Capítulo 16: Reencuentro número dos

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—¿Qué está pasando? ¿Por qué todos corren?… —Preguntó con las manos juntas, tenía miedo de lo que pudiera estar ocurriendo.

Uno de los discípulos que corrían se detuvo al  darse cuenta del menor.

—Joven maestro Jin, por favor, busque un lugar donde resguardarse. Está ocurriendo una pelea ahora mismo.

—¿Pelea?

—Así es, corra a su habitación y no salga.

El niño no sabía qué hacer por más indicaciones le hayan dado. Estaba nervioso, pero tenía una enorme curiosidad por ver qué pelea había y porqué se originaba. Fue entonces que decidió seguir el ruido con un paso lento, mientras iba escuchaba el sonido de espadas chocar y gritos que aún no podía entender. Jin Mao dobló la última esquina y vio claramente como una espada atravesaba el pecho de su padre. La sangre transcurría con rapidez y cuando el hombre cayó al suelo, Lan Sizhui se hizo notar. Jin Mao se quedó en shock.

El rostro de Lan Sizhui no mostraba su típica sonrisa amable, o su semblante tranquilo de siempre, en cambio, un rostro terrorífico y con ojos filosos eran todo lo que veía Jin Mao. 

No sabía qué hacer, solo era un niño que acababa de ver a su padre ser asesinado por unos de sus amigos más cercanos. Jin Mao empezó a temblar, Lan Sizhui aún no parecía darse cuenta de su presencia, entró a una habitación cercana y salió cargando en sus brazos a un joven inconsciente que Jin Mao conocía muy bien: Jin Ling.

Justo cuando volteó, Lan Sizhui pudo ver al pequeño. Todo el rostro del adolescente volvió a como el niño lo conoció, pero este tenía un toque de tristeza. Abrió la boca para intentar hablar, no obstante, la voz de uno de los discípulos se escuchó, los pasos estaban cerca y Lan Sizhui no podía perder más tiempo. Con una rápida velocidad pasó por un costado del niño dejándolo con varias interrogantes y todo su cara empapada de lágrimas.

—¡Jin Mao!

No reaccionó. En cambio cayó al suelo porque sus piernas flaquearon.

—¡Jin Mao! ¿Qué demonios haces ahí? ¡Ven aquí ahora! —Gritó otro chico perteneciente a la secta Jin.

Jin Chan se acercó y pudo ver la escena. En el suelo un gran charco de suelo, no solo eso, más allá habían más cuerpos que el pequeño no pudo notar.

No pensó que su plan terminaría de esa manera. Pensó que cuando Jin Ling termine de tomar la taza de té él solo moriría en la comodidad de su blanda cama sin ningún escándalo. El otro responsable previó cualquier tipo de situación antes de ejecutar el plan, pusieron una barrera protectora invisible y a los discípulos que apoyaban la causa les tocaba resguardar las entradas, así no recibirían ninguna visita.

Todo era perfecto, ¿entonces que falló? ¿Cuál fue el fallo? Jin Chan olvidó que Jin Ling tenía una maldita suerte llamada Lan Sizhui. Sin importar que tan lejos estuvieran, siempre se encargaba de protegerlo por más peleados que estén.

¿Cómo es que el destino quiso jugarle una mala pasada? ¿Por qué entre todos los días Lan Sizhui había decidido visitar a Jin Ling cuando su plan estaba en marcha? Y lo peor de todo, ¿cómo es que el Lan tenía conocimientos avanzados de medicina?

Según los informes, el Lan entró habiendo noqueado a los discípulos de la entrada. Nadie lo detuvo, ni siquiera Jin Chan sabe cómo Lan Sizhui pudo romper la barrera protectora. Tampoco sabe cómo pudo sospechar de todo el plan, porque Lan Sizhui no subió como cualquier persona hasta la habitación de Jin Ling, sino que con su espada subió de manera rápida colándose por la alcoba.

Jin Chan dejó al niño y caminó con lentitud hasta la habitación de Jin Ling. La puerta estaba abierta, por lo que su visión contempló a una mujer muerta dentro. Apretó su nariz con unos dedos, el olor a sangre del lugar lo estaba asfixiando. Caminó dentro, se dio cuenta que la mujer era la madre de Jin Mao. Aquella mujer había sido la encargada de darle el té a Jin Ling, pues solo podían confiar en ella debido a lo involucrada que estaba. Lan Sizhui debió de haber supuesto que ella lo envenenó.

Identidades al descubierto [Zhuiling]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora