Se cumplía dos años desde aquel día.
El primer hábito que tuvo que cambiar en su vida fue: levantarse antes de las seis de la mañana.
No fue nada sencillo al principio, y tal vez no seguía siéndolo. Se había acostumbrado desde temprana edad a despertarse a las ocho de la mañana, gracias a los rayos del sol que transpasaban el gran ventanal vertical de su antigua habitación. Solo unas cuantas veces había despertado antes, y principalmente eran por temas de papeleo o reuniones mañaneras que tenían la finalidad de irritar al, en ese entonces, heredero de la secta LanLing Jin.
Al menos él no fue el único que cambió su hábito de sueño. Sin embargo, parecía que la otra persona lo disfrutaba más que él. Claro que iba a disfrutarlo, ¡se levantaba una media hora más tarde a comparación de su horario anterior!
Jin Ling se levantó de la cama aún con sueño. Frotó sus ojos y se desplazó hasta el tocador de la habitación. Miró su rostro en el espejo, y como cada día, se fijó que ya no tenía ese característico punto bermellón en su frente. Sonrió, y también como cada día, no le dio mucha importancia. Tomó la cinta blanca, que se encontraba cerca, y ató su cabello en la coleta alta de siempre.
Echó un vistazo a la persona que aún dormía. Un temor apareció en su corazón.
Antes de salir de la habitación, acomodó, una vez más, su túnica interior color gris.
Se dirigió hasta la cocina y se fijó lo que había en los estantes, revisando lo que hacía falta.
—Parece que me toca ir al mercado. —Pensó en voz alta, empujando la pequeña puerta de madera.
Aprender a cocinar fue complicado. Jin Ling tuvo que tomárselo como un reto para hacer las cosas más fáciles. En ese tiempo, él compró un pequeño libro de cocina y se puso a preparar durante varias horas, haciendo varios platillos y gastando más de lo que debería. Recibió a su pareja con la mesa pequeña repleta de comida. Los platos tenían distintos sabores, pues con unos se equivocó en la preparación, y con los otros no.
Además de aprender a cocinar, aprendió que debía de ser responsable con el dinero. Jin Ling ya no podía darse el lujo de comprar cientos de cosas y no tener una pizca de preocupación por el monto. Le dolió al principio. Ese día no estaba conciente de ello y tuvo una discusión, que terminó en un abrazo reconfortante, aceptando su error y prometiendo que ahorraría a partir de ese momento.
Antes de preparar el desayuno, se colocó un mandil blanco. Después de un tiempo, la cocina estaba completamente limpia, los objetos de cocina que utilizó fueron lavadas y el desayuno reposaba en la mesa, esperando ser devorada en cuestión de minutos.
Durante la preparación escuchó los pasos de la persona que vivía con él, lo que significaba que se había levantado a la hora de siempre y ya se estaba arreglando.
En sus manos traía un pequeño recipiente rectangular cerrado, llena de comida simple. Puso el recipiente encima de una tela blanca extendida, agarró las puntas de la tela y lo envolvió con cuidado. Al final, con un pequeño amarre, uniendo las cuatro puntas de la tela, había quedado el lonche preparado.
Jin Ling miró el pequeño reloj colgado en la pared. Faltaban cinco minutos para las seis de la mañana. Si mal no recordaba, hizo un nuevo récord.
Se quitó el mandil y lo dejó en su sitio. Aprovechando el tiempo que le quedaba, Jin Ling se puso a revisar nuevamente las estanterías e hizo una lista mental de lo que debería y no debería comprar.
—A-Ling, buenos días.
Y Jin Ling, como cada mañana, volteó a ver a la persona que lo saludaba con voz somnolienta.
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Identidades al descubierto [Zhuiling]
FanficAmbos, al tomar la decisión de escaparse juntos, no pensaron en ningún momento las posibles consecuencias que traería. Más que nada fue porque ninguno de los dos volverían a sus vidas anteriores, ni querían. Sin embargo, después de una discusión con...