Capítulo 18.

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Tratar de ser fuerte es difícil, porque a pesar de lo que había decidido, no pude evitar acurrucarme en la silla de mi habitación.

La llevé hasta la ventana y empujé mis piernas contra mi pecho, un poco adolorida de lo que acababa de ocurrir.

Mi vista se mueve a la cama vacía, luego de nuevo a la ventana. Había imaginado que mi primera vez sería especial, con flores y después de estar segura que era la persona correcta, él me sostendría en sus brazos toda la noche.

Pero no fue así.

Esta soy yo, melancólica después de entregar mi virginidad a Christian Grey para salvar mi culo miedoso. Lo estoy usando y él parece estar de acuerdo.

Me obligo a subir a la cama y dormir un rato antes de continuar con mi plan, ahora que he decidido ponerlo en marcha.

Tan pronto como sale el sol me levanto, tomo una ducha y arreglo mi cabello castaño con la secadora, luego elijo un vestido en color rosa pálido que queda ceñido a mi pecho pero suelto sobre el resto del cuerpo.

Cuando estoy lista, salgo de la habitación para encontrar a Prescott en las escaleras. Me dedica una mirada curiosa de arriba a abajo, luego sonríe muy divertido.

—Buen día, Ana. Escuché que dormiste muy bien. —mis ojos se abren más de lo normal por la sorpresa—. Oh, mierda. ¿Es cierto? ¿Te lanzaste sobre Grey?

Estoy un poco avergonzada de que él lo sepa, y me pregunto si Christian le dijo algo sobre mi. Prescott parece leer mi mente porque hace una mueca con la boca.

—Escuché a Grey pedirle a Gail que cambiara sus sábanas porque había sangre en ellas.

Oh, Dios.

El hombre se ríe de mi desgracia, señalando el camino para que me dirija a dónde seguramente su jefe me espera para el desayuno. O no, y podría estar evitándome.

—Recuerda —toca ligeramente mi brazo—. Cabeza en alto, no dejes que te avergüence.

—¿Por qué me ayudas?

Samuel encoge los hombros.

—Me cansé de las putas que entran y salen de aquí, cada una más odiosa que la anterior. Y tú me agradas.

Hmm. Él no diría eso sí supiera que mi único interés en su jefe es manipularlo para obtener mi libertad. De cualquier forma asiento y me dirijo al comedor donde el hombre de los ojos grises ya está bebiendo... Café.

—Buenos días. —sonríe—. ¿Estás adolorida?

Señala un frasco en la mesa junto al vaso de jugo y mis mejillas se colorean al instante. ¿Todos aquí tienen qué saber que me acosté con Christian? Dios...

—Estoy bien, gracias. —elijo la taza humeante y tomo un sorbo.

Espero que sea suficiente para cambiar el tema, y afortunadamente lo hace cuando se dirige a Prescott para darle instrucciones.

—Dile a Hugo que saldremos en 10 minutos. Y asegúrate que Grant recuerde los putos protocolos de seguridad.

Permanezco en silencio observando todo, tratando de descubrir si mi lugar aquí cambió. Supongo que lo hace, porque se dirige ahora a mi con una voz baja y tranquila.

—Tengo qué atender algunos asuntos, Prescott se quedará contigo de nuevo. Si necesitas algo o crees que necesitas ayuda médica, díselo.

Ahora está siendo un idiota y yo simplemente no puedo quedarme callada.

—Te aseguro que estoy perfectamente bien, Christian, por si creías que tu pene me cambió la vida.

Me doy cuenta de mi error demasiado tarde, cerrando los ojos de forma instintiva lista para el golpe que no llega. Cuando vuelvo a mirar, Christian está sonriendo.

—Ahí está, el fuego volvió.

Se levanta de la mesa con la taza en la mano y sale, yendo a la puerta donde seguramente el auto lo espera. El motor ruge antes de que desaparezca en la avenida.

—Eso fue raro, ¿No? —pregunto y Samuel se ríe.

—Bastante. Lo que sea que hayas hecho anoche, hazlo de nuevo. El jefe esta más accesible y me gustaría pedir vacaciones.

No sé exactamente qué hacer con esta falsa libertad, es decir, estoy segura que Prescott me dejará vagar por la casa pero ¿Qué tan allá puedo llegar?

—¿Aquí hay una piscina? —el guardaespaldas está en la cocina bebiendo un vaso de agua.

—Si.

—¿Y puedo utilizarla?

—Estoy seguro que puedes, el señor Grey no puso restricciones.

Eso quiere decir que puedo estar en la habitación, la biblioteca, la piscina o cualquier otro lugar de la casa. Si, eso es un gran avance sin duda.

Decido que podría tomar el sol un rato en el patio trasero mientras leo mi libro, luego refrescarme un poco en la piscina y tal vez dar una pequeña siesta reparadora. Mis planes continúan esta noche y más vale que esté descansada.

Un pensamiento anterior viene a mi mente.

—Oye, dijiste algo sobre lecciones de defensa personal. ¿Sigue en pie?

—Por supuesto. —levanta su vaso hacia mi—. Aún creo que deberías aprender a defender ese culo flaco de Elliot.

—Entonces hagámoslo. No quiero que Christian lo sepa todavía, quiero que confíe en mí y no me vea como una amenaza.

Prescott hace una mueca con la boca.

—Dudo que vea algo más allá de tus tetas, pero es tu desición, chica.

Hay tantas cosas que quiero hacer que no sé por dónde comenzar, lo único que tengo claro es que debo insistir en el tema de Christian Grey. Y rápido.

Pero ahora que le di mi virginidad, ¿Qué más tengo para ofrecer?

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3/3

Felicidades a F3RGrey por ganar la dinámica dentro del grupo "Las Cerecitas" ☺️🙌

Labios Rojos (Color Venganza #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora