Capítulo 20: Reencuentro número tres

103 21 2
                                    


—Lárgate ahora.

—Sizhui, calma —Jin Ling se sentó con cuidado en la cama y trató de acostar a su esposo, sin éxito alguno—. Eres bastante obstinado cuando te lo propones.

Lan Sizhui estaba serio. De verdad no confiaba en Jin Mao y no bajaría la guardia, por más que su esposo le estuviera pidiendo que descansara. No le importaba salir más lastimado, se aseguraría, incluso después de la muerte, en proteger a Jin Ling. Aunque eso último era un caso extremo, no pensaba dejar a su adorable esposo aún.

—Solo vengo a hablar... —Jin Mao intentó hablar, pero Lan Sizhui solo endureció su mirada.

—Sizhui, acuéstate, ya —ordenó Jin Ling, sin éxito alguno—. Tonto.

Jin Ling se levantó como pudo y de un solo movimiento lo hizo acostarse. Antes de que Lan Sizhui pudiera decir algo, Jin Ling lo silenció con la mirada. Sabía cómo hacer que su esposo se quedara callado con una mirada y le serviría para situaciones similares a la actual.

—Jin Mao, es mejor que te vayas —recomendó Jin Ling—. Sizhui y yo queremos descansar. Si piensas en hacernos algo, ten cuidado que las demás sectas saben de nuestro paradero. Esta vez pienso defenderme y defenderlo, Jin Bao.

Hubiera perdido fácilmente los papeles sino fuera porque recordó al mismo niño de antes. Necesitaba deslindarse de ese recuerdo debido a que solo le traería problemas y le haría bajar la guardia en un momento inoportuno. Si Jin Mao intentase lastimar a Lan Sizhui, Jin Ling usaría todas sus fuerzas para detenerlo e incluso acabarlo por completo. Dejando ese pensamiento de lado, toda su atención se enfocó en Jin Mao, buscando algún movimiento extraño en sus manos o quizá en sus pies. Lo examinó de forma correcta y no pareció encontrar cosas malas, cosa que lo extrañó.

—¿Es verdad que todo el mundo estuvo en tu contra?

La primera pregunta la descolocó un poco. Jin Ling le había dicho de forma rápida como respuesta a sus ataques verbales. No quería conversar con el menor, no después de haber pasado por todo un proceso de tortura gracias a su engaño. Sin embargo, Jin Ling no tuvo el corazón, nuevamente, para ignorarlo. Quizá estaba siendo demasiado permisivo, pero por alguna razón se veía reflejado en Jin Mao. En esa desesperación por saber la verdadera historia de la muerte de sus padres o al menos hayar una explicación lógica.

—Sí, nadie me quería ahí —Hace mucho tiempo dejó de doler el admitirlo—. Tus padres apoyaban en secreto mi destitución del cargo como lider porque estaban aliados con los padres de Jin Chan y la mayoría de ancianos. A pesar de eso, Jin Mao, me mantuve al margen porque no pensé que harían algo tan pronto. Fue un coincidencia enorme que Sizhui haya llegado ese día de visita...

—¿Por qué nadie te quería? No entiendo, ¿por qué tendrían que odiarte? —Jin Mao seguía confundido, dispuesto a escuchar.

Lan Sizhui seguía sin confiar y en su mente pasaba la idea de que Jin Mao podría estar actuando.

—Porque esos ancianos siempre han querido el poder. —Fue una repuesta facil de responder—. Querían la toma completa de decisiones y a través de mi sería imposible. Si quisieran pasarse de listos, mi tío estaría protegiéndome a lo lejos. Ahí es donde Jin Chan es propuesto como nuevo líder y para eso debían deshacerse de mi. Siempre fueron un nido de arpías.

Según los padres de Jin Mao, Jin Ling era querido por varios, incluyendolos. Entonces decidió creerles aún después de haber escuchado por primera vez la versión de Jin Ling. Sin embargo, escuchar una mejor explicación de los hechos le hacía reemplantearse  toda la información y recordar aquel momento con un sentimiento agridulce.

—Cuando llegué a la secta Jin no me permitieron el paso. No tuve más remedio que noquear a la mayoría y continuar con mi camino —Lan Sizhui se había sentado, ignorando la petición de su esposo, y explicó con calma, aunque continuaba su plena atención en Jin Mao—. En eso me atacaron tres discípulos Jin y los maté. Entré por su balcón y encontré a tu madre recogiendo las tazas de té. Entonces sentí el aroma a una planta venenosa la cual estuve estudiando las últimas tres semanas. Tu madre fue quien puso el veneno en la taza de A-Ling y se encargó de darle un té. Al verme, la mujer intentó atacarme. Reconozco que pude haberla apartado, pero me ganó la ira y la maté.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 19 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Identidades al descubierto [Zhuiling]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora