Capítulo 2

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 Ian


Mi día no podría ir mejor. Después de ver a mi madre llorar, otra vez, por culpa del gilipollas de mi padre lo único que me apetece es coger la moto y mandarlos a todos a la mierda aunque, bueno, eso es básicamente mi forma de vida ahora. El pasar de todo, el nada importa ya. Ignoro el teléfono por décima vez, el jodido Mike no me deja en paz. Levanto la cabeza y, ahí está otra vez, un cartel publicitario con la cara mi padre y su sonrisa de mierda aparentando que todo es perfecto. Pero no lo es, nunca lo ha sido y nunca lo será, por mucho que él lo intente.


Me subo a la moto y dejo que el viento me golpee en la cara, el único ápice de libertad que por lo visto voy a sentir en mucho tiempo. Solo bajo cuando llego al lugar en el que puedo ser yo, el lago. Gruño furioso, incapaz de soportar la furia que me corroe por dentro.


No podría haberlo hecho otro día, el muy hijo de perra anuncia que se va a casar en el aniversario de la muerte de Jason.


Y entonces miro al resto del mundo, ése que gira a pesar de que el mío se estanca. Veo una señora mayor dar de comer a los pájaros, como un niño bebe de la fuente... Pero un sonido me saca de mis pensamientos y me giro instintivamente. Una chica se ríe mientras mira a una pareja discutir sobre un tándem.


El sonido del móvil me trae de vuelta a la realidad.


-Habla.


-Fiesta en la residencia, esta noche a las 11.


Cuelgo sin dejarlo terminar la frase y, cuando me giro en busca de la chica, ya no está.


Te necesito. IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora