JIMIN
Me encuentro en mi habitación, guardando en cajas de cartón mis últimas pertenencias.
Durante la semana, Yoongi mandó un camión de mudanza para llevarse la cama y los muebles, lo único que quedaba ahí dentro eran pequeñeces, así que me di la tarea de llevarme eso yo mismo.Entro y salgo del departamento bajo la mirada de mi prima, ella se muestra seria cuando Jungkook está a la vista, pero una vez que se va, me sonríe con tanta malicia que me horroriza al pensar en la chica tan linda con la que yo conviví algún día, y en que, no queda nada de ella.
Trato de ignorar el disturbio en su mirada y me concentro en lo mío.
Cerré con cinta la última caja y suspiré aliviado, por fin me iría de ese lugar lleno de malas vibras.
Sin embargo, mis intenciones se vieron interrumpidas cuando sentí la presencia de alguien detrás de mi.Me giré en mi lugar y ahí estaba, el chico del cual seguía enamorado, pero también, ese que no deseaba ver, no por lo menos ahora.
Nos miramos a los ojos sin saber que decir, pero después de un momento el aclaró su garganta.
— Me hubiera gustado escucharte. — Suelta en tono triste, pero a mi solo me hace fruncir el ceño, con indignación.
— ¿Que? — Sonreí con completa ironía, no podía creerlo — Jungkook, traté de explicarte todo el tiempo pero nunca me dejaste, no me vengas con eso ahora.
— Solo supuse que eran tus celos, me pediste que la dejara para estar juntos y yo-
— No te culpo por creerle — Lo interrumpí — Todas sus mentiras son tan graves que incluso yo sigo sin poder asimilarlo, y además es tu novia, yo no. Yo nunca fui nada tuyo.
— Quiero que me entiendas Jimin, todavía no se en quien se ustedes puedo confiar. Creo que a ninguno lo conozco lo suficiente.
— Confía en ella. A mí, realmente ya no me interesa en lo más mínimo, yo me iré de aquí.
Quiso decir algo más pero la puerta se abrió y nuestra atención cayó ahí y en la chica que entró después.
— Hola chicos. — Habló con mucha normalidad, como si nunca hubiera pasado nada. — Jimin — Se paró frente a mi y jugó con sus dedos. Yo no quería mirarla — Ya no importa — Pero ese comentario llamó mi atención — Te perdono.
Fruncí el ceño ¿Esto era real?
— ¿Es una broma, verdad? — sonreí sin una pizca de gracia.
Jungkook me observó, igual de confundido.
— Se que nunca lo aceptarás , pero quiero que sepas que, te perdono por golpearme y por hablarme de forma tan grosera, tal vez no estabas de humor y-
— Deja de decir estupideces — Evité que terminara.
— Jimin... — Jungkook trató de advertirme, pero de mi parte solo se ganó una mirada furiosa, así que no me dijo nada más. — Lisa, jamás te hice daño y lo sabes muy bien. Pero si te debo un perdón — Miré a Jungkook — Perdón por meterme con tu novio, perdón por gustarle y perdón por no poder sentir ni un poco de culpa por eso.
Su semblante cambió, Lisa estaba de todos los colores y parecía que iba a estallar en cualquier momento.
— Y a pesar de eso, no tenías derecho a castigarme como lo hiciste. Aún no creo que seas capaz de caer tan bajo por un hombre, solo siento lastima por ti Lisa.
— ¿Estás escuchando? — Juntó las cejas y miró a Jungkook, señalándome.
— Deja de esconderte tras Jungkook, deja de decir que eres víctima, saca eso de tu cabeza. Lisa, estas enferma, no puedes ser tan controladora y manipular a todos por un capricho estúpido, tienes que detenerte.
— ¡ Ya cállate! — Lisa se dejó ir hacia a mi con todas las intenciones de destrozarme la cara, pero Jungkook fue más rápido y la tomó por la cintura mientras pataleaba y gritaba.
Lisa se aventó a el piso como niña haciendo berrinche y miró a Jungkook.
— ¡Dile que miente y que estás conmigo porque me amas! — Lloró.
— Dile Jungkook — Sonreí sabiendo la respuesta.
Jungkook nos miró a los dos y suspiró pesado.
— Lisa levántate — Jungkook la levantó del suelo
— ¡Dile ¿Por que no lo haces?! — Golpeó su pecho.
— ¡¿Jimin?! — Yoongi entró corriendo — ¿Todo está bien? — se acercó a mi y luego observó asustado a los otros dos.
— Vamonos Yoongi, ya no tengo nada que hacer aquí. — Tomé la última caja de pertenencias y salí.
Jungkook me miró irme mientras su novia seguía hecha un desastre.