Capítulo 17.

1.1K 202 23
                                    

Estoy un poco asustada.

La intensidad en su mirada no desaparece mientras levanta mis manos y las ata con una corbata que sacó del cajón.

Viéndolo así, montado sobre mi cintura para alcanzar mis mano, puedo ver las cicatrices de quemaduras esparcidas por su pecho, un par de ellas donde quería poner mi mano.

Se baja de mi cuerpo lentamente y desde el borde de la cama se inclina para tomar el borde de las bragas y sacarlas por mis piernas.

—Aún puedes decir que no. —dice de pronto.

La corbata de seda gris no lástima mis muñecas, pero me mantienen en mi lugar, inmóvil y expuesta.

—Sigo diciendo que si, Christian.

Digo su nombre en voz alta porque me encanta cómo suena, y la forma en que él me mira cada vez que lo digo. Algo parecido a la excitación y a la molestia juntas.

—Sé que es tu primera vez, pero no esperes jodida vainilla. Voy a tomar de ti lo que quiero.

—Lo que te estoy dando —corrijo. Otra de esas miradas intensas.

Se acerca a su mesita de noche y saca del cajón dos empaques metálicos que lanza sobre el colchón. Luego sube lentamente acariciando el largo de mis piernas.

—¿Alguien más te ha tocado así?

Por un momento no entiendo lo que dice porque sus manos están tocando lo alto de mis muslos, el calor extendiéndose por todo mi cuerpo.

—No.

Lo hice yo misma por curiosidad, pero no creo que se refiera a eso. Empuja mis piernas abiertas, exponiendo mi centro caliente y húmedo a sus ojos mientras lucho por cubrirme un poco.

—No, no, pajarillo. Déjame ver lo que tienes para mí.

Me retuerzo de incomodidad por mostrarle a alguien una parte tan privada de mi, mi atención puesta en Christian y su reacción. Me dedica una pequeña sonrisa antes de inclinarse sobre mi.

—¿Qué... Qué haces? —jadeo, luego algo húmedo toca mi piel sensible—. Dios.

Está usando su lengua. Lento, suave. La punta presiona y toca mis labios, acumulando más humedad entre mis piernas. No puedo controlar los pequeños jadeos que salen de mi boca.

—Christian... —suspiro. Levanto la cabeza para mirarlo y él también lo hace desde su puesto.

—Quédate quieta y déjame disfrutar de mi primera vagina virgen.

Oh, Dios. —ahora estoy avergonzada, el calor subiendo desde mi pecho hasta mis mejillas.

Desnuda, expuesta y vulnerable, dejando que Christian Grey tome lo que desee como si mi cuerpo fuera un buffet. Y por los sonidos de aprobación, sé que le gusta.

Mi cadera se mueve buscando su toque, una presión que alivie la tensión que se acumula en esa zona.

Se aparta de mi botón sensible y sube arrastrando todavía su lengua por mi vientre, dirige sus movimientos a la izquierda sobre mi pezón, luego se mueve por el otro.

—Déjame tocarte.

—No, nena. Quédate quieta, te dejaré tocarme en otro momento, cuando no esté tan ansioso por cogerte.

Levanto la cabeza para mirar cómo se desprende de la toalla en su cintura y su pene erecto que me apunta como flecha. Lo toma con su mano, acariciando de arriba a abajo mientras hace lo mismo con su pulgar en mi clítoris.

—Por favor, por favor... —la tensión se acumula poco a poco y él no hace nada por aliviarla.

—Llegaremos ahí pronto, primero tienes qué estar lista.

Dirige la punta de su pene hacia el vértice de mis piernas, y jadeo pensando que lo va a meter sin ponerse el condón. Estoy a punto de recordárselo cuando lo siento frotar la punta contra el hinchado botón.

—Mierda, estás muy mojada acá abajo. ¿Segura que nunca has tenido un pene?

Juro que está burlándose de mí, metiendo la punta y sacándola, provocándome. Estoy disfrutando esto más de lo que estoy dispuesta a reconocer, porque creí que entraría aquí y dejaría que Christian me tuviera.

Me obligaría a no sentir nada, pero fingiría como una loca para aparentar y elevar su ego. ¿Quién diría que mi primera vez sería, en realidad, algo que disfrutaría?

—Me estoy ocupando primero de ti, tienes qué estar lista para recibirme. ¿No es eso lo que quieres? ¿Un poco de alivio?

Estoy hirviendo de excitación y frustración a partes iguales mientras Christian sigue jugando conmigo. Su dedo presiona más fuerte y más rápido, dejándome llegar al clímax y estremecerme completamente.

—¡Ah! ¡Si! —chillo con la voz aguda—. ¡Oh, mi Dios!

Christian se ríe. No puedo verlo, pero escucho el sonido metálico siendo desgarrado y luego su peso se coloca sobre mi vientre, mis piernas flexionadas para dar cabida a sus fuertes muslos.

Desciendo poco a poco, sintiéndolo empujar dentro de mi lentamente, mi botón hipersensible duele cuando vuelve a colocar su pulgar en él.

—No puedo más.

—Oh, claro que puedes pajarillo. Te mostraré todo lo que tu pequeño cuerpo puede hacer para tu placer y el mío.

Esperaba sentir un dolor impresionante y un sangrado equivalente a una hemorragia, pero nada de eso ocurre. Es más como una incomodidad que arde, pero va disminuyendo poco a poco cuando entra.

Christian no se detiene, establece un ritmo y embiste con golpes fuertes, sus ojos grises puestos ahí en donde nuestros cuerpos se unen.

Mi cuerpo agotado revive poco a poco.

—¡Ah! ¡Si! —gimo—. Más rápido.

Tiro de mis brazos para que se liberen y poder tocarlo, pero no funciona. Y Christian está tan ocupado que no presta atención a mis movimientos.

Su respiración se vuelve irregular y la presión sobre mi clítoris es errática, lo que solo me hace asumir que él está cerca de un orgasmo. El mío llega primero, haciendo que mis piernas se enreden en su cadera para empujarlo más adentro.

Un gruñido muy masculino retumba en su pecho con su liberación. Continúa embistiendo y jadeando con movimientos lentos.

Mierda, si. Justo como lo imaginé.

Se queda quieto por algunos segundos, luego se aparta y retira el condón gastado para deshacerse de él. Sé que solo es sexo, así que no me sorprendo cuando él se levanta de la cama, deshace el nudo de la corbata antes de tomar la toalla descartada y vuelve a entrar al baño.

El agua de la ducha corre y es el único sonido que distingo junto con mi corazón acelerado.

.
.
.

~ • ~

¡Gracias por sus felicitaciones de cumpleaños!

Les recuerdo que pueden unirse a nuestro grupo de WhatsApp, para convivir con otras lectoras y enterarse de las novedades de mis historias.

Informes con las admis: moritaDiana AriBelle20

(◍•ᴗ•◍) ❤

2/3

Labios Rojos (Color Venganza #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora