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En un simple parpadeo se encontraba despertando ya en el día lunes.

El mundo seguía girando más los oídos de Ben estaban ajenos a cualquier sonido.

Lo único que esperaba era poder ser fuerte para encontrar la indiferencia cuando la presencia paranormal de Ana se hallará en su campo de visión. Y sabia muy dentro de sí mismo que como mucho iba a resistir cinco minutos sin acertar su mirada en ella.

Ya en la escuela en la espera de lo que fuera a suceder su mirada recayó en la fuerte carrera que estaba teniendo Sara con el semáforo y hacia su dirección.

Esperen... ¿qué?

- Hey Ben que bueno verte - canturreo con la vos entrecortada a sólo centímetros de su cuerpo - necesito que vengas conmigo y me ayudes - pidió tironeando de su brazo apenas tres segundos de a ver llegado.

Cerciorándose la hora, con el ceño fruncido Ben se dejó llevar no muy convencido de lo que estaban haciendo. Entonces intento replicar.

- alto Sara a donde me llevas - se quejó más no dejó de caminar.

- Ana está en problemas me empujó para que corriera y yo atine a correr a la escuela en busca de ayuda. Pensé en llamar a Javi, pero al primero que vi fuiste tú, eres mucho mal alto que Javi y según lo que mis manos sienten en este momento tienen buenos músculos - era la primera vez desde que conocía a Sara que veía una preocupación y desesperación genuina en sus ojos. Eso basto para alarmarlo. 

- no entiendo nada de lo que dices, pero si Ana está en problemas estamos yendo demasiado lento – alterado ya no pensaba en evitarla para darle su espacio. Esto requería verla inmediatamente. 

Con un gesto que hacía con frecuencia cuando estaba ansioso desordeno sus cabellos de una manera desesperada obligándose a pensar. Las mil y una sonrisas de Ana aparecieron de manera fotográfica ante sus ojos.

La desesperante y ansiosa voz de Sara lo guío por calles y callejones hasta encontrar uno donde ella se negó a seguir avanzando si ella no se ponía por delante para guiarlo ya que esta no era una parte de la ciudad que Ben conociera.

- ¿Qué es este lugar? – observando con desconcierto y desconfianza a todos lados.

- Tu cállate y sigue mis pasos –

Tomando ella el mando y casi en puntillas de pie ambos se introdujeron al callejón que con la luz de la mañana no se veía para nada aterrador. Aun así el lugar era un desastre, vasos descartables nuevos, viejos y usados recientemente tirados y plagados por todas partes. Comida pisoteada y esparcida en cada rincón en donde se posará sus ojos.

- ¿Qué es todo esto? –

- El desayuno –

- ¿Este desastre? ¿A que te refieres? – Sara voltio momentáneamente y con una expresión de hartazgo suspiro.

- Esta es la razón por la que Ana siempre llega tarde – señalo ella.

Ben miro nuevamente a su alrededor y el desastre visual de basura por todos lados.

- No entiendo –

- Realmente no importa – desestimo ella prosiguiendo con su camino.

Continuaron por ese extenso callejón, y continuaron caminando siguiendo las voces irreconocibles que los esperaban en su final. Acabaron detrás de un colchón junto a un enorme contenedor de basura. Ben no podía ver nada si no asomaba cuidadosamente su cabeza por un lado del enorme colchón abandonado y amarillento que lo ocultaba de la vista de quienes se estaban ocultando.

- ¿Sara que hacemos aquí? ¿Dónde esta Ana? – sin saber qué demonios estaban haciendo, la respuesta de Sara fue chitarlo con señas e indicarle que se asomara y ollera con atención.

Siguiendo Tu Bella SonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora