CAPITULO 14 INSTINTOS

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Fluke se retorcía de deseo, llevaba semanas saliendo a citas con Ohm, y le encantaba, solo había un pequeño problema, el se comportaba como un caballero, osea, ¿Qué había sido del Alfa que lo había besado en la biblioteca, del que lo masturbo en el almacén de su trabajo?, sabía que Martha estaba tras de ese comedido comportamiento de su novio, si novio, se lo pidió en la tercera cita. Había pasado mucho en muy poco tiempo, pero lo que el quería que pasara, no había pasado ni una sola vez, se hubiera podido consolar si solo se hubieran comido la boca con besos apasionados y se hubieran manoseado un poco, pero no, solo se habían tomado de la mano, y lo había abrazado por la cintura, lo mas intenso que habían hecho, fueron esos besos de pico, lo habían dejado deseando mas, bufo molesto girando en su cama.
¿Por qué su hermana tenía que haberle leído la cartilla a su Alfa?, se había masturbado mas que en toda su vida, y esa noche no sería la excepción, bufo de nuevo. Tenía que hacer algo, no podía seguir con ese tipo de dieta sexual, ¿Cómo podía hacer que Ohm lo deseara?, el mayor siempre tomaba la decisión de todo, donde se verían y a que hora, era momento de tomar el sarten por el mango, ¿pero de qué manera?, tenía que ser algo extraordinario para que Ohm bajara sus defensas, se levantó y encendió su lap top, entro en Google y escribió ¿Cómo seducir a tu Alfa?
Le salió infinidad de información, desde lo mas recatado y romántico, hasta lo mas intenso y pervertido, lo que veían sus ojos no podía ser real ¿lo era?, esas posiciones y esas cosas que usaban, jamás había visto nada parecido, había tanto que no conocía, y muchas de las cosas que veía le gustaron, le daba algo de miedo, pero decía que era muy satisfactorio, además su sentía intrtrepido. Ya sabía que hacer, sonrió satisfecho, apago el aparato, y se fue a la cama, quedándose dormido de inmediato con una gran sonrisa.
Salió hacia la calle y se encontró con Prem que como en las últimas semanas el pobre se veía incomodo, resulto ser Omega, el no lo sabia y obviamente no se los había contado, sino Boun, su Alfa. Entendía por qué se veía tan decaído, aunque el pelinegro trataba de no lo demostrarlo. El rubio impetuoso había llegado a la mansión Natouch y había arrastrado al pelinegro y lo había presentado como su Omega. Había sido un shock para ambos, Martjha y él se habían quedado con la boca abierta, Prem, el guardaespaldas en que tanto habían confiado, no era un Beta, sino un Omega, aun se estremecía al recordar como había reaccionado su hermana. Ella no tenía nada contra los Omegas, pero le había confiado la vida de su pequeño hermano a un supuesto Beta, lo que vino después, fue peor.
El rubio y su hermana tuvieron una acalorada discusión, por decirlo suavemente, el rubio defendió con uñas y dientes a su Omega, fue tan incómodo para el, no imaginaba como se había sentido Prem.
-Necesito ir de compras- le dijo subiéndose a la limosina, seguido del guardaespaldas, quería ver la cara de esos dos cuando vieran a donde lo llevaban, como siempre el conductor solo hacia su trabajo, nunca lo había escuchado hablar.
-¿A dónde quieres ir?- cuestiono el pelinegro curioso, Fluke rara vez se desviaba del camino.
-Sigan esto- le extendió su teléfono móvil, ocultando una sonrisa picara. Había puesto la dirección de una de las tiendas mas exclusivas de ropa interior y sex shop.
Era extraño que hubiera ropa interior de encaje para hombres, en su mundo imaginario debería de existir, para los gays hombres, pero nunca había pensado en eso, todo era tan nuevo. Y si, el ambiente en el auto cambio, contuvo una carcajada.
Llegaron a su destino.
-No me puedes acompañar- dijo antes de que su guardaespaldas articulara palabra, tomando el picaporte de la puerta.
-Pero joven Natouch- se quejó el este.
-Prem- lo paro- me bajare, entrare en la tienda, esperaras el tiempo que sea necesario, y todo estará bien.
-Su hermana- trato de seguir.
-Mi hermana sabe que tengo una vida, no siempre debo de seguir la agenda- salió del auto y fue hacia su destino.
Una chica Beta le recibió.
-Bienvenido- el sonrió.
-Soy Fluke Natocuh, tengo cita con la señorita Perla.
-Claro, ella lo espera- le indico con un gesto para que la siguiera.
-Bienvenido, señor Natouch, le sonrió un chico de color vestido de chica, vaya eso no se lo esperaba.
-Gracias a ti Perla, por recibirme con tan poca antelación.
-No me agradezca, para mi es un placer atender al tipo de cliente que es usted.
Fluke se sonrojo sin poder evitarlo. Era cierto que estaba ahí por la ropa interior de encaje, pero había descubierto algo mas, su secreto a voces y había pedido ver ese secreto.
-Sígame por favor- tomo su mano y lo guio a través de la enorme tienda. El castaño se dejo llevar por la chica chico de pelo rosa, Dios, ¿en que se había metido?.
Perla saco una llave del bolcillo de su vestido y abrió la puerta que estaba tras uno de los vestidores de la orilla.  Bajaron por unas escaleras metálicas, todo estaba a oscuras, excepto por las luces neón que estaban bajo de ellos, se mareo un poco, era un princeso, sonrió riéndose de el mismo sin dejar de seguir al travesti, si es que así se llamaba en esa realidad, jadeo, seguía con las ideas del sueño de la otra vida, tenía que esforzarse mas.
-Bienvenido a Sex and Victoria’s Secret- exclamo orgulloso el pelirosa.
Fluke abrió mucho los ojos, una cosa era verlo en la pantalla, y otra en vivo y directo.
-Estos son mis tesoros- dijo el mas alto orgullosamente - lo se, es tan magnifico que te quedas sin habla- sonrió.
-Siendo sincero, soy nuevo en el tema- confeso mirando a su alrededor. Había muchos estantes llenos de juguetes sexuales, y al fondo estaba cosas mas grandes, sillones, camas, mesas, entre otras cosas, era un toque de inquisición y modernismo.
-Tu llamada fue tan entusiasta que creí que sabias a lo que venias- le sonrió nervioso.
-No te preocupes, esto para mi es nuevo, pero soy materia dispuesta- le regreso la sonrisa.
-Siendo así- extendió los brazos exageradamente- bienvenido.
-Empecemos por lo mas sencillo- pidió tímidamente.
Y así se vio envuelto en cosas que no sabía que existían, su vida había sido muy aburrida, y no entendía si le gustaba todo lo que veía y le explicaba Perla o lo desconcertaban.
-¿Qué te parece?- lo miro con intensidad.
-Me parece que agradezco tu esfuerzo, pero me gustaría por el momento ver la ropa interior.
-Ha, ya veo- respondió desilusionado.
-Me gustaron algunas cosas que me mostraste, después vendré por algo- trato de consolar el castaño.
-Espero que la próxima vez no vengas solo.
Oh Dios, el también había visto las noticias, la relación que tenía con Ohm ya era publica, desde la primera cita, un reportero los había visto y había hecho su aguinaldo. Recordando todo, ya no le extrañaba, les habían tomado una foto en el restaurante, y su Alfa no había hecho nada para evitarlo, era obvio que sabía, tonto de él, su destinado era rico y poderoso, todos lo sabían.
-Espero que puedas guardar el secreto- dijo nervioso subiendo las escaleras.
-Soy como una caja fuerte- lo miro con ojos picaros imitando un cierre en su boca con sus dedo índice u medio.
-Gracias- dijo aliviado.
-Tengo algo perfecto para ti- cerro la puerta secreta- te mostrare lo mejor de la colección.- chicas, en acción- grito asustándolo.
Después de eso todo fue ceda y encaje, salió de la tienda con tres enormes bolsas llenas de ropa interior sexy. Se sentó al lado de un Prem malhumorado.
-Termine- dijo con una gran sonrisa sin recibir respuesta, ambos hombres estaban muy serios, el se encogió de hombros, no había conseguido por lo que había ido, pero después regresaría.
En cuanto llego a casa, subió a su recamara como siempre y oculto lo que compro al fondo del enorme guardarropa, no sin antes tomar un conjunto color rosa palo, creía que solo las mujeres usaban sujetador, pero ahí estaba, con ropa interior de Omegas de dos piezas. El encaje era muy suave al tacto, ¿tendría el valor de ponerse algo así?, se preguntó mirando la ropa con ojo crítico, si, ya había comprado una docena. Se dirigió con paso decidido al baño, lo haría, se desvistió y se miro con detalle frente al enorme espejo, tomo con manos temblorosas el conjunto y se lo puso.
¿Se veía como una chica?, se miró detalladamente, ni de coño, el era un hombre, esa ropa solo le decía que era un Omega dispuesto a todo para seducir a su Alfa. Hizo algo que nunca había hecho, se tomo fotografías frente el espejo de cuerpo completo, eso era la guerra, y la ganaría. Se puso una bata de baño, de seda color vino sin quitarse en conjunto que le hacían sentir sexy y valiente.
Sus nervios estaban de puntas, tomo su celular y busco el contacto de Ohm.
“Hola mi Alfa,- empezó a escribir- espero que estés descansando, pero lo único que deseo, es que estés pensando en mi.”- leyó lo que acababa de escribir. “Te tengo una sorpresa, me gustaría que apreciaras mi esfuerzo”. Pulso enviar, no mando ninguna foto, eso sería después.
Se acostó en la cama con los nervios de punta, era la primera vez que le escribía, Ohm siempre era el de la iniciativa, el se había contenido.  El timbre del aparato lo saco de sus ensoñaciones, Ohm le llamaba, contesto de inmediato.
-Fluke, ¿Qué sucede?-cuestiono preocupado el pelinegro.
-¿Estas ocupado?- susurro.
-Para ti nunca, ¿estás bien?- cuestiono con voz ronca.
-Si todo bien, pero te extrañe- confeso descaradamente, empezando la fase uno.
El silencio reino al otro lado de la línea, ¿se había excedido?, se cuestionó arrepintiéndose de inmediato, pero ya no quería ser el comedido y puritano Fluke.
-También te extraño mi pajarillo- ronroneo el mas grande.
-¿Pajarillo?- abrió mucho los ojos.
-Cuando patinas, eres como un colibrí multicolores.- confeso.
Fluke rio.
-¿Qué te causa tanta gracia?- cuestiono.
-Que Martjha me dijo lo mismo.
-Los ojos del amor coinciden, tu hermana y yo te amamos- le dijo sorprendiéndolo.
-¿Me amas?- pregunto impresionado, era la primera vez que se lo decía.
-Así es mi pajarillo, te amo- contesto sin ninguna duda con voz mas roncan.
-Yo también te amo- susurro tímidamente, activo el altavoz, no se atrevía a levantarse e ir por sus audífonos, no quería romper el ambiente- te voy a mandar un pequeño regalo.
-¿Un regalo?- dijo al otro lado.
-Solo espera un momento- pidió buscando la mejor fotografía.
-Está bien.
-Enviado- dijo con un jadeo.
-¿Qué enviaste pajarillo?- cuestiono sin entender nada.
-Mira tu WhatsApp- contesto sintiendo como su cara se ponía roja.
Unos segundos de silencio siguieron, y el castaño estuvo a punto de arrepentirse, pero un gruñido muy varonil le quito esa idea.
-Fluke- rugió el pelinegro.
-Dime- contesto con inocencia y una grande sonrisa de triunfo.
-¿Qué estás haciendo?- cuestiono entre jadeos.
-Seducirte- confeso muy pagado de si mismo- tengamos una sex call- dijo envalentonado - tengo mas fotos- insistió después de unos segundos de otro silencio.
-Estoy en la oficina- dijo desesperado el mas alto.
-¿Me estas rechazando?- su animo bajo un poco, pero no se rendiría -Te acabo de enviar mas fotos- canturreo,se levanto de la cama y fue a poner el seguro en la puerta, no quería ser interrumpido.
-No Fluke- se quejó.
-¿Sigues sentado en tu sillón del rey del mundo?, porque yo me estoy desvistiendo.
-Diablos- se escucharon unos ruidos. -Espera- le dijo Ohm terminando la llamada.
Le había colgado, ¿realmente le colgó?, miro el teléfono con incredulidad. Todavía no salía de su estupor cuando su celular sonó de nuevo con una video llamada, era Ohm, Dios, contesto con dedos temblorosos.
-Hola- saludo el atractivo rostro de su Alfa enviándole una mirada lujuriosa.
-Hola- respondió muy nervioso el castaño.
-Veo que estas vestido- puntualizo el mayor viendo la playera del otro.
-Si- respondió tímidamente, ¿qué había pasado con su valor?
-La fotos que enviaste, son tan calientes- le sonrió quitándose la corbata.- pero me dijiste que te estabas desvistiendo.
-Exagere un poco- reconoció- pero llevo la ropa interior que viste.
-¿Por qué me haces esto?- pregunto dejando su celular recargado en el espejo del baño de su oficina, esto hizo que su Omega lo viera de cuerpo completo- no juegues con esto- se empezó a desabrochar la camisa.
-Solo quiero que dejes de ser un caballero- dijo siguiendo con los ojos esas fuertes manos.
-¿Soy un caballero?- cuestiono burlón.
-Sé que Marjha te amenazo, y por ello no me tocas.
-¿Ella te lo dijo?- se quitó la camisa.
-No, por favor- exclamo jadeando sin apartar la vista de el, su Alfa tenía un torso y abdominales perfectos.
-¿Fue tan obvio?- subió una ceja.
-Por favor, me seguiste a la biblioteca y me besaste como loco en cuanto nos vimos… y tuvimos eso… eso, en el almacén - enrojeció de nuevo.
-¿Te refieres a cuando nos dejamos llevar por la pasión?.
-¿Por qué no te has dejado llevar?- pregunto- ¿tan aterradora es mi hermana?
-No lo es, solo me comporto como ella quiere. Ella te ama, y quiere lo mejor para ti.
-Lo mejor para mi, eres tu- contesto sacándose la playera, dejando al descubierto la ropa interior color rosa sobre su pecho.
-¿Me quieres volver loco?- dijo casi sin respiración y sin pestañear.
-Quisiera que me tocaras- acaricio sus pezones cubiertos por el encaje.
-Yo también- se desabrocho el pantalón.
-¿Tendremos sexo por video llamada?- pregunto sin respiración acomodando el teléfono sobre uno de los buros, asegurándose de que su Alfa lo pudiera ver por completo.
-Es mejor que sexo por llamada- le sonrió aventando con los pies su pamntalon.
Fluke jadeo al ver sus torneadas piernas, junto con el enorme bulto en su ropa interior.
-Es… mucho… mejor- dijo sin respiración.
-Tienes mucha ropa puesta.
-¿Me lo quito?- pregunto tomando los tirantes del sostén.
-No- se apresuró a decir- no te lo quites, quiero verte como en las fotos.
-Es… está bien- llevo las manos con indecisión a su pantalón de mezclilla.
-Hazlo- ordeno Ohm.
Y así lo hizo, se quedó en ese conjunto de encaje, se sentía tímido, su pene estaba despierto, apretado contra la suave tela.
-Lo mejor que mis ojos han visto- jadeo el pelinegro disfrutando de la vista. -Empecemos- anuncio bajándose la ropa interior, no había vuelta atrás, estaban muy excitado.
Fluke abrió mucho los ojos, si que su Alfa estaba excitado, ¿los penes eran así de grandes?, el suyo no era tan enorme, ¿era por la estatura, o porque el era un Omega y Ohm un Alfa?. Tomo todas la innumerables almohadas para recargarse en ellas, no quería perderlo devista.
-Quítate la parte baja- ordeno.
El menor así lo hizo sin rechistar, se sentía expuesto, pero no le importo, su Alfa estaba en igual condición.
-Me pondré lo mas cómodo que pueda- movió el teléfono haciendo que se viera el sillón de tres plazas, y se acomodó en espera.
Fluke se recostó en la cama sintiéndose muy nervioso.
-Te ves hermoso- le dijo el pelinegro, haciendo que el pequeño se sonrojara mas.
-¿Empezamos?- pregunto tímido.
-Puedes hacerlo, acaríciate como si yo lo hiciera.
Se empezó a tocar sus pezones.
-Sigue así- dijo con voz ronca el mayor.
-Ohm, sabes que hoy fui a un lugar muy especial- se apretó sus botones sensibles, conteniendo un gemido.
-¿A qué lugar?- el lo imito, era tan sensual.
-Una tienda sex shop, Victoria Secret- contestó con voz temblorosa.
-De ahí ese conjunto- dijo sin dejarlo de mirar.
-Tengo mas- bajo las manos por sus costillas.
-Mmmmmm, quiero verlos todos- jugo con su vello púbico.
-Te gusto realmente-  aseguro acariciando su vientre firme y plano.
-Me vuelves loco- llego hasta su enorme erección - amo lo que veo- ahora lleva tu mano hacia su trasero.
-¿Qué?- detuvo sus manos sin entender.
-Quiero estar dentro de ti, así que hazlo con tus dedos.
Fluke dudo un poco, pero al ver la intensidad de esa mirada sobre el, llevo su mano temblorosa hacia sus nalgas, un líquido chorreaba.
-Tu cuerpo esta preparado- le dijo empezando a bombear su miembro.
El castaño introdujo lentamente su dedo medio, con cuidado, nunca había hecho nada parecido.
-Sigue así- ordeno el Alfa- disfrutando de la vista.
-Se siente extraño- se quejó el menor.
-Al principio es así, pero después te acostumbras- consoló el pelinegro sin dejar de acariciarse.
El pequeño introdujo mas el dedo, dio un pequeño grito, sorprendiéndolos a los dos.
-Esa es tu próstata, es como el clítoris en una mujer, muy sensible al tacto- le anuncio con una gran sonrisa.
El menor se introdujo el segundo dedo.
-Mastúrbate- ordeno con respiración acelerada sin dejar de masturbase él.
El castaño obedeció de inmediato, necesitaba un alivio, estaba demasiado excitado, s¿no dejaba de mirar como se daba una paja su Alfa.
-Fluke, oh Fluke-acelero sus moviniemtos- imagina que yo te toco- pidió.
-Quiero que estés aquí- jadeo.
-Yo también quiero estar ahí- susurro excitado sin dejar de ver como su Omega se tocaba y se penetraba el mismo.
-Ohm- dijo con la voz aguda- te quiero aquí- chillo acelerando el movimiento de sus manos. – no creo poder aguantar mas.
-Yo tampoco, te deseo tanto.
Ambos se corrieron a la vez. Después de varios minutos siguieron jadeando.
-Gracias- susurro cansado y satisfecho Fluke.
-Gracias a ti- le dijo sonriendo Ohm.
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Fluke abrió lentamente los ojos, estaba en su cama y tenía su teléfono móvil en una de las manos, ¿Cómo había llegado ahí?, se desperezo, miro la hora, eran mas de las diez, se había perdido la cena, se miró, él y la cama eran un desastre, con piernas temblorosas se levantó y fue hacia el baño, ya después se encargaría de la ropa de la cama.
Se lavó el cuerpo, aun sintiendo las caricias ficticias de su Alfa, sonriendo se enjuago el cabello y el cuerpo, se secó y regreso a la cama, se arrebujo en ella y se quedó dormido de nuevo. Despertó mirando a su alrededor, seguía en su recamara, seguía desnudo, no podía creer lo que hizo, se había expuesto en todo su esplendor, que vergüenza.
Sonrió malévolamente, su primera guerra sexual y la había ganado. Tomo su celular y encontró varios mensajes de Ohm donde le agradecía la experiencia, sonrió mas, se bajó de la cama y fue hacia el baño, no respondería hasta después, la situación merecía misterio.
Regreso a la recamara, cambio la ropa de cama y se acostó feliz. Dejaría en ascuas a su Alfa.
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Ohm no durmió esperando una respuesta que nunca llego. Estaba molesto, había tenido ese cercamiento con su Omega y lo ignoraba.
Yiwa tenía una prueba de patinaje, prometió asistir, así que tratando de olvidar su mal humor se fue a alistarse para el gran evento.

PAJARILLO (OMEGAVERSE) COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora