Capítulo 13: Jin Chan

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—Exijo hablar con el líder de la secta Jin.

Los discípulos Jin la miraron con gracia a la mujer que estaba en frente a ellos. La mujer traía de mano a su pequeño hijo e insistía demasiado con ver al líder de la secta Jin desde hace varios minutos. Tanta fue su insistencia que estos casi tuvieron que sacarla para que no hiciera tanto escándalo, pero en ese mismo instante un joven maestro se acercó al ver todo el alboroto ocasionado en la entrada.

—¿Qué es lo que sucede?

—¡Joven maestro! Esta mujer está exigiendo ver al Líder de Secta. —La tomó del brazo sin medir su fuerza y Jun Wan gimió del dolor.

El joven maestro miró a Jun Wan y luego a su hijo. Sabía que si no aparecía antes la mujer hubiera terminado inconsciente en el final de las escaleras ya que los discípulos Jin solían ser muy brutos en sus acciones. Ante la situación tocó su sien con irritación porque odiaba estar expuesto a situaciones tontas.

—Si tiene alguna queja puede ir al departamento de quejas, gracias. —Se dio la media vuelta.

El joven maestro estuvo por irse, pero Jun Wan lo tomó del brazo y justo cuando parecía que aquel joven maestro se lo tomaría a mal, Jun Wan habló:

—¡Es urgente! ¡Sé la ubicación de Lan Sizhui!

El joven maestro volteó con sus pupilas dilatadas. Es como si hubiera escuchado algo que siempre quiso, pero que a la vez su corazón se apretó con fuerzas y la sangre le empezó a hervir. Aquel joven maestro frunció el ceño y miró a la mujer.

—¿Qué demonios dijiste? —El niño se asustó más y se escondió detrás de Jun Wan. —¡Habla!

—Joven maestro, ¿eso no significa que está con…?

—Le diré todo, pero déjeme hablar primero con su líder de secta. —Traía una mirada seria para que supieran los demás que hablaba muy enserio. —Lo juro por la vida de mi hijo que le contaré todo, joven maestro.

Jun Wan pensó: ¿acaso aquel joven maestro conocía a Lan Sizhui? Debía ser así pues su reacción fue fuerte. Sin embargo, el joven maestro no tenía ni por aproximado la misma edad que Lan Sizhui. Jun Wan le daba unos quince o catorce años. Entonces, cuando Lan Sizhui desapareció, el joven maestro debió de tener unos trece o doce, fue un niño aún. Jun Wan supuso que el líder de secta era muy unido al pequeño y se los presentó a sus amigos del clan Lan.

Pero, ¿por qué el menor lucía tan enojado? ¿Habrá tenido problemas con Lan Sizhui? Podría convenirle siempre y cuando supiera la razón. Jun Wan sonrió en sus adentros y no quitó el rostro desesperado que tenía.

—Te guiaré. Si no cumples con tu palabra yo mismo te mataré por jurar por tu hijo.

Jun Hao se asustó y abrazó la pierna de su madre con fuerza.

—¡No mates a mi mamá!

El joven maestro lo miró y luego volteó su cabeza a otro lado. Su ceño fruncido se aligeró y se empezó a alejar con un movimiento brusco de sus túnicas. Jun Wan sacudió su pierna y lo siguió, mientras que su hijo limpió sus propias lágrimas y caminó al lado de su madre.

Jun Wan no se atrevió a decir ni una sola palabra hasta quedar en frente de unas puertas grandes.

El joven maestro tocó la puerta.

—Disculpe, líder de secta, soy yo, Jin Mao. Alguien desea solicitar su presencia.

—Estoy ocupado. Que saque cita. —Se escuchó al otro lado de la puerta.

Jun Wan hizo una queja.

Jin Mao suspiró. —Sabe la ubicación del joven maestro Lan, Lan Sizhui.

De repente la puerta se abrió a los dos segundos. Se pudo mostrar a un hombre con ojeras terribles, un cabello despeinado y túnicas desarregladas, incluso la marca bermellón se había esparcido por una parte de la frente.  Jun Wan quiso reírse, pero evitó hacerlo.

Identidades al descubierto [Zhuiling]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora