Capítulo 2: Ayuda

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—¡No puede ser!

La habitación estaba semi iluminada, lo que significaba que Jin Ling se había quedado dormido.

En su desesperación, se paró precipitadamente de la cama, provocando un dolor fuerte en su cadera maltratada. Maldijo por lo bajo mientras presionaba la zona con una mano, ¿por qué justo se dejó llevar en días laborales? ¡Uno en la tarde y otro en la noche! Jin Ling suspiró por lo bajo. No podía quejarse, ni tampoco decir que no le gustó, porque lo había disfrutado demasiado, pero las consecuencias habían llegado.

De repente, sintió unos suaves besos en su cuello, disipando todo sentimiento negativo de las mañanas.

—¿Cómo te encuentras?

—¿Cómo crees que me encuentro? —No volteó a mirarlo. —Es tarde, no alcanzaré a preparar tu lonche.

Lan Sizhui negó. —Está bien, no te preocupes. Quiero que descanses, yo prepararé el desayuno para ambos.

Jin Ling volteó a verlo, alarmado por aquella decisión. —¡Pero llegarás tarde!

—Recibiré mi castigo por dicha tardanza, pero tu bienestar está por delante. —Tomó los cabellos de Jin Ling y los juntó. —Siempre velas por mi alimentación y mi bienestar, déjame hacerlo ahora que no estás en condiciones.

—Hablas como si estuviera enfermo...

—Pero no puedes caminar con facilidad.

Jin Ling volteó avergonzado, dándole la espalda. Le echó un vistazo a su muñeca, con la cinta antigua de Lan Sizhui amarrada alrededor. Desató con cuidado la cinta y se la entregó a Lan Sizhui en silencio. Este sabía que significaba, lo tomó y cepilló por encima el cabello largo de su esposo para después amarrarlo en una coleta baja.

La cinta, al perder total significado después de que Sizhui abandonara la secta Lan, pasó a ser un accesorio personal de Jin Ling. Nadie notaba los trazos de nubes en el cabello de Jin Ling, y si alguien lo notara, simplemente lo dejaría pasar sin saber qué secreto escondía el chico.

Con movimientos largos, Lan Sizhui tomó su túnica interior a la vista y se la puso una vez estando fuera de cama. Jin Ling desvío en todo momento su mirada. Una cosa era mirar a su esposo desnudo en plena exitación, pero resultaba muy diferente hacerlo cuando toda la adrenalina desapareció.

En solo una ojeada, Jin Ling volvió a mirar las cicatrices en la espalda de Lan Sizhui y frunció el ceño al recordar el origen de estas. Si tan solo Jin Ling no hubiera estado inconsciente ese día, podría haber tomado el control de la situación y decretar que el castigo no se ejecutara.

—Te traeré tu lonche al medio día.

Lan Sizhui lo miró mientras ataba sus cabellos con un listón y sonrió.

—Está bien.

Jin Ling vio a su pareja de cultivo desaparecer por la puerta. Dejó caer su cuerpo en la cama y volvió a soltar un suspiro, no pesado, sino uno enamorado.

¿Quién pensaría que el orgulloso joven maestro Jin sería un amo de casa y terminaría abandonando su secta para fugarse con el mejor discípulo de la generación?

La vida hogareña es fácil si se sabe planificar bien las cosas con la pareja. Jin Ling tomó el papel de amo de casa debido a que Lan Sizhui se iba al trabajo temprano y porque, si bien podía enseñar tiro al arco, la mayoría de los niños no les interesaba en absoluto.  Enseñar a unos cuantos niños no le convendría para nada, ganaría muy poco, por lo que prefería colaborar en las labores del hogar, manteniendo limpia la pequeña casa que habitaban, y así contribuir día a día. De paso, ayudar a su esposo y facilitar su trabajo.

Identidades al descubierto [Zhuiling]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora