¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Jungeun se sentía a gusto conviviendo con las Jeon, ayudar a HeeJin con Jiwoo llenaba mucho su corazón y le hacía sentirse plena.
Kim siempre soñó con una familia y con tener cachorros, Jiwoo no es realmente su hija pero aún así podía verse a sí misma siéndolo realmente.
Lo único que la detenía en cierto punto era no invadir a HeeJin; ella solo estaba si la alfa le daba el lugar y no quería que Jeon se sintiera obligada a incluirla en ciertas situaciones respecto a la crianza de Jiwoo.
Esos pensamientos atormentaban a su omega, el pensar que no pertenece ahí y que HeeJin no es su alfa le creaban un triste vacío en su interior, no quiere comentarle a la menor sobre sus inseguridades para que esta piense que debe formar inmediatamente un lazo con ella, pero es imposible para Jungeun no pensar en eso en cada momento, en especial cuando todas las alfas con las que había salido huyeron de ella cuando propuso un lazo o una relación formalmente.
—¿En qué piensas tanto?
Jungeun se exaltó un poco cuando HeeJin la abrazó por la espalda y se acercó a su cuello para olisquear, la omega había estado guardando un par de papeles del trabajo mientras que HeeJin arropaba a la cachorra.
—Solo es una tontería —le restó importancia y siguió con lo suyo.
HeeJin, no muy convencida, empezó a mimar la nuca de su novia, logrando que la piel de la contraria se erizara.
—Ahora debes decirme, debo saber que tontería está molestando a mi linda chica.
Jungeun sonrió y volteó hacia ella para quedar frente a frente, aún en los brazos de la alfa.
—Es solo que... Creo que pronto será mi celo.
Evitó hablar del problema real que le daba vueltas en la cabeza, y realmente pronto su celo llegaría, no era ninguna mentira, HeeJin y ella ya habían estado juntas sexualmente, pero aún jamás pasaron juntas ningún celo.
—¿Y tu quieres que yo te ayude? —preguntó la alfa con una sonrisa vanidosa.
—¿Quieres ayudar? —cuestionó con una ceja alzada logrando que la mirada de Jeon se iluminara, la alfa terminó por asentir efusivamente.
—Claro, me encantaría, después de todo eres mi omega —el corazón de Jungeun se agitó con rapidez dentro de su pecho.
—¿Realmente soy tu omega?
—Esa pregunta no es necesaria, bebé, eres mi omega, soy tu alfa, ¿Qué es lo que te hace dudar? —interrogó y la omega se mordió el labio.
—Lo siento, es una tontería, lo se...
—No lo se, realmente quiero saber que te preocupa, para poder ayudar si está a mi alcance.
