Capítulo 21

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-Es bueno tenerte de vuelta Avdol. - pasé por su lado apoyando mi mano en su hombro y pasé a entrar en el submarino junto a los demás.

Como dije, sus heridas no eran tan mortales, si se trataban iba a sanar, y aquí estaba.

Todos entramos en el submarino y nos acomodamos, este se puso en marcha y fuimos hasta el fondo.

-¡Yo también puedo conducirlo! - dice el señor Joestar.

-Ni lo pienses, no quiero otro accidente.

-Jm, mi nieto está de mal humor hoy.

-Siempre lo está. - me hice la suicida y me tiré a sentarme sobre Jotaro.

-¡Oe! ¿Qué haces?

-Sentarme. ¿Qué no ves?

-Siéntate en otro lado, idiota.

-Que malo. Pero se está cómodo aquí.

-No me importa. Muévete.

Me empuja haciendo que me levante, entonces hice una mueca de fingida molestia.

-Cielos, sí estás de mal humor.

-¡Oye, mademoiselle! - Polnareff palmea su regazo -Puedes sentarte si quieres.

Lo miré entrecerrando los ojos pero se me ocurrió probar algo, suspiré y me di vuelta dándole la espalda a Jotaro.

-Bueno... si insistes...

-¿Eh, en serio?

-Pues sí... ¡Hm!

En un segundo, Jotaro me toma de la cintura y me deja en su regazo de nuevo, apoya su espalda contra el respaldo del asiento y baja su sombrero cubriendo sus ojos.

-Yare yare... no te muevas tanto.

Sonreí con diversión, nervios y victoria. Había conseguido lo que quería.

-¡Bien!

-¿Eh... ? P..Pero... pero... ¡Jotaro! ¡Si la hiciste levantarse! Iba a sentarse conmigo.

-Ahora se sentó conmigo, así que cállate.

-¡Tsk!

Me reí y me acomodé, apoyé mis brazos en la mesa y suspiré un poco, aparté la mirada hacia un lado y vi hacia la ventana del submarino pidiendo ver así a los peces, hasta que Polnareff lo ocupó.

-¡Oye, albino! ¡Yo estaba mirando!

-¿Eh? Hm... - parece tener una mirada vengativa y entonces parace ignorarme y sigue mirando.

-¡La carne de burro no es transparente, idiota!

-¿A quién llamas idiota?

-Pero burro sí eres ¿No?

-¡O..Oye! No me digas así, mademoiselle.

-Burro.

-¡Hey! ¡Tengo un nombre!

-Tú me llamas mademoiselle, no por mi nombre. - me crucé de brazos.

-Pero mademoiselle no es igual que: idiota, burro, albino, francés...

-¡Ya cállense! - Jotaro grita haciendo quedar firme a Polnareff -Y... deja de moverte tanto.

Yo hice una mueca de aburrimiento antes de apoyarme por la mesa. Jotaro se cubre el rostro con su sombrero, aunque parecía algo nervioso.

-Estás raro ¿Te pasa algo? - pregunté.

-Nada, cállate.

-¡Oye, no me hables así, idiotaro!

-¡¿Ah?! Cómo sea, te dije que dejes de moverte.

-¿Por qué? ¿En qué te afecta? ¿O soy muy pesada para ti?

Él aprieta los dientes y vuelve a cubrirse con su sombrero, escuché unos murmullos de risa provenientes de los demás.

-¿Qué es tan gracioso? Vamos, dígame.

-Ah... Nada, nada.

-Sí... no es nada, mademoiselle...

-Tú te callas, burro.

-¡O..Oye!

Me crucé de brazos y aparté la mirada para ignorarlo, pero vi a Jotaro que estaba un poco sudoroso por el rostro. Suspiré y me di vuelta sobresaltándolo pero era para quedar frente a frente con él, le quité el sombrero y puse mi mano en su frente.

-¿Tienes fiebre?

-Cielos, que molesta.

-Uy, perdón por preocuparme. - me crucé de brazos.

-______, realmente sueles ser muy inteligente... ¿Qué te pasó?

-¡¿Qué quieres decir con eso, rata albina?!

-¿Ahora soy una rata? Ya decídete.

-Lo que Polnareff intenta decir... es que, ______, se te olvida dónde y cómo estás sentada.

-¿Hm?

Miré al señor Joestar confundida, luego a los demás quienes estaban algo sonrojados. Pasé mi vista de ellos a Jotaro, que estaba con la cabeza hacia un lado y evitando verme, yo entonces bajé la mirada y comprendí. Mi rostro enrojeció en un segundo... primero olvidé que estaba en el regazo de Jotaro, luego olvidé que... estaba sentada con las piernas a ambos lados de él y sus manos en mi cintura.

-Ah...

Olvidé que soy una chica en un grupo de puro chicos.

-¿Dónde está el baño en esta cosa? - salí a paso rápido de allí, ni yo me di cuenta de cuando me levanté.

-Yare yare daze...

Jotaro se puso de nuevo su gorra, yo me fui y me encerré en el baño. Me senté en el suelo y abracé mis piernas para esconder mi rostro sonrojado.

-Que vergüenza... agh, ¿cómo se me olvidan esas cosas? ¿Ahora cómo lo veré al rostro? Dios... que tonta.

SIEMPRE HAS SIDO TÚ || Kujo Jotaro x Tú ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora