37.Ella hubiera echo lo mismo

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Miraba como pasaban las calles a una velocidad prudente,esas calles que antes me acogían y me daban un hogar.

Alessandro había encontrado el comedor social que tanto buscaba, ese lugar donde fui para comer cuando apenas tenía nada y vivía en los callejones.

En mi cara se forma una sonrisa al recordar cada una de las palabras de mi héroe, al saber que el lo haría todo por mi,que al fin encontré a una persona que me quiera de verdad.

Niego con la cabeza aún sonriendo,parezco una chica enamorada ahora mismo,pero en el fondo se que por dentro lo estoy.

Esta mañana cuando me desperté con las caricias de Alessandro,y me hizo otra vez alcanzar la cima del placer,me quedé un rato en su cama,entre las sábanas de seda, recordando mis inicios en esta ciudad.

Por lo que decidí aportar algo a ese lugar que me dio calor, comida y ropa.

O más bien a una persona,que me mostró que todavía quedaba algo de dulzura en este mundo tan cruel.

Necesitaba una dirección,y eso me lo podría haber dicho Marcus,pero necesitaba verlo.

Besarlo...

Le dije a Marcus que le dijera que quería ir de paseo,se que él no me controla solo me cuida, le gusta saber dónde estoy en cada momento.

Por eso cada movimiento que hago,se lo dicen a el.Para que este tranquilo,y sepa que estoy segura.

Es un poco obsesivo,pero así me gusta,no cambiaría nada de él.

Logré convencer a Marcus,de que le dijera eso,quería sorprenderlo en su empresa.

Me costó un poco,ya que Marcus le es muy fiel a su Don, pero lo hice.

Además quería conocer otra parte de el,el trabajo que tanto le ha costado levantar esas empresas para ser la tapadera de la mafia.

Es también un gran empresario,por lo que he podido ver en los pocos minutos que he recorrido su empresa.

Hasta llegar a su despacho,y ver la guarida donde el Don se hace cada vez más poderoso,ha sido un privilegio estar en ese sitio.

Al principio pensé que se tomaría a mal,que me tomara tantas libertades,como colarme en su despacho pero cuando me vio sentada en el sofá,no se sorprendido sino parecía que le agradaba tenerme a su lado en ese instante.

Yo también lo necesito conmigo en todo momento, aunque se que no es bueno estar siempre con el.

Pero nuestra relación,o lo que tengamos no es que sea muy normal.

Por eso,no me abrumo con lo que siento hacia el,o la dependencia que estoy creando, simplemente disfruto.

Veo como aparcan las camionetas a un lado de la calle,espero a que Marcus me abra la puerta.

Alessandro se ha tenido que quedar en la empresa, porque debía resolver más cosas que tenía pendientes.

Le hubiera gustado venir conmigo,pero se que estos días le he robado mucho tiempo,y lo comprendo.

Después de la sesión de besos que no he podido resistirme de darle,me puse en marcha con más de treinta hombres a mi lado,hasta llegar a estos barrios.

Marcus me abre la puerta,y me ayuda a bajar,y notó como todo los hombres están repartidos por toda la acera.

Es un poco exagerado...

Pero entiendo que estar en la calle es peligroso en estos momentos, aunque los rusos no tengan ahora mismo la fuerza necesaria para atacar,pero hay que estar prevenidos.

Samara (+21) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora