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HeeJin no pudo dejar de pensar en su vecina después de esa noche, su alfa le había estado repitiendo que era su omega y que debía hacer algo, pero HeeJin decidió ignorarlo, ella había sentido perfectamente lo que su alfa decía al ver a Jungeun pero ahora ella era madre de una cachorra y su prioridad era trabajar, y ser una buena mamá para Jiwoo.
Despertó temprano en la mañana, se preparó para ir a trabajar como siempre, dejó que Jiwoo durmiera por más tiempo ya que aún era muy temprano así que rodeó a la bebé con almohadas para evitar que cayera de la cama.
Se duchó en el baño de la habitación con la puerta abierta para escuchar a su cachorra todo el tiempo, en esos días HeeJin se había vuelto alguien paranoica y sobreprotectora.
Luego de ducharse se vistió y fué a la cocina a desayunar, Yerim llegaría en cualquier momento. Para aliviar un poco a la omega HeeJin había dejado la comida de Jiwoo preparada la noche anterior y ahora también había preparado el biberón que siempre tomaba al despertar.
Sooyoung había ayudado mucho a HeeJin, dándole instrucciones sobre las comidas y también sobre que hacer en algunas situaciones y HeeJin no podía estar más feliz de recibir la ayuda de sus amigas, después de todo eran prácticamente su familia.
El sonido del timbre sacó a HeeJin de sus pensamientos y decidió ir a abrir la puerta.
—Buenos días —dijo la omega.
—Yerim, buen día, pasa —la chica asiente y se adentra al departamento de HeeJin— Jiwoo aún está dormida.
—Oh, está bien, mientras si quieres puedes decirme un poco sobre su rutina —ambas tomaron asiento en el comedor y HeeJin le da una libreta.
—Bueno no hay mucho, solo deje el horario de sus comidas y su siesta, también está la lista de alimentos que Soo me dijo que podía darle, el número de mi trabajo y el de HyeJu por si las dudas —la omega asintió mientras leía la libreta.
—Perfecto, gracias por confiar en mi, cuidé muchas veces de mis primos pequeños así que los bebés no son algo nuevo para mi —afirmó Yerim y HeeJin se tranquilizo un poco más.
—Es bueno saberlo, aún así, yo no soy experta en bebés —ambas ríen un poco del comentario y HeeJin miró la hora en su celular— Bueno, debo irme al trabajo, llegaré como a las dos de la tarde, si no hay tráfico —la alfa agarró las llaves de su auto y caminó hasta la entrada.
—Está bien, nos vemos HeeJin —se despidieron y la pelinegra salió del apartamento cerrando detrás de ella su puerta.
Apenas camino unos pasos y pudo sentir el aroma de su vecina en la puerta continua a la suya, mentiría si dijera que su alfa no se sentía interesada pero nuevamente, ella debía organizar sus prioridades y buscarse una relación no era exactamente lo primero en su lista.
Ignoró a su alfa y simplemente se subió al ascensor que la llevaría hasta la planta baja.
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