Capítulo 3

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Noa


El teléfono me saca de mi ensoñación y aparto la mirada del chico. Es John.


-Hola Jota.


-Hola cariño, ¿Qué tal el día? ¿Ha llegado ya tu compañera de habitación?


-Bien, he discutido con mi madre, no para de agobiarme para que encuentre trabajo... Sé que necesito encontrarlo pero, llegué ayer, necesito tiempo para adaptarme. Y no, al menos no que yo sepa.


-Dale tiempo Noa, sabes que te echa de menos...


-Eso no es excusa ¿Cenamos juntos esta noche?


-No puedo, he quedado con mis compañeros de clase. ¿Y si quedamos mañana para desayunar y te enseño el campus?


-Vale, nos vemos mañana.


-Te recojo a las 9:30 en tu residencia. Te quiero.


-Adiós, Jota.


De vuelta a la residencia, empiezo a notar ambiente universitario, y es algo obvio puesto que el lunes empiezan las clases. Paso por la cafetería de al lado de mi edificio y compro un café y un muffin, no he comido nada desde esta mañana. Cuando llego a mi habitación, compruebo dos veces que no me he equivocado de planta. Pero no, la puerta está bloqueada por un montón maletas negras y, al entrar, lo primero que veo es una espalda cubierta de tatuajes. La chica se gira al oír el sonido de mis llaves chocar contra el suelo.

-Lo siento, soy muy torpe. ¿Quién eres?-digo mientras me agacho a recogerlas.

-Me llamo Katie y soy tu compañera de habitación.


Inesperadamente se acerca y me envuelve en un fuerte abrazo. Le devuelvo el gesto algo incómoda. La chica, Katie, tiene una larga melena castaña y grandes ojos verdes, pero lo que más me sorprende no es que sea guapa, sino que tiene los brazos cubiertos de tatuajes y un aro en la nariz. Lleva unos leggins negros de cuero sintético y una camiseta oversize blanca que combina con unas zapatillas de doble suela. Inconscientemente, bajo la mirada a lo que llevo puesto, mis vaqueros favoritos y una de mis viejas sudaderas junto con las simples zapatillas blancas de siempre. Digamos que su estilo es completamente diferente al mío y no estoy del todo segura acerca de cómo puede terminar eso.


-Encantada, me llamo Noa. ¿Eres de por aquí?


-Sí, siempre he vivido en Londres ¿tú no?


-No, soy de Ámsterdam.


-Wow, qué lejos, ¿cómo has llegado a parar a esta universidad?


-Vine con mi novio, John, nos concedieron una beca de estudio. Él está en segundo año.


-Eso es genial, aunque no me suena, deberías presentármelo.

Te necesito. IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora