-No hemos hablado de eso todavía.- sonrió avergonzado.
Ohm y el, realmente no habían hablado de ese tema, ni por asomo. Solo se habían dedicado a conocerse, muy a fondo.
-Pero sin son destinados- se quejo su cuñada.
-Estamos conociéndonos- se defendió bajando la mirada.
-Ni te imaginas como se conocen- intervino Pannin burlonamente.
Fluke la fulmino con la mirada.
-Pero son almas gemelas- insistió Yiwa con inocencia.
-Así se dieron la cosas- se excuso encogiéndose de hombros.
-Oigan estamos hablando de mi boda- se quejo superficialmente Pannin para distraer a la menor.
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Prem se sintió aliviado al saber que Boun estaría mas de una semana fuera, la señorita Martjha lo había enviado a América para que fuera a negociar con la Omega y gran patinadora María Rodríguez . Ese Alfa le había arruinado la vida, no entendía por qué seguía con el, lo había intentado de verdad, había intentado dejarlo, pero había una parte de el que no quería alejarse, y no sabía si odiaba mas al Alfa o esa parte de el. Lo había mordido sin su consentimiento, aun no podía asimilar que no fuera Beta, por dios tenia veinte ocho años creyéndose en esa categoría, pero su celo de varios días había derrumbado toda su vida. El médico le dijo que su situación era muy extraña, casi no existían casos como el de el, le había hecho algunos exámenes médicos, pero todavía no encontraba nada anormal. Su familia era otra historia, se habían vuelto locos cuando se los había comunicado, antes de que Boun se los dijera como lo había hecha con su jefa. Ahora lo sobreprotegían, siendo que el siempre lo había hecho, era el único hijo, sus padres eran Beta y Omega, ambos hombres.
Todo era un caos, pero tendría unos días de paz para poder pensar y acomodar sus sentimientos, se acarició la marca tras su cuello, ese maldito. Ya estaba unido a el, y sabía que no sería fácil alejarse de el, la única manera era que se dejara morder por otro Alfa, pero ¿tendría el valor de dejarse hacer eso de nuevo?, no lo creía, maldita fuera Boun Noppanut y su vena Alfa.
¿Sería la mordida la razón por la cual no se podía alejar del rubio?, no lo sabía, solo tenía unas semanas de ser Omega, y aunque había investigado, nada de lo que leyó lo consolaba. Gracias a Dios que ese maldito había usado condones cuando tuvieron sexo, si no, ahora estaría mas aterrado.
-Prem, la cena esta lista- le grito desde la planta de abajo uno de sus padres.
-Ya voy papá- respondió mortificado.
Su padre Draco que era Omega lo trataba como bebé desde su nueva condición, no estaba acostumbrado, el y su padre Harry eran los hombres de la casa, siempre lo habían sido, pero todo había cambiado. Quería de regreso su vida, sus padres no eran los mismos, ni el lo era, si pudiera matarlo, lo haría, pero no tenía el valor, un Alfa lo había mordido, el Alfa que lo reclamaba como su Omega.
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Fluke le conto las buenas nuevas a su hermana, ella también se sorprendió mucho, pero se sintió feliz por Pannin, le tenía mucho aprecio.
-¿Cómo no supiste nada de esto?- cuestiono.
-No lo sé, yo también estoy sorprendido, esa granuja se guardó todo en secreto- se quejó con un puchero.
-Sus razones tendrá, fue una sorpresa para ti.
-Lo fue, créeme, todo paso muy rápido, ella ni si quiera lo conocía, es mas no son destinados, pero se van a casar.- exclamo fervientemente.
-Fluke.
-No me mal intérpretes, estoy feliz por ella, sus mejillas estaban arreboladas y sus ojos brillaban.- sonrio.
-Fluke- volvió a llamar.
-Mande- la miro.
-¿Estas celoso?- lo vio con intensidad.
-¿Celoso?- cuestiono sin entender.
-Si, celoso, celoso de que tu amiga se va casar con alguien que acaba de conocer.
-No estoy celoso- le dijo con sonrisa tensa, ¿lo estaba?, no le agradaría sentirse así, estaba feliz por Pannin, no estaba celoso, ¿Por qué lo estaría?
-Pannin y Tul no son destinados, tienen poco de conocerse, y ahora se van a casar- insistió su hermana.
-Como ya te dije, me alegro mucho por ella, se veía muy feliz.- frunció el ceño.
-Esta bien, yo solo decía que, ya te quieres casar.
-¿Qué?- salto de su asiento- ¿De dónde sacas esa idea?- cuestiono con la cara roja.
-Ideas mías- le sonrió.
Fluke se volvió a sentar, siguieron comiendo y platicando de la boda de la Omega.
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Rebeca, su Beta y su padre salieron de la casa solo con sus maletas, dejaron todo atrás, todo lo demás. Su avión saldría al amanecer, el primero en escabullirse fue Mew, después Rebeca y por último el señor Nikolaou, no se arriesgaron a llamar un taxi, así que entre sombras llegaron a la estación de camiones que los llevaría hasta la ciudad mas cercana que tenía un aeropuerto y los sacaría del país.
Fueron horas muy estresantes y angustiantes, los tres miraban a su alrededor con temor de ser descubiertos, pero no encontraron ninguna amenaza, saldrían del país. El padre de Rebeca les había confesado sobre su fortuna, si eran sinceros, podrían vivir muchisimos años sin trabajar ninguno de los tres. La pelirroja le reclamo a su padre, el le había confesado el miedo que le tenía a Roberta, ella no pudo mas que agradecerle que fuera su padre. El avión partió sin ningún contratiempo, su destino era México, esperaban estar tan lejos de la señora Nikolaou como para que los encontrara.
Llegaron a ese país extraño, Mew los sorprendió con su español mocho pero entendible, les dijo que amaba las lenguas, pero que la mas difícil era el español, ya que tenía muchos modismos, Julio y Rebeca lo miraron sin entender, pero lo siguieron.
-Solo descansaremos aquí- les informo dejando las maletas sobre la cama King size- esta es una gran ciudad, debemos ir a un lugar mas pequeño.
-Pero amor, mamá ya nos encontró en una pequeña ciudad, ¿Qué nos asegura que aquí no lo hará?- le pregunto Rebeca al Beta.
-Para empezar estamos en un  país que ella de seguro ni conoce, es muy elitista, pero no podemos arriesgarnos, así que nos iremos a un pueblo fructífero pero pequeño.
-¿A dónde vamos Mew?- pregunto Rebeca angustiada.
-Creel Chihuahua- le respondió- todo estará bien Julio- lo miro- yo me encargare de eso.
-Confiamos en ti- le dio una sonrisa agradecida su suegro.
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Estaba nervioso, por fin había llegado el día, pero no había decidido que ponerse, no podía ser nada provocador, su hermana lo cuestionaría, no quería interrupciones en la sorpresa que le tenía a Ohm, así que decidió ponerse un conjunto color gris de short y camisa, el verano había llegado a Estocolmo, fuera empalmes como lechuga.
-Martjha, hoy llega Ohm y tendré una cita con el- anuncio en el comedor.
-Lo sé.
-¿Cómo lo sabes?- la miro sorprendido.
-Hablo con el- empezó a desayunar.
-¿Hablas con Ohm?- la miro.
-De vez en cuando- tomo de su jugo de naranja.
-¿Por qué no me dijeron nada?-.pregunto.
-El es mi cuñado, tu mi hermano, debemos estar en comunicación.
-Es una excusa tonta.- se enfurruño cruzando los brazos y mirándola duro.
-No es tonta Fluke, solo lo tengo amenazado.
-Lo sabía- la señalo con el dedo.
¿Qué sabias?- lo escudriño con el ceño fruncido.
Su celular sonó en ese momento.
-Ohm me habla- presumió el menor saliendo del comedor, salvado por la campana.
-Hola mi pajarillo- saludo el Alfa.
-Hola- respondió bajito yendo hacia la biblioteca.
-¿Me extrañaste?
-Mucho, ¿y tu?- se sentó en uno de los sillones.
-Casi me volví loco- respondió el Alfa con voz ronca.- necesito verte.
-También quiero verte ya.
-Me ducho y paso por ti.
-Te espero con ansias.- Suprimió un grito, por fin lo vería.
Ohm llego en poco tiempo, Fluke casi brincaba de felicidad y salio corriendo hacia la puerta, lo siguió la carcajada de su hermana pero no le importo.
-Ohm- chillo en cuanto abrió la puerta y se lanzó al pelinegro saltando hacia sus caderas y aprisionándolo entre sus extremidades.
-Alguien me extraño- rio abrazándolo.
-Mucho- le dijo olfateándolo.
-Vaya, esto no me lo esperaba- les dijo la castaña mirándolos con sorpresa.
El menor se bajo a regañadientes de su Alfa y miro a su hermana con vergüenza.
-Lo siento, me deje llevar- se disculpó con la cara como granate.
-Parece que se han acercado mas de lo que pensé.
-Es mi Omega, Martjha- abrazo por los hombros posesivamente al castaño.
-Lo sé, solo me sorprendí- sonrió conciliadora, al final, ellos se casarían en poco tiempo.- vayan a su cita- les dijo- y me alegro que llegaras con bien cuñado- sonrió de lado. 
-También me alegro de verte- le sonrió relajado- vamos pajarillo.
La Alfa abrió mucho los ojos, pajarillo, lo llamo pajarillo.
-Nos vemos mas tarde Martjha- se despidió antes de que le echara la bronca.
Se subieron en la limosina dejando a la mujer muy sorprendida.
se sentía tan mortificado por haberse dejado llevar frente a su hermana.
-Ven acá- jalo el Alfa a su Omega, el pequeño se había ido hasta la otra orilla del asiento trasero, presiono un botón para que la barrera de platico y tela que los separaba del conductor subiera, no quería público.
Fluke casi grito por la sorpresa de verse arrastrado y subido sobre las piernas del mayor.
-Yo también te extrañe muchísimo- susurro al sorprendido Omega, y lo beso apasionadamente.
Si, eso era lo que quería pensó me mas bajo apretándose al grande cuerpo y saboreándolo, su Alfa, todo suyo, solo de el, de nadie mas. Se comieron la boca con desespero, ya se conocían completos gracias a las video llamadas, pero necesitan mas, ambos lo sabían, ¿pero tendría el valor?, se cuestionó Fluke, si lo tenía, amaba a Ohm, ya no tenía dudas, lo amaba, nada mas importaba.
Sintió la lengua del mas grande acariciar su paladar, eso lo hizo estremecer y se apretó mas haciendo fricción con su erección en la mas grande, los dos gimieron de placer.
-Sabes tan delicioso- jadeo Ohm contra sus labios- es una adicción, eres una adicción, y me encanta.- se froto mas fuerte.
-Nghnnnn- soltó el castaño.
-Primero la cena- se obligó a decir Ohm.
-No quiero cenar- lo miro con los ojos nublados de pasión.
-Pajarillo, no me atormentes- suplico volviéndolo a besar con ahínco.
Llegaron a su destino demasiado pronto para el agrado de los dos. No habían dejado de comerse con la boca, de acariciarse y restregarse entre ellos, estaban al límite, además Fluke había dejado salir sus feromonas con intensidad.
Ohm gruño al ver que ya estaban fuera de su mansión.
-Hemos llegado pajarillo- lo separo lentamente, con cariño, no quería que este se sintiera rechazado.
-No quiero Ohm- se quejó chiplemente.
-Cenaremos primero- le empezó a acomodar la ropa con suavidad- mañana te quiero presentar a mi mejor amigo y su esposo.
-¿Kao y Earth?- pregunto saliendo un poco de esa nube de excitación.
-Así es- le sonrió acomodándole el cabello- mañana iremos con ellos a navegar.- lo levanto como como si fuera una pluma de ave dejándolo sentado a su lado.
-¿Navegar?- Se aliso la camisa.
-Mañana es viernes, después de que salgas del trabajo pasare por ti, pasaremos el fin de semana en mi yate.- se anudo bien la corbata.- y antes de que digas nada tu hermana también viene.
-¿Martha también?, pero Ohm.
-Ya hablé de mas- le interrumpió dándole un pequeño en los labios, vamos ya llegamos.
-¿Dónde estamos?- le pregunto bajando del carro.
-Bienvenido a la mansión Thitiwat.
Fluke se quedó quieto mirando esa enormidad, parecía un castillo, era la casa mas grande que había visto en su vida, y la mas hermosa, era blanca como la nieve llena de pequeñas luces por do quier, parecía salido de un cuento de hadas.
-Es preciosa- susurro.
-Me alegro que te guste, vamos- le tomo la mano y lo llevo dentro.
Por dentro era mas espectacular.
-No me imagine que vivieras en un lugar así- le dijo sin dejar de mirar alrededor.
-¿En que lugar te imaginaste que vivía?- lo abrazo por la cintura.
-¿Un departamento de soltero?- cuestiono mirándolo con una ceja levantada.
-Ya no mas mi pajarillo, mi corazón es tuyo.

PAJARILLO (OMEGAVERSE) COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora