Capítulo 6

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Me arrodillé junto a mi madre y le dejé el balde con agua fría a un lado, ella me sonríe un poco y remoja el trapo para colocarlo en la frente de la tía Seiko.

Miraba aquella enredadera con espinas, ¿eso era un Stand? ¿Por qué puedo verlo entonces... ? Miré a los otros que estaban hablando sobre cómo encontrar a DIO, pero Jotaro usa su Stand para encontrar y dibujar algo que este mismo vio en el fondo de una de las fotos. ¿Así es como se ve el espíritu maligno de Jotaro?

Un momento... ¡Que artista salió! ¿Cómo dibujó tan bien aquella mosca hasta el punto de que Avdol pudo reconocerla? ¿Todos los Stands son así de talentosos en el arte?

-Hm...

Todos miramos a la tía Seiko cuando abrió los ojos.

-Holly.

-Papá, yo...

-Descansa. Jotaro, tráeme agua.

Él se da vuelta y se va, yo me levanté pero mamá me detiene por un segundo y apunta con la mirada al señor Joestar.

-______... ¿Cómo te sientes, jovencita?

-¿Yo... ? Am... mejor... creo.

-Hm... entiendo...

Él me mira esperando que dijera algo más pero por alguna razón, no le conté sobre que... puedo ver los Stands...

-Bueno... iré con Jotaro, yo también quiero agua...

Me fui y al salir y desaparecer del campo de vista de los tres, suspiré. Me detuve un momento, miré el pasillo por el que se fue Jotaro pero decidí seguir de largo. Quería irme...

Pasé frente a la cocina, rogando porque Jotaro no me viese pero fue en vano.

-Hey ¿A dónde crees que vas?

-Solo... a mi casa...

Él me mira y cierra la puerta del refrigerador, deja el vaso con agua en la mesada y se acerca a mi. Yo me puse algo nerviosa y repentinamente tímida, aparté la mirada hacia un lado y él se quedó parado frente a mi.

-Aún no te has curado el golpe.

-¿Eh? Ah... eso... Lo haré en casa.

-Seguramente te desmayarás antes de llegar, ven aquí.

-¡Oye, no jales!

-Cállate.

-¡Deja de hablarme así, idiota!

Me coloca en frente y me agarra por la cintura de manera desprevenida, me sonrojé al instante pero él me levanta y me sienta en la mesa.

-Quédate ahí.

-Ni que fuera una niña...

Me crucé de brazos y rodé los ojos. Él resopla cansado y camina hasta el refrigerador, saca una bolsa de agua congelada y regresa hasta mi. Me mira y apoya la bolsa en mi mejilla.

-¡Ay... !

-Toma, sujétalo.

-Hm... Sí, sí... señor mandón.

-Tsk, que desesperante.

-Bueno... si tanto te desespero... - me iba a bajar de la mesa pero coloca su brazo en frente y me empuja de nuevo.

-Ni lo pienses, quédate quieta.

-¿Quién te entiende?

En realidad yo lo hago... no te gusta admitirlo, ni siquiera demostrarlo mucho... pero te preocupas por mi. Sé que lo hace y por eso no me deja ir.

Él se queda quieto pero mirando el vaso con agua, sabía que pensaba en su madre y que también se preocupaba por ella.

-Se pondrá bien... yo lo sé...

-Como sea.

Jotaro suspira y agarra el vaso, yo me bajé de la mesa para acompañarlo y así ambos fuimos con su madre de nuevo. Fue muy tierno ver como el señor Joestar trataba a su hija, pero ella terminó por desmayarse de nuevo...

-Señor Joestar, lo encontré. Esa mosca es... esta.

Avdol nos muestra en un libro la misma mosca que el Stand de Jotaro había dibujado. La mosca tsé-tsé del Nilo.

-¡Egipto!

-Debe estar en la región de Asuán. Ahí encontraremos a DIO.

-Así que sigue en Egipto.

Todos levantamos la mirada hacia el tal Kakyoin que había llegado y mencionado que DIO le había insertado aquel brote de carne hace tres meses en Egipto.

-Pero, ______ tú lo tenías ¿Cómo fue?

Todos me miran y yo apoyé mi mano en mi frente, en el lugar donde aquella cosa había estado. Hice una mueca y resoplé.

-No... No lo sé... en este momento me es imposible recordar como fue que esa cosa llegó a mi... pero... recuerdo escuchar la voz de una anciana antes de que me atacara...

-¿Anciana? ¿Una aliada de DIO?

-Lo más probable...

-Entonces, DIO sigue en Egipto.

-¿Cuando partimos? Iré con ustedes. - menciona Kakyoin.

-¿Con nosotros? ¿Por qué?

-No lo sé. Ni yo sé bien cómo responder eso.

Miré confundida a Jotaro y Kakyoin cuando el primero chasquea la lengua y aparta la mirada.

-Digamos que me abrieron los ojos. Eso es todo.

Yo miré a la tía Seiko y luego a los demás. DIO ahora me debía algo, odio ser controlada y él lo hizo... me hizo atacar a mi mejor amigo... al que me gusta... También habría atacado a mi madre si Jotaro no intervenía. No se lo perdonaré.

-Yo también iré.

-¿Eh? - mamá me mira.

-No.

-Tú no decides eso, Jotaro.

-Ni siquiera puedes ver los Stands. No vendrás.

Apreté los puños mientras miraba a Jotaro, este se veía realmente decidido a dejarme aquí.

-No... eso no es verdad. ¿Cierto, _____?

-¿Qué dices, viejo?

Yo miré al señor Joestar quien se levantó y apoyó su mano en mi hombro, me sonríe para demostrar su apoyo.

-Puedes verlos ahora... ¿No?

Yo lo miré y asentí, Jotaro abre los ojos de par en par pero Avdol también se levanta y se acerca.

-Tengo el presentimiento de que la señorita ______, nos será de ayuda en este viaje... estoy de acuerdo con que venga.

-¿Qué?

Jotaro mira a los demás sorprendido y confundido por aquellas decisiones pero yo sonreí.

-No se preocupe, señora... cuidaremos de su hija. - dice el señor Joestar.

-Lo sé... y también sé que no podré hacer que ella no vaya...

Sonreí con gratitud hacia mi madre quien me devuelve el gesto y asiente dándome a entender que también estaba de acuerdo con esto, aunque sabía que le preocupaba. Volví la mirada a Jotaro que seguía negándose a la idea.

-Nada de lo que digas me hará cambiar de parecer. Si yo no pude evitar que salieras de esa celda, tú no conseguirás que no vaya con ustedes.

-Tsk... que molesta. Bien, haz lo que quieras.

Sonreí. El señor Joestar me da una palmada en el hombro.

-¡Bien! Se nos acaba el tiempo. Es hora de irnos.

SIEMPRE HAS SIDO TÚ || Kujo Jotaro x Tú ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora