Un Año Nuevo

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En estos momentos, Azazel se hallaba en una zona remota de cierto país. Pero lo que si había de claridad, era que todo estaba desierto. Por kilómetros.

Al final del año, estaba en un pequeño arroyo con algo así como una caña de pescar. Aunque disfrutaba pescar... incluso hoy no tenía ganas de pescar en este momento. Más por el contexto del mundo en estos momentos y lo que supo... ¿Cómo es que llegaron hasta este punto?

Pero ese tema lo quiere tratar con la persona indicada. No ahora... no con esta persona. No con quien es con el que debe de tratar en estos momentos. Ya que, sentado a su lado y sosteniendo una caña de pescar había un niño con una leve sonrisa en su rostro. Su cabello era verde y negro, de aproximadamente catorce a quince años, tenía rasgos normales, pero era un chico guapo... Si es que lo pones de cierto modo.

-¿No te gusta pescar? - le preguntó el chico.

- No realmente, aunque en el pasado pasé algunos años en ello.

Eso fue una mentira. Los ángeles caídos tienen una vida eterna, hubo un período en el que pasó mucho tiempo tratando de practicar y ganar experiencia en la pesca. Pero el muchacho sonrió de un modo algo... amargo, como hallando lo gracioso y lo burlesco a la situación en la que estaban ahora.

-Eh, mi entusiasmo ya se ha desvanecido. Pero, hace mucho tiempo, una vez tuve entusiasmo.

EL silencio que reinó entre ambos, era algo claro. Algo que no debes de pensar como cosa del momento. No estaba seguro si es que este se iba a romper. Y ya había mantenido esto durante unas horas ahora. Dado que se ha dedicado tanto tiempo a esto, debería haber al menos algunos resultados de la pesca ... Desafortunadamente, no hay peces en esta corriente. Aun así, el niño todavía parecía interesado en pescar aquí. Y Azazel no entendía el porque...

-Conocido como el más siniestro de todos los ángeles caídos, también eres su líder, pero en realidad tratas de difundir la paz en todo el mundo. Esto es una broma. Si Indra supiera de esto seguramente se reiría. ¿O sonreiría y diría algo?

Azazel sabía que lo miraba de un modo analítico. Como esos ojos miraban su alma y le decían que no diga cualquier cosa y diga lo que quiere de una buena vez.

-Solo hay una cosa que deseo preguntarte. Después de que suceda, ¿puedes detener a la bestia?

El chico mostró sorpresa. Mucha. No esperaba una petición así...

-666. ¿Eso está bien? ¿No es una bestia divina de tu mitología?

-El único que puede detenerlo ahora eres tú.

El muchacho sonrió... como sabiendo todo el contexto de esta petición. Él era la única opción viable ahora... la única.

-Ophis no está aquí. Great Red, naturalmente, no aceptará... el único que queda entonces soy yo. Sin el God Slayer aquí... Soy lo único que te queda para pedir esto, ¿No? – El chico miró el agua con curiosidad... - Pensar que en estos momentos, el mundo necesita de un God Slayer... Lamentablemente, el actual aún no está listo para la carga... le falta por crecer.

-No quiero darle esta carga. Aun no. Es muy joven... y ya tiene mucho en su espalda para pedirle esto.

-Lo que tenemos aquí, es una solicitud difícil con condiciones irrazonables. Esto no está realmente negociando. Más me parece que me dices que es lo que me queda por hacer.

En su posición, este niño ... este dios no es una persona como él. Él entendió esto, pero aun así vino a preguntarle... porque era lo que le quedaba. La única salida.

-Si hay algo que desee, siempre que esté dentro de mi poder, sea lo que sea, satisfaré su solicitud. Si es necesario, iré a preguntarle a Odin y Zeus. Incluso mi vida no importa, te la daría. Solo necesito detener la destrucción de este mundo. Solo esto.

Sekiryuutei Supremo AscensionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora