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Trato de encontrarla más tarde cuando las cosas se calmaron y solo estaban a la espera de que llegaran sus padres. Al único que pudo ve fue al padre de Ana correr como maniático. Por instinto supo que iba en dirección a ella y estiro el cuello para buscar a donde acaba su carrera, pero fue bruscamente sentado por un profesor de vuelta en su lugar.

Cinco minutos más tarde llegaba el señor Lucio, sin mirarlo se dirigió a recibir la explicación de lo sucedido en una oficina al lado de Ben.

Mucho mas tarde y sumergidos en un profundo silencio, Ben llego a su casa recibido por la misma mirada de decepción que tantas veces había visto en su abuela.

Solo que esta vez a la decepción se le sumaba claramente la resignación.

Resignación de algo que ella seguro creyó que tenía solución, después de un tiempo el mismo creyó haber cambiado. Creyó ya no ser el Ben que fue antes de conocer este lugar, de conocer a Ana. Sin embargo, algunas raíces eran muy profundas, tanto que ni siquiera las cálidas manos de Ana podían arrancar de él.

Ese era el antes de conocerla, violento y rabioso. Peleando sin causa y dejándose llevar por la ceguera sin sentido. Ya ni siquiera recordaba porque había empezado la pelea. Como había surgido de repente Kevin y como llego a lastimarla a ella. Jamás olvidaría la mirada vidriosa y el temblor de su cuerpo.

Recordar esos brazos que la reconfortaron. Esos brazos que no eran los suyos. Todavía removía algo en él. Una bestia posesiva con la que no podía luchar.

Ahora tendría dos semanas de suspensión dos meses antes de terminar su ultimo Año de secundaria. Y en lo único que podía pensar era en ella.

- Benji – levanto la cabeza de su almohada solo para ver a la pequeña Lizzy acercarse a él con cautela. Era entendible tenia el labio partido y el pómulo morado.

- ¿Que pasa Lizzy? – intento sonreírle mientras extendía sus brazos para que se aproximara sin temor.

Ella dudo solo unos segundos mas antes de correr a sus brazos y hundir su pequeño rostro en su pecho.

- Benji - volvió a llamar ella – ya no te lastimes –

- Voy a pensarlo pequeña –

Acercándose un poco a su rostro repartió pequeños besos en cada herida. Luego salió corriendo como si nada. Pero parado en el umbral de su puerta estaba su padre. Era la primera vez que se le acercaba después de una pelea. Le concedía ese hecho y espero a escuchar lo que tuviera que decirle.

- Ben, no entiendo porque estabas tan enojado, ni porque actuaste así con supuestamente la chica que dices es el amor de tu vida –

- Esa chica es el amor de mi vida – lo interrumpió abruptamente para corregirlo, su corrección altamente determinante no coincidía con su voz apagada.

- Pues esa no fue forma de tratarla – su repentino volumen de voz alto lo sorprendió – que era lo que tenías en la cabeza –

- No lo sé, simplemente no lo sé – ya no sabia realmente lo que iba a suceder. Sus ojos vidriosos volvieron a reaparecer en su mente y un dolor profundo pincho su pecho.

- Ella no toma bien las acciones violentas –

- A que te refieres –

- Ana sufre de ataques de pánico fue lo que me explicó el director, parece haber sufrido algún tipo de acoso escolar de pequeña y no soporta los actos violentos como los gritos fuertes o las peleas a golpes –

Ben contuvo la respiración, ella se lo había dicho.

 Y el la había lastimado profundamente. El dolor en su pecho se sintió peor que antes.

Siguiendo Tu Bella SonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora