Samara (+21)

36. Calma antes de la tormenta

Alessandro Moretti

Mi mirada esta centrada en el espejo que ocupa parte de mi despacho, giro un poco el cuello,y me paso los dedos por las marcas de los dientes de mi muñeca.

Apesar de los tatuajes yo las veo,sonrió como un tonto,me encanta que me marque y más como lo hizo.

Han pasado unos días desde ese día,llevarla a la cabaña,y mostrarle más de mi pasado,nos ha beneficiado a ambos más de lo que creía.

Hemos estado prácticamente pegados estos días,ella casi siempre en las nubes por mis caricias y yo admirando cada parte de ella como lo que es,una diosa.

Le he enseñado lo que es el placer,lo que se siente al que yo se lo de,la manera en la que puede conseguir ella misma placer.

Le he tocado cada parte de su cuerpo,lo he venerado,la ha llevado a la cima de una montaña rusa una y otra vez, solamente con mis manos.

Ella ha aprendido a reconocer mis manos y caricias en estos días,lo que me hace sentir orgulloso,ya que mis manos son las únicas que la van a tocar.

Seré el último hombre que toque un trozo de su preciada piel.

Suspiro y me recuesto en la silla,volviendo a repetir los momentos que hemos vivido estos días.

Apenas hemos pasado de los besos y de que ella consiga esos orgasmos que la hacen anhelar más de mi.

Quiero ir despacio,ella está experimentando cosas nuevas y no quiero agobiarla con toda mi intensidad.

Iremos a su paso,por eso no me quejo de las duchas frías que debo tomar al verla desnuda o al darle un orgasmo.

Me hace sentir tanto simplemente el oirla gemir entre mis brazos,o lo bonita que se pone cuando ha tenido un orgasmo.

En esos momentos me hace desear mucho más de ella,los dos lo sabemos bien,pero por ahora me se controlar.

Todo es por ella,yo siempre seré el segundo en obtener placer,lo tengo muy claro.

Pero a veces,resulta complicado verla tan necesitada por más y no poder avanzar tan rápido como me gustaría.

Llegara el día en el que pueda disfrutar de su cuerpo al completo,mientras debo seguir como hasta ahora, despacio pero avanzando seguro por un sitio lleno de tinieblas y recuerdos dolorosos.

Porque se que en su mente no hay buenos recuerdos,y yo aunque cree nuevos,no resulta tan fácil como esperaba.

En algunos momentos,han echo presencia esos recuerdos, ella los ha sabido controlar como una guerrera,pero siguen ahi,a la espera de que cometa un mínimo fallo.

Su mente le puede jugar una mala pasada aunque no quiera en cualquier momento,es sumamente delicada.

Por eso,debo respirar y no fallarle a mi muñeca,ella ha confiando totalmente en mi,y yo debo dar la talla como lo que soy.

EL DON.

Me giro hasta los ventanales que ocupan la oficina,y miro a la ciudad.

Esta relativamente tranquilo el ambiente que se respira en las calles,apenas se sabe los planes del Underboos,mis espías no han conseguido tráeme ninguna noticia.

Esta demasiado tranquilo...

Se por experiencia que la tranquilidad avecina una tormenta,pero por ahora todavía se mantiene la calma.

De todas maneras estoy preparado para todo,la guerra se alzará pronto en estas calles que contempló.

Pero solo habrá un ganador y ese seré yo.