XXXV. El Rey cae por amor

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Hoseok tenía un vientre más pronunciado de lo que habían sido los otros, en sus siete meses que llevaba los cambios de humor no habían sido tan agresivos como con Dongpyo, recordó como irritó a su esposo estando triste, de pronto alegre y luego de la nada peleaba con todos. Observó su cuerpo que se veía más relleno sonrió, pues ya no habían muchas inseguridades, los años que tenía al lado de Taehyung le habían dado más seguridad, además Taehyung estaba muy cariñoso con él. 

Era de noche y su esposo estaba dándose un baño para ir a la cama, habían tenido una tarde bastante agradable, pues sus hijos se habían ido de excusión con los abuelos, MinSeok, Dak-Ho y Ji Sung querían tiempo con los nietos, es decir estarían muy ocupados, además que los pretendientes de estos andaban con ellos. Taehyung no se había quejado, pues Ji Sung y MinSeok eran peor que él al proteger a Dong. 

Cuando Taehyung salió de la ducha vio a su esposo con el ceño fruncido leyendo una de sus novelas inspiradas en Hoseok, El Rey y el Bailarín. Se recostó a su lado y lo atrajo a su cuerpo, Taehyung acarició su vientre, estaba  super contento pues este embarazo había sido relativamente tranquilo, sin cambios de humor o antojos extraños. Con Hyun había tenido que ir hasta Gwangju a buscar un ponche de sandía pues él lo quería solo de un lugar específico, otra razón para estar feliz es que nacerían un niño y una niña, eso era de festejo pues amaba las niñas. 

— Taehyung ¿Por qué Taiyo no huyó si Dal no ha mostrado una pizca de amor por él?

—  Bueno ¿No te recuerda a alguien? —  dijo acariciando su mejilla, Hoseok se sonrojó recordando como aguantó el carácter podrido de su esposo en aquella época. 

—  Léeme un poco ¿Sí? Me gusta tu voz cuando lees, además soy el único que puede darse el lujo de escuchar la historia en la boca del propio escritor. 

Taehyung sonrió y le dio un beso cortó en los labios. Tomó el libro y Hoseok se acomodó en el pecho de Taehyung. 

El Rey y El Bailarín

Taiyo observó a su hermana en el carruaje, Dal le había permitido salir, pero estaría siendo vigilada y dentro de nueve meses si no había heredero moriría junto a su hermano y su amante. Su hermana tomó sus manos y vio el dolor de su hermano, se arrepintió de haberlo metido en esa situación, pero ahora ya no había vuelta atrás. — Escapa, sé que él ayer te lastimó, veo los moreto...

— No, yo acepté, eres una mujer con un hombre que amas, en cuanto puedas aléjate. Yo nunca fui para este mundo con tantos rechazos.

—  ¡Taiyo, por favor! 

Taiyo soltó su mano y vio como su hermana se alejaba, uno de los guardias lo tomó del brazo y la arrastró hasta sus aposentos, lo tiró a la cama y escupió en su dirección. — Eres un puto y traidor, cuando el Rey termine contigo le pediré una noche contigo.

— Antes me tiro por el balcón, nunca me tendrás. 

—  Eso lo veremos.

Taiyo se quedó solo en la habitación se asomó al balcón y observó el reino tan grande y majestuoso como su rey. De sus hermosos ojos avellana se derramaron lágrimas de dolor, por un momento había sentido que el Rey sentía amor por él, pero no era cierto, la lujuria dominaba sus sentidos y ahora la furia. Sus labios en forma de corazón temblaban ante los recuerdos de aquel hombre de la mirada intensa y cabello negro. Se derrumbó sobre la cama y lloró, por la noche despertó con el cuerpo del Rey sobre el suyo, este lo violó nuevamente sin importarle su dolor.

—  ¿Lloras? Deberías estar acostumbrado pues no creo en tu pureza.

—  Fuiste el primero, de eso no hay duda...   Aunque haya traicionado tu confianza...

Kiss Me quick II "Read my mind"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora