Registro de Contraataques de Transmigracion Rápida de la Carne de Cañon (3)

Capítulo 457: Un cachorro

Huo Qing nunca había sentido mucha atracción por las mujeres. Si no fuera por eso, definitivamente visitaría el palacio interior que estaba lleno de bellezas con más frecuencia.

Sin embargo, ahora estaba sintiendo un deseo incontrolable e irreprimible. Aunque sentía placer, también se sentía avergonzado, por lo que estaba muy en conflicto.

Ning Shu durmió bastante bien esa noche y se despertó muy renovada. En el momento en que salió de la habitación, el pequeño copito de leche, Huo Chengwang, se arrojó a los brazos de Ning Shu mientras cargaba algo. Se frotó contra Ning Shu de forma linda y dijo felizmente: –Madre imperial, ¿este cachorro es para este hijo sujeto?

–Sí, este cachorro es un regalo para ti–. Ning Shu se sentó y miró al cachorro que llevaba Huo Chengwang. Este cachorro tenía solo un mes y tenía un pelaje muy suave.

Ning Shu palmeó el taburete junto a ella e hizo que Huo Chengwang se sentara. Huo Chengwang se sentó con cuidado mientras sostenía al cachorro. Ning Shu miró al cachorro y dijo: –La pequeña zorra se lesionó anoche y ya no podrá jugar contigo, así que deja que este cachorro te haga compañía. Pero en el futuro, no solo tendrás que estudiar, también tendrás que cuidar a este cachorro. Los cachorros se ensucian fácilmente, por lo que tendrás que bañarlo con frecuencia.

– ¿La pequeña zorra se lesionó? ¿Es severo? –, preguntó Huo Chengwang con preocupación.

Ning Shu respondió suavemente: –No es severo, solo se lastimó la pierna y no podrá caminar por el momento. No deberías perturbar su descanso. Tu padre imperial no te permitirá ver a la pequeña zorra, así que no lo molestes por el momento.

–Este hijo sujeto lo recordará–. Huo Chengwang asintió. –Este hijo sujeto escuchará a la Madre Imperial.

–Buen chico. Desayuna con la Madre Imperial, ¿de acuerdo? –, dijo Ning Shu. Huo Chengwang era bastante adorable y aún parecía tener un olor a leche.

Huo Chengwang se sentó junto a Ning Shu y ella le trajo algo de comida. Huo Chengwang dijo apresuradamente: –Gracias, Madre Imperial.

También conocía sus modales. Ning Shu sonrió.

Huo Chengwang tomó un bollo al vapor con sus palillos y lo colocó junto a la boca del cachorro, pero el cachorro solo lo lamió. Ning Shu dijo: –El cachorro es demasiado pequeño en este momento y no puede comer estas cosas. En un rato, prepara unas gachas finas para el cachorro. ¿Es problemático? ¿Chengwang se arrepiente ahora de las cosas?

Huo Chengwang temía que Ning Shu se llevara al cachorro y se apresuró a decir: – ¡Madre imperial, este hijo sujeto definitivamente cuidará bien de este cachorro!

Después del desayuno, Ning Shu comenzó a frotar polvo medicinal en el cachorro para matar cualquier insecto que hubiera en él. Huo Chengwang también ayudó y se cubrió las manos con el polvo.

–Chengwang, tiene poco tiempo viviendo, así que tienes que cuidarlo bien. Ya que lo elegiste, tienes una responsabilidad hacia él, ¿entendido? –. Exhortó Ning Shu.

–Este hijo sujeto comprende. Este hijo sujeto definitivamente lo cuidará bien –. La cara de Huo Chengwang estaba sonrojada de felicidad y volvió a actuar como un dulce niño mimado. –Madre Imperial, ¡eres realmente la mejor! Este hijo sujeto definitivamente estudiará mucho y cuidará bien al cachorro.

–Está bien, vete–. Ning Shu le dio unas palmaditas en el hombro a Huo Chengwang y luego exhortó a la nodriza de Huo Chengwang a asegurarse de que el cachorro no arañe al principito.

Una vez que Huo Chengwang se fue, Qing Zhu hizo una reverencia a Ning Shu y dijo: –Su Alteza Imperial, las altezas de cada palacio han venido a saludarla.

–Anúncialos–. Era hora de ver a estas mujeres.

Ning Shu se alisó las anchas mangas y luego salió del palacio lateral al palacio principal. En el momento en que entró, quedó cegada por la variedad de mujeres. Las había de todo tipo: hermosas, seductoras y puras. Suaves fragancias llenaron el aire. Esta misma habitación fue una sensación.

–Nosotras las concubinas presentamos nuestros respetos a Su Alteza Imperial y le deseamos a Su Alteza Imperial gran fortuna y salud–. Las consortes y concubinas hicieron una reverencia a Ning Shu.

Ning Shu miró a estas hermosas mujeres y suspiró interiormente que eran demasiado hermosas.

–Levántate–, dijo Ning Shu suavemente. En el momento en que Ning Shu dijo esto, una mujer dijo de repente: –Su Alteza Imperial, Su Majestad se quedó anoche en el palacio de la Noble Consorte Xuan.

–Oh...– la expresión de Ning Shu permaneció indiferente, pero estaba sorprendida. La pequeña zorra había resultado herida anoche. ¿Huo Qing no había hecho compañía a la pequeña zorra y en realidad se había ido a dormir con alguien?

¿No había estado refrenando sus deseos? Ya había pasado tantos meses sin caer con ninguna consorte, ¿por qué de repente se acostó con una ahora?

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