Noa
El viento me golpea la cara, los ojos secos parpadean en busca de lágrimas que los llenen y mi garganta trata de deshacer una y otra vez el nudo que se ha formado hace ya una hora y media. Hacía casi cinco años que no probaba un cigarro y, aunque sólo fumaba en fiestas, parecía que mi cuerpo lo necesitaba porque he conseguido calmarme. Siento que la piel se me pone de gallina, estoy helada y aparto las manos de las agarraderas de la moto para abrazarme a la espalda de Ian apoyando la cara sobre ella. Noto su abdomen bajo mis manos y se pone tenso al notar mi tacto, pero cuando hago el amago de quitarlas para evitar que esté incómodo, me las agarra y las lleva de nuevo donde estaban.
Diez minutos después la moto se para frente a la casa de la fraternidad y yo suelto un profundo suspiro.
-Estirada.-dice Ian llamando mi atención.-Ahora toca disfrutar de la noche.
Sonríe intentando que yo responda afirmativamente, y paso ante él regalándole la mejor sonrisa que puedo. A mitad de camino hacia la puerta me giro y le digo:
-Ian.-cuando alza la cabeza del suelo, continuo.- Gracias por venir a por mí.
-Bueno, espero que me devuelvas el favor.-dice con mirada pícara.
Cómo no, tenía que arruinar un buen momento.
-Sólo si consigues ganarme en una carrera.-digo retándolo. Él me analiza con la mirada.
Cuando confirma que lo digo en serio, aparta la vista de mis ojos y niega con la cabeza mientras ríe.
-Estás más loca de lo que pensaba estirada.
-Puede ser, pero no tendrás tu favor a menos que lo ganes.-digo guiñándole un ojo y entrando en la casa.
Alguien ha atenuado las luces y ahora todo el mundo se mueve al son de la música. Siento que la vieja yo esta resurgiendo de sus cenizas y no estoy segura de si eso es bueno o malo.
Necesito pensar, pero no quiero hacerlo por que John viene a mi cabeza y eso me hace sentir confusa. Recuerdos encontrados, sentimientos contrapuestos, yo luchando contra mí misma, Ian, Katie, mi madre, Paul...
Pero esta noche es joven, Ian tiene razón, ahora toca disfrutar.
Entro en la casa y me dirijo a la cocina, cojo un vaso y lo lleno con la primera bebida que encuentro para luego llevármelo a la boca y bebérmelo de golpe. Lleno otro y me dispongo a buscar a Katie, necesito pasármelo bien, y ella sabe cómo hacerlo.
-¡Noa!-oigo que alguien me llama.- ¡Noa!- rezo por que no sea John.-¡Noa!
Al girarme compruebo que es Ben. Sonrío divertida, de verdad, una sonrisa sincera y plena.
-¡Ben!
-Estamos todos buscándote, Ian no ha querido decirnos cómo estabais y habéis tardado lo vuestro. Katie esta como loca.
-Respira.-digo riendo.-estoy viva y me apetece bailar.
-No digas más entonces.-dice cogiéndome de la mano y llevándome con el resto del grupo. Katie me me mira impasible, sin saber si darme un abrazo o una copa, le guiño un ojo y me cerco bailando hacia ella. Sonríe y sé que ha entendido que no quiero hablar ahora.
Entonces la voz de Jason Derulo empieza a llenar mis oídos y Want to Want Me comienza a sonar. Amo esta canción y simplemente dejo que mi cuerpo siga el ritmo.
-Mierda Noa, no sabía que bailabas así.
-Inteligente comentario Ben, nunca la habíamos visto bailar.-contesta Flavia riendo.
Tres canciones y dos copas más tarde, continuo bailando como si el mañana no fuese. Abro los ojos, miro a mi alrededor y sonrío de nuevo. Echaba de menos ésto. Entonces veo a Ian, y él me ve a mí. Pero esta vez es diferente. No hay risa, curiosidad, enfado o indiferencia; Hay lujuria en sus ojos y yo lo provoco moviendo mi cuerpo al ritmo de "Earned it". Ninguno aparta la mirada. Hasta que siento que se acerca. Y luego unas manos en mi cintura, una respiración en mi oído. Y entonces, deja de mirarme.
-No recordaba que bailases así.-oigo que dice John.-Perdóname.
-Apártate de ella.-dice Ian.-He dicho que te apartes.
-Pírate Ian, ya has hecho bastante. Ésto no te incumbe.-dice John.
Cuando veo el ceño fruncido de Ian algo se acciona dentro de mí.
-John vete.
-Noa...
-Necesito que te vayas, necesito esta noche. Por favor.
-Mañana te llamaré.-Y luego, desaparece entre el resto de personas.
Me giro hacia Ian de nuevo y veo que se da la vuelta para marcharse, pero le agarro de la mano.
-¿No bailas?
-No podrías aguantarlo estirada.
-Quizá seas tú el que no puede aguantarlo.
-¿Me estas retando?-dice susurrando.
-Puede ser.
Y bailamos. Hasta que no siento los pies. Hasta que mis recuerdos no existen y los suyos desaparecen. Hasta que me olvido. Hasta que se olvida.
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Te necesito. I
RomanceTodos creían haber superado la muerte de su hermano excepto ella. Todos pensaban que su vida era perfecta excepto ella. Todos vivían sin querer excepto ella. Pero siempre estaría John el único en quien había podido confiar desde la muerte de Paul, e...