Noa
Dos meses han pasado ya, dos meses desde la estúpida fiesta a la que aún no tengo claro si debí haber ido. Pero bueno, las cosas pasaron así y ahora no hay más remedio que aceptarlas. Ian ha vuelto a ser un capullo, no bebe, eso al menos, pero cada vez que le veo tiene una tía diferente entre manos y sus miradas han pasado del cabreo al asco y, estos últimos días, a la indiferencia absoluta. Con lo que no he tenido más remedio que evitarlo tanto como he podido. Si iba a una fiesta, yo iba a otra; si decidían salir a comer, yo me lo pensaba dos veces antes de apuntarme... pero es imposible evitarlo por completo, sobre todo teniendo en cuenta que compartimos una clase, y no he tenido más remedio que aguantarme cuando ha decidido aparecer (que no han sido muchas veces), y hemos conseguido mantener el mínimo contacto.
Para mi sorpresa y desagrado, no me ha gustado un pelo. No me refiero al hecho de ser ignorada, sino el que sea él quien lo haga. Porque siento su mirada sobre mí cuando cree que no me doy cuenta y mis ojos no pueden apartarse de él cada vez que coincidimos. Para colmo de males, he repetido cada momento de aquella noche en mi mente miles de veces, y sigo sin entender muy bien cómo me siento al respecto. Me resultó toda una liberación, como si el aire fuese capaz de llenar mis pulmones de nuevo, pero no tengo claro si quiero volver a aquellos tiempos de nuevo, a cuando todo eran fiestas y diversión. Simplemente no parece correcto volver a ser aquella persona, volver a ser feliz, cuando hay alguien tan importante para mí que no puede verlo ni vivirlo.
En cuanto a John, me ha mandado algunos mensajes a los cuales he decidido no responder, no porque no quiera o porque siga cabreada, sino porque no sé qué contestar a sus disculpas, a sus intentos de volver o de arreglar las cosas. Yo tuve mis malos tiempos que él me ayudó a superar, y ahora no tengo del todo claro el punto en el que estamos yo, él y mi vida en general. Porque no quiero volver a ser una loca, pero tampoco una estirada como estoy siendo ahora... O quizá sí. Joder, qué lío.
La única conclusión a la que soy capaz de llegar es que necesito descubrir quién soy en este punto. Quién soy yo sin John, sin mi hermano, sin mis padres, sin mis amigos, sin nadie ni nada que pueda condicionarme. –Y eso va a llevarme un tiempo.- Hoy han terminado los exámenes lo que significa que todo el mundo está eufórico, y que habrá una fiesta, una más grande de lo normal. Y he decidido que, si quiero descubrir quién soy y dejar de pretender ser alguien diferente, voy a empezar por la ropa (porque hay que empezar por algún sitio, ¿no?) llevar vaqueros y cualquier camiseta que encuentre no se siente correcto ya, y además me apetece ir de compras.
Así que me subo en el bus y me las ingenio para llegar al primer centro comercial que se topa en mi camino. Tienda tras tienda inspecciono cada prenda, pensando en cómo me vistió Katie para su sorprendente cambio, en cómo vestía antes de que todo ocurriese, en cómo visto ahora y en cómo quiero vestir en realidad. Y llego a una conclusión, los vestidos no son lo mío... Nunca lo han sido en realidad, por muy bonitos que me resulten.
Pese a ello, termino con un vestido negro (qué voy a hacer, soy todo coherencia). Es similar a los que suele llevar mi amiga a las fiestas pero menos provocador. Es ceñido y tiene la espalda abierta con algo de pedrería en el borde de ésta. Sencillo pero especial, diría.
Cuando creo que llevo tanto o más de lo que necesito, decido volver para encontrar a mi compañera y su novia en la habitación, con dos cajas de pizza en el suelo y un episodio de la serie Friends en la televisión.
-Gran plan para el fin de exámenes por lo que veo.
-Bueno, te sorprendería cuan bueno ha sido si hubieses llegado una hora antes.
ESTÁS LEYENDO
Te necesito. I
RomanceTodos creían haber superado la muerte de su hermano excepto ella. Todos pensaban que su vida era perfecta excepto ella. Todos vivían sin querer excepto ella. Pero siempre estaría John el único en quien había podido confiar desde la muerte de Paul, e...