Registro de Contraataques de Transmigracion Rápida de la Carne de Cañon (3)

Capítulo 567: Una visita de Shi Huidi

Ning Shu saludó al líder de la secta Yan como el tío Yan, luego el líder de la secta Yan se acarició la barba y le dijo al anciano Wei: –Después de no ver a Liangyue por un tiempo, realmente ha crecido con talento.

El Viejo Wei se rió con orgullo.

Ning Shu realmente no se tomó esto en serio. Palabras como esta deberían tomarse de manera casual, pero el Viejo Wei reaccionó como si le hubieran rascado la picazón y se volvió completamente feliz y encantado.

–Wei Ming, deja que los niños salgan mientras discutimos las cosas–, dijo el líder de la Secta de la Ley Celestial.

–Huidi, haz que Liangyue te muestre la Secta de la Ley Celestial–, dijo el líder de la secta Yan.

Debajo del velo, el hermoso rostro de Shi Huidi estaba muy frío cuando hizo una reverencia hacia el líder de la secta Yan y estuvo de acuerdo.

–Mocoso apestoso, todos los visitantes son invitados, así que cuida bien a Shi Huidi–. El anciano Wei empujó a Ning Shu hacia Shi Huidi, pero Ning Shu detuvo apresuradamente el impulso de su cuerpo. Si realmente terminara tropezando con Shi Huidi, Shi Huidi probablemente la mataría y luego se suicidaría.

–Tendré que molestarte, hermano mayor–, dijo Shi Huidi con frialdad.

Ning Shu se sorprendió al ver que Shi Huidi todavía estaba dispuesta a hablar con ella. Pensó que nunca volverían a interactuar en esta vida después de herir a Shi Huidi en la mazmorra, pero el líder de la secta Yan había llevado a Shi Huidi a la Secta de la Ley Celestial.

Sintió que esta situación era extraña.

–Hermana menor, sígueme–. Ning Shu ignoró los significativos guiños del Viejo Wei y tomó la iniciativa de salir del salón.

Shi Huidi vaciló por un momento, luego siguió a Ning Shu.

Shi Huidi caminaba muy lentamente, por lo que Ning Shu no tuvo más remedio que reducir la velocidad también. De repente, Shi Huidi dijo: –Wei Liangyue, ¿estás feliz ahora?

– ¿Qué quieres decir? – Ning Shu levantó las cejas, confundida.

Shi Huidi dejó de caminar y miró a Ning Shu con extrema frialdad. –Rompiste el compromiso la última vez y ya me habías humillado una vez, pero todavía estoy de regreso pidiendo más humillación.

–Realmente no sé de qué estás hablando. Si mi ruptura del compromiso te humilló, ¿por qué no mencionaste la ruptura del compromiso? –. Preguntó Ning Shu con frialdad.

Sabía que Shi Huidi era una mujer inteligente y decidida, pero si iba a romper los pelos por la cuestión de romper el compromiso, Ning Shu no podía hacer nada. En opinión de Ning Shu, romper el compromiso los había liberado a ambos.

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