Capítulo 41 || FINAL ||

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Salimos del auto que nos trajo a la casa de Jotaro luego de la despedida de Polnareff en el aeropuerto.

-¡Llegaron!

Levantamos la vista y vimos que la tía Seiko, mamá y a... seguramente es la abuela de Jotaro.

-¡______!

Mamá me abraza con fuerza, a lo que solté un leve quejido que traté de ocultar, ella se separa para verme.

-Lo siento, lo siento... olvidé que... la debiste de haber pasado mal...

-No te preocupes mamá... estoy bien... mejoraré más incluso.

-Oh, cariño... siento haberte dejado sola en eso...

-Agradezco que no hayas ido porque no querría verte en esa situación.

-¿Y crees que yo sí quiero? - ella me abraza casi llorando.

Sonreí levemente y aliviada... finalmente estaba de regreso... por fin puedo volver a abrazar a mamá...

-¡Jotaro! ¡Te extrañé tanto!

Me separé de mamá para vez como la tía Seiko llenaba de cariño a Jotaro pero sabía que esperaba algún tipo de rechazo de su parte, como siempre... pero esta vez... Jotaro la mira un momento, antes de abrazarla y sorprenderla.

-¿Qué pasa? ¿Estás enfermo?

-No digas idioteces, mujer... - menciona.

La tía Seiko sonríe y acepta el abrazo de Jotaro antes de que se separe. La abuela de este se acerca a él y lo mira para luego verme a mi.

-Entonces... ¿Qué pasó? Y ya sabes a qué me refiero, Jotaro.

Este resopla y se me acerca con los ojos cerrados y las manos en los bolsillos, pero entonces apoya un brazo sobre mis hombros.

-Yare yare daze... escuchen esto porque no lo repetiré. - miré a Jotaro pero él suspira -______ ahora es mi novia.

¿Me desmayé? Creo que sí, porque para cuando reaccioné, estaba en la sala con los adultos tomando algo y Jotaro de brazos cruzados como siempre. Ahí me di cuenta que había estado con la cabeza acostada en su regazo.

-Por fin despiertas.

-¿Eh? ¿Qué pasó?

-La noticia te afectó más a ti que a ellos, ¿Por qué? Se supone que ya lo sabías.

-¡A..Ah... sí... ! Sí, sí... solo... ahm...

-______. Que bueno que estás despierta. - miré a un lado, hacia los adultos.

-Le preocupaste a mi nieto ¿Lo sabes? - la abuela sonríe un poco.

-¡Hm!

Jotaro gira el rostro hacia el lado contrario a mi para escapar de mi mirada, yo sonreí ligeramente y me senté para colgarme de su cuello.

-Aw ¿En serio? ¿Sabes, Jotaro? De serio y amargado solo tienes la cara. Vamos... que no te de pena, mírame... oye, mírame.

Me puse en diferentes ángulos pero este apartaba la cabeza y tenía los ojos cerrados, lo estiré un poco pero no se movió ni dos centímetros.

-¡Miramee~... !

Este resopla y se levanta.

-Yare yare daze... Es tarde, te acompañaré a casa, no vaya a ser que te ataquen de nuevo esta vez.

-Oye, eso ya no pasará.

-Vamos.

-Bueno, pero al menos mírame, idiota.

-Jm.

Mete las manos en sus bolsillos y se acerca a la puerta al igual que yo, pero recordé algo y me giré hacia los abuelos y la madre de Jotaro. Corrí hacia ella y la abracé efusivamente.

-Que alivio...

Ella sonríe y me corresponde el abrazo con gusto; a la tía Seiko siempre la he sentido como otra madre... la aprecio mucho.

-______, gracias por siempre estar con Jotaro y por acompañarlo... te debo mucho.

-Nada, lo hago porque quiero, y aunque nos peleemos la seguiré viendo a usted.

-Por favor, me encantan tus visitas.

Asentí. Mamá se levanta sonriendo y pasa a despedirse de los demás, fuimos a la salida, nos colocamos los zapatos y yo me coloqué junto a Jotaro mientras caminábamos.

-Oye.

-¿Huh? ¿Qué pasa? - pregunté.

-Aún tengo una pregunta para hacerte.

-¿De qué se trata? Te pusiste serio de nuevo.

-¿Por qué DIO dijo que tu familia las vendieron a ustedes? ¿Qué quiso decir con eso?

-Ah... eso...

Miré a otro lado mientras hacia una mueca, junté mis manos tras mi espalda y caminé algo más lento pero a pasos largos.

-Bueno... lo que pasa es que mi tatarabuela, al descubrir la verdad de DIO y para hacer vivir más tiempo a su familia, se ofreció como sierva de él... bueno, ya sabrás en qué sentido... Él pareció encaprichado con las mujeres de mi familia, entonces cuando descubrió donde Verónica escondió a su hija... decidió buscarla, sin saber que esta también había hecho su vida.

Resoplé un poco mientras recordaba lo que mamá había dicho cuando fui a enfrentarla esa vez antes del viaje y antes de mi primer ataque por Enyaba.

-Verónica y ella no tuvieron más remedio que decir que desde ese momento, las mujeres Rising serían completamente de él... y que en algún momento si llegase a encontrarse a alguna, esta lo serviría de nuevo... pero debía dejar que siguieran vivas o perdería su sangre única.

-DIO sabía que lo hacían para sobrevivir, pero no les daba importancia porque éramos simples humanas con las que se encaprichó. - mamá se une a la explicación -Pero ese fue su primer error, mi abuela no iba a tolerarlo así que mientras DIO desapareció aquel siglo, trajo a mi madre a Japón y le enseñó sobre el Hamon y todo eso para que ella le enseñara a mi hija y yo a la mía... debíamos poder defendernos con algo.

-Ya veo... entonces por eso lo decía.

Asentí, sonreí y me acerqué un poco a Jotaro.

-Pero primero moría antes de servirle. Por suerte ya no está.

-Sí, tienes razón.

Jotaro apoya su brazo sobre mis hombros y me atrae más hacia él, yo sonreí un poco más antes de apoyar mi cabeza contra él. Pero entonces miré de reojo hacia atrás y Skillet junto a Star Platinum golpean a un hombre que pensaba atacar a mi madre.

-Oye, Jotaro ¿No quieres quedarte a comer algo? Por favor.

-Es muy tarde, no insistas.

-Ay, aburrido. Antes hasta nos quedábamos a dormir en la casa del otro ¿Qué pasó?

-Eso era de niños. Ahora crecimos.

-Bueno pero solo sería cenar con nosotras, ni que tuviéramos que hacer algo.

Él no responde, hasta que mi madre es quien lo invita ahora, y no tuvo más opción que aceptar. ¡Gracias madre!

SIEMPRE HAS SIDO TÚ || Kujo Jotaro x Tú ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora