CAPITULO 6 ENCONTRADA

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Habían disfrutado de cuatro días de relajación, donde los Glenn los habían acompañado, eran como los abuelos que nunca habían tenido, parte de la familia. Recibieron el nuevo año 2023 lejos de toda preocupación y responsabilidades, Martjha tenía años que no disfrutaba tanto, siempre estaba demasiado ocupada. De ahora en adelante se esforzaría en dedicarle mas tiempo a su hermano, ¿y si realmente lo perdía?, ¿si Fluke regresaba a su mundo y ya no volvía a verlo?, ¿ni al antiguo Fluke, ni a este?, no quería pensar en eso, pero desgraciadamente era el miedo mas grande que había tenido en su vida. Este miedo había surgido, desde que Paninn le había llamado casi histérica diciéndole que Fluke estaba inconsciente, sintió que su corazón se había detenido, como cuando sus padres murieron y todo empeoro con la amnesia selectiva del castaño.
Tenía varias llamadas perdidas del señor Thitiwat, sin contar los mensajes que había dejado con la servidumbre de la mansión. No sabía de que quería hablar, pero parecía importante. Despidió a su hermano que se veía más emocionado por primera vez desde que despertó en el hospital. Salió de la casa y se dirigió a la academia, le diría a el profesor Suttinut que empezara a preparar a Adan Bally para la siguiente presentación y para ser la estrella de la academia.
-¿Fluke ya no regresara?- pregunto Mild desconcertado.
-Enfócate en Adan, él lo hará bien- dijo la castaña- el nos representara.
-Pero Martjha, ¿de qué hablas?- la tuteo, rara veces lo hacía.
-Fluke ya no bailara más, él tiene cosas mas importantes- le sonrío tranquila.- El joven Bally lo hará bien.
-¿Entonces es cierto lo que se dice?
-¿Qué es lo que se dice?- cuestiono frunciendo el ceño.
-Ayer leí en las noticias sobre que Fluke en lugar de bailar ballet, hacia patinaje artístico.
-Esos malditos carroñeros, se hacen llamar paparazis, pero solo les importa su carrera-  dijo molesta la Alfa.
-Entonces es cierto, Fluke patina.- la miro con los ojos muy abiertos.
-No solo patina- siguió la castaña- es el mejor, si lo vieras, sabrías de que te hablo.
-No entiendo lo que pasa, desde que Fluke sufrió ese accidente es diferente.
-Diremos que no es el mismo- le sonrío.
-Te conozco, y sé que me estas ocultando algo, pero no me dirás nada. Solo acatare tus indicaciones, el joven Adan se sentirá en el paraíso- dijo burlonamente sabiendo que el siempre había envidiado a Fluke.
-Entonces será lo mejor para todos.- le dijo tomando su celular, tenía que comunicarse con Ohm Thitiwat.
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Ohm retuvo la respiración, por fin la llamada que tanto esperaba.
-Buenas tardes señorita Natouch- saludo calmado.
-Buenas tardes señor Thitiwat, lamento no haberme comunicado antes.
-No se preocupe, sé que es una mujer muy ocupada.
-Gracias por entenderlo. Tengo varios mensajes suyos, ¿Qué es tan urgente?- miro la puerta por donde había salido Mild.
-Sí, lamento haber sido tan insistente, pero necesito verla en persona.
-¿Cuándo?- pregunto la castaña.
-En cuanto su agenda se lo permita.
-Estaré libre en un par de horas.
-Te veo en el Ritz a las doce- la tuteo sorprendiéndola.
-Ahí te veo – igualo su familiaridad.
Eso fue extraño, Ohm Thitiwat no la había tuteado nunca, ¿Qué estaba pasando para que el empresario mas poderoso lo hiciera?, se preguntó curiosa Martjha, lo averiguaría.
Llego al Ritz después de terminar todo el papeleo, Fluke seguía en sus clases con el señor Axel, y Warut estaba con el.
-El señor Thitiwat me espera- le dijo a la joven que la miraba intensamente.
-Por aquí por favor, el señor Thitiwat no ha llegado, pero ya no tardara- respondió la rubia.
-Gracias- dijo siguiéndola.
No pasaron ni cinco minutos cuando el Alfa se presentó.
-Buenas tardes Martjha.
-Buenas tardes Ohm- saludo al recién llegado.
-Gracias por haber venido, es muy importante para mi- dijo sentándose frente a ella.
-¿Importante para ti?- le pregunto curiosa.
-Por favor una botella de Royal Tojaki 2008- pidió al joven que se acercó.
Martjha lo miro sin poder creerlo, el hombre la estaba haciendo esperar, eso no era natural en su mundo.
-Ohm, si tienes que decir algo, dilo- ordeno.
-Es algo complicado de decir- confeso el pelinegro.- ambos somos Alfas, es difícil reconocer nuestra debilidad.
-¿De qué hablas?- lo miro sin entender.
-Tu hermano es mi Omega- soltó.
-¿Mi Fluke que?- lo miro reteniendo la respiración. Antes esperaba un Alfa para Fluke, pero ahora todo era diferente. Su hermano era diferente, ya no era el Omega de antaño, era una persona diferente tratando de encajar en el nuevo mundo, el nunca aceptaría un Alfa como su pareja, menos si este era un hombre.
-Él es mi Omega destinado- siguió- lo supe en cuanto nuestras miradas se cruzaron.
-¿Cuando cruzaron miradas?- pregunto molesta- tu lo viste en la cena por solamente unos minutos.
-Me refiero a antes, cuando tú y el salieron del salón.
-¿Cómo sabes eso?, ¿Cómo sabes que Fluke y yo salimos?- lo miro con sus ojos café.
-Lo sé porque el destino así lo quiso.
-¿El destino?- cuestiono incrédula, creía en el destino de los Alfas y Omegas destinados, pero su hermano no era un Omega, al menos no el Fluke de ahora- Eso no es posible- afirmo segura.
-Sentí como mi corazón se paraba y volvía a latir como loco, Fluke sintió lo mismo- aseguro el pelinegro.
-¿De que hablas?- pregunto la castaña incomoda recordando el mal estado de su hermano.
-Sabes de que hablo, tu fuiste testigo de su reacción.
-No puedes hablar enserio- jadeo sin poder evitarlo, ahora entendia por que Fluke se habia sentido de esa manera.
-Soy el Alfa destinado de tu hermano.
-Ohm, espero que esto sea una broma.
-No suelo bromear- reconoció.
-Entiendo lo que dices, pero necesitamos tiempo.- dijo aun sin poder creerlo.
-Entiendo-suspiro aliviado.
-Me tengo que ir- se levantó- gracias por la invitación.
Ohm la vio salir del lugar, la situación había salido mejor de lo que esperaba, sonrío satisfecho.
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Marthja salió con las piernas temblorosas, parecía que todo lo que tenía que ver con su hermano la alteraba sobre manera, subió a la limosina y pidió al chofer que de nuevo la llevara a la oficina, necesitaba tiempo a solas. Si Fluke siguiera siendo el mismo de siempre, ella estaría mas que feliz en que alguien como Ohm fuera su Alfa destinado, pero ahora, no sabía que haría, no conocía bien al pelinegro, pero si conocía que los destinados no podían estar mucho tiempo separados después de haberse encontrado.
Entro en su oficina y se dispuso a investigar sobre Ohm Thitiwat, no había mucho mas de lo que ya sabía. Primero tenía que hablar con el psiquiatra, ver si él podía ayudarles de alguna manera, una cosa a la vez, esperaba que Ohm les diera unos días antes de aparecer exigiendo a su hermano. Agradecía que Boun no estuviera en la ciudad, así no la incordiaría.
-Buenas tardes doctor- saludo al hombre en cuanto contesto la llamada.
-Señorita Natouch, me alegro de que llame.
-Me gustaría que pudiera ver a mi hermano de nuevo.
-A mi también me gustaría, leí algo muy interesante.
-Ya veo- dijo con los dientes apretados.
-Estoy mas que interesado en tratar a Fluke, es un caso muy peculiar.
-Lo es, y espero contar con su discreción- susurro con amenaza.
-No se preocupe señorita Natouch, puede contar con mi silencio- le aseguro el hombre- soy un profesional.
-¿Cuándo nos puede recibir?
-Mañana puedo hacer un hueco, los veré a las tres ¿Qué le parece?
-Perfecto, mañana a las tres lo vemos, gracias.
-Los veo mañana.
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Fluke llego a la casa en un estado de cansancio y felicidad inigualable, el entrenador Paulsen era magnifico, muy exigente, pero se sentía vivo, le recordaba a Martjha, sonrió subiendo las escaleras. Esa noche iría a la pista Kungstradgarden, quería que su pequeña amiga Yiwa tomara clases con el, tenía mucho talento, el le patrocinaría las clases. 
Su hermana llego para la cena, Fluke estaba muy excitado, ya quería contarle como le había ido en su primer clase, se sentía como niño y no alguien de 25 años, rio bajito.
-Parece que tuviste un buen día- le sonrió algo tensa su hermana.
-Fue genial Martjha- empezó el menor y le conto todo con lujo de detalle.
-Me alegro mucho que te la hayas pasado tan bien- le dijo la castaña sonriendo genuinamente.
-Te pareces mucho a el- confeso divertido.
-¿El señor Paulsen y yo nos parecemos?- cuestiono subiendo una ceja.
-Los dos me gritan igual y me exigen hasta el límite.
-Oye- se quejó evitando reír.
-Es verdad- siguió divertido el pequeño- cuando me corregía y me gritaba, era como si tú lo hicieras.
-Pero yo nunca te he gritado- le dijo su hermana.
-Tu no, pero la Martjha de la otra realidad si lo hacía.
-Ya veo, era mas gruñona- se rio de su otra yo.
-¿Recuerdas que te hable de Yiwa?- cambio de tema.
-¿Yiwa?- cuestiono terminándose su bebida.
-Si, Yiwa Bieri, la chica que me invito a las clases de patinaje.
-A si- recordó que Fluke le había hablado de esa niña, según las palabras del castaño, la chica era muy buena, y si se le daba la oportunidad sería una profesional.
-Quiero que tome clases con el maestro Paulsen, y yo quiero pagarlas.- dijo algo nervioso, esperaba que su hermana no se opusiera.
-¿Quieres patrocinarla?- la miro.
-Así es Martjha, ella tiene un gran futuro, aunque ya sea algo grande para empezar su carrera de patinadora profesional, creo que tiene futuro.- sonrió dubitativo.
-Si tú, que eres un patinador profesional piensa eso, te creo, así que patrocínala, es mas patrocinémosla- le sonrió.
-Ella y su madre estarán felices cuando se los digamos ahorita que las veamos.
-¿Ahorita?- frunció el ceño.
-Quiero ir a patinar- reconoció con una gran sonrisa.
-¿No tuviste suficiente en la mañana con el entrenador Paulsen?- pregunto sin creerlo.
-Llegue muerto- se rio- pero me muero de ganas de ver la cara de Yiwa y su madre.
-A veces pareces un niño- le dijo con cariño, por que para ella seguía siendo pequeño.
-No eres la única que lo piensa, yo también- se rio.
Fluke le confirmo por mensaje su asistencia a Yiwa, ya quería verla.
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Ohm por fin lo había descubierto, su hermana patinaba sobre hielo, era algo muy curioso ya que su Omega también lo hacía. Había leído una noticia en las redes sociales, que decían que el joven heredero del imperio Natouch ya no bailaba ballet, sino que patinaba sobre hielo, y lo hacía mas que bien. No quiso hostigar a su futura cuñada, así que no la llamo en todos esos días, le habían parecido eternos.
-¿Quién hubiera imaginado que uno de los antiguos choferes de tu padre, supiera la verdad?- le dijo aun impresionado Kao.
-Nadie, créeme- dijo sin dejar de mirar los papeles que le había entregado hace unas horas su amigo.
-No será difícil llegar a ellas- siguió el pelinegro- por lo que se, la señora Intouch Beiri, es viuda, se caso cuando su embarazo apenas se notaba, el señor Beiri estaba muy enamorado de su mejor amiga, y la acepto a pesar de que ella esperaba el hijo de otro hombro.
Ohm suspiro pasándose las manos por su abundante y negro cabello.
-Y de ese modo mi hermana, creció en una familia común, que batallaba por salir adelante.
-¿Te estas escuchando?- pregunto molesto- has encontrado a tu hermana, esta viva y sana, tuvo unos buenos padres, sigue teniendo una buena madre.
-Lo se, estoy siendo un maldito ridículo- reconoció, ya que las palabras de Kao le habían llegado hondo, el no era frívolo, y en ese momento era un estúpido, ¿Por qué?, se preguntó. Por qué ya no solo tenía la preocupación de que su hermanita lo aceptara, sino también su Omega, se sintió como cuando descubrió que su padre Off le había sido infiel a si padre Gun. Eso ya había pasado, el presente era lo único que importaba, se dijo.
-Me alegro que lo puedas ver- lo miro duramente- encontraste a tu hermana perdida, incluso a tu Omega destinado, ¿Qué mas puedes pedir?, muchos quisieran tener tu suerte.
-Entiendo Kao, te entiendo, no sé que me pasa- reconoció con pesar- creo que la situación me quiere rebasar.
-Eso ya es decir mucho amigo- contesto.
-Investiga todo lo que puedas sobre Yiwa y su madre, su vida está a punto de cambiar.
-La tuya también- susurro antes de salir, ya quería ver todo.
Se alegraba mucho por su amigo, por fin había encontrado a su hermana quien había buscado por meses, y como si eso no fuera demasiado bueno, era de los pocos Alfas que tenían a su Omega destinado, Ohm se merecía ser feliz, era un buen hombre, algo cabezota y obtuso a veces, pero buena persona.
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El psiquiatra Philip, miraba intensamente a los hermanos Natouch, no se sorprendió con lo que le conto Fluke, ya que ya se lo había dicho antes, lo que lo sorprendía era que la hermana le creía al pequeño, el cual obviamente sufría de personalidad doble, algo extremo a su ver, pero al final de cuentas un trastorno mental. Pero el hecho de que Martjha le creyera toda esa historia, era otro cuento.
-Entonces usted Martjha, cree lo mismo que su hermano.- puso sus pensamientos en palabras vocales.
-¿Usted no?- pregunto desconfiada y arrepentida de haber acudido a el.
-No lo sé, es algo difícil de creer- reconoció- su hermano sufre de personalidad doble.
-Por sus dos vidas- sonrió solo como ella lo sabía hacer.
-¿Saben que estoy aquí verdad?- cuestiono molesto el castaño.
-Doctor Philip, usted firmo un contrato- dijo la Alfa al beta levantándose de su silla, e ignorando a su hermano- si usted lo rompe estará en grabes problemas.
-Lo sé- concedió el hombre tratando de no temblar por esa voz de Alfa que la mujer usaba- usted puede confiar en mí, como ya le había dicho.
-No lo creo- se levantó de su lugar muy molesta tomando el brazo del pequeño a su lado- gracias por su servicio, ya no será requerido. - se giró llevando a un sorprendido Fluke, nunca había sentido eso, nunca había escuchado ese tono, pero leyó sobre el, era la voz de un Alfa, hacían doblegarse a todos los Omegas y Betas, incluso a algunos Alfas, no le gustaría volver a escucharlo.
-Esperen- levanto la voz el mayor- conozco a alguien que puede ayudarlos.
Martjha lo miro con desagrado.
-De verdad conozco a alguien que pueda ayudarles- siguió – mi… mi esposa es una espiritista- reconoció tragando saliva, estaba orgullosos de su mujer, pero era difícil aceptarlo cuando el era un hombre de ciencia mientras ella se dedicaba a lo que no se puede ver.
-¿Esta bromeando?- cuestiono Fluke.
-No es una broma joven Natouch, mi esposa es alguien muy famosa en su ramo.
-¿Está hablando de Itzel Philip?- cuestiono la castaña sin creerlo- ¿La gran Itzel Philip?
-Que les puedo decir- se encogió de hombros- nuestros hijos tienen su talento y no el mío.
-Si esto es un truco, lo destruiré- amenazo Martjha.
-Los veré pronto- se despidió aliviado el doctor.
-¿Qué fue todo eso?- pregunto Fluke subiendo a la limosina.
-No tengo idea, pero salió mejor de lo que esperaba- cerro la puerta del mueble.
-¿Martha la gran Alfa Natouch no sabe que sucede?- cuestiono divertido.
- No te burles Fluke- le sonrió con cariño.
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Fluke estaba muy nervioso y emocionado, esperaba en la entrada de la pista de hielo Paulsen, la señora Bieri no quiso que pasaran por ellas, así que ahí estaba quieto.
-Fluke- grito la pelinegra con una gran sonrisa, agitando una de sus manos con frenesí.
-Yiwa- la saludo- señora Bieri- sonrió a la mayor.
-Gracias por esto- le dijo la señora- yo nunca podría costearle estas clases.
-Esto será grandioso- les dijo- y no tiene nada que agradecer, Yiwa se lo merece- le revolvió el cabello a la mas baja, y esta le sonrió como si el fuera un dios.- Mi hermana no pudo venir, pero como ya saben ella también estará involucrada en los avances de Yiwa. Vamos – le extendió la mano a su pequeña amiga, y los tres entraron en el edificio.
-Señor Paulsen- llamo el castaño a su ahora entrenador- le presento a Yiwa Beiri.
-Así que tú eres Yiwa- le dijo con mirada profunda- Fluke hablo maravillas de ti.
-Un placer conocerlo señor Paulsen- le tendió la mano con una gran sonrisa- me esforzare.
-Eso espero, yo solo formo a los mejores.
-Ella es la señora Intouch Beiri, su madre- señalo a la mujer.
-Un placer señor Paulsen- le dijo la pelinegra- le dejo a mi hija a su cuidado.
-Un placer señora Beili- le sonrió.- déjeme decirle que para poder entrar a mis clases se hacen pruebas- anuncio mirándolos a los tres- hice una excepción por Fluke, si él dice que su hija tiene potencial, es porque lo tiene Espero no arrepentirme- esta vez miro intensamente a Fluke.
-No lo hará señor Paulsen.- le aseguro el castaño.
-Bien- aplaudió una vez- Señora si gusta tomar asiento por haya- le indicó las gradas- y ustedes, síganme, tienen que calentar.
Los mas jóvenes lo siguieron, Fluke le mostró los vestidores de chicas a la menor y el fue a cambiarse al de hombres. Lo cierto era que la joven Yiwa logro impresionar al entrenador, fue justo lo que el castaño le había dicho. Le gusto la seguridad de la pelinegra, no se puso nerviosa para nada, al contrario que su madre, la pobre mujer temblaba mas que una hoja, no se había podido quedar sentada acercándose a la pista y apostillándose ahí, sin apartar los ojos de su hija.
La mañana paso rápido, y los diez estudiantes, ahora doce patinaban para salir de la pista. El solía tener veinte estudiantes, no mas ni menos, y ahora eran veintidós, gracias a la integración de Fluke y Yiwa. Por primera vez, desde que había abierto su escuela de patinaje, rompía sus propias reglas, sonrió, al parecer lo gruñón se le estaba quitando con el tiempo, se burló de sí mismo.
Ohm descubrió donde había ido esa mañana su Omega, así que fue a ver eso de lo que había leído, que Fluke Natouch ya no bailaba ballet, si no que patinaba como un ave, y así era, el castaño se deslizo sobre la pista como un colibrí de colores, un pajarillo, su pajarillo. Lo vio interactuar con una jovencita, parecían buenos amigos a pesar de la diferencia de edad, su hermana tendría maso menos su edad.
Cuando los chicos estaban saliendo de la pista su teléfono sonó.
-¿Qué paso Kao?- pregunto al contestar el aparato.
-Te acabo de enviar unas fotografías, son de la señora Bieri, y de tu hermana.
-Ya te habías tardado- le dijo. Su amiga al entregarle el reporte de la investigación, no había incluido fotografías.
-De nada- dijo sardónicamente.- Por cierto ¿Dónde estás?, estoy en tu oficina y me dijeron que todavía no llegabas, me pareció extraño, tu siempre estás aquí desde temprano.
-Estoy en la escuela de patinaje sobre hielo Paulsen- le dijo abriendo el WhatsApp, llevaba puesto el auricular bluetooth- vine a ver a mi Omega- descargo las imágenes que su amigo le había enviado.

PAJARILLO (OMEGAVERSE) COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora