Leyend of Fuyao 2

85.

Meng Fuyao no se molestó en mirar hacia atrás. "¡No te vamos a esperar!"

"Te daré residencias lujosas y bellas damas. ¡Solo envíame a la capital!"

"¡No interesado!"

"Yo, estoy familiarizado con Xuanji. ¡Nombra todos los caminos y las personas! ¡No hay nada que no sepa!"

Cuando el hombre dijo eso, Meng Fuyao dejó de caminar. Ella se cruzó de brazos y lo miró. "¿Vaya? Entonces, ¿puedo preguntar, sabes quién es tu emperatriz femenina?

Ella hizo esta pregunta para ahuyentarlo cuando no tenía respuesta. Inesperadamente, la linda nerd sonrió con picardía. "Por supuesto, lo sé".

"¿Quién?"

"Es complicado y no se puede explicar en unas pocas oraciones". El hombre mostró su histrionismo sacudiendo la cabeza y suspirando. "Te lo diré cuando esté en la capital".

Después de mirarlo por un momento, Meng Fuyao sonrió. "¿Quieres seguirnos? Muy bien, como dijiste, serás nuestro guía, sirviente y guardaespaldas. Si no hay camino, tendrás que encontrar uno; si no hay comida tendrás que mendigar y si no hay donde vivir tendrás que arreglar un espacio para nosotros. Cuando volvamos a la capital, págame 10.000 taeles de plata, una residencia lujosa y 10 pares de bellas damas. Entonces estaré de acuerdo.

Tie Cheng forzó una sonrisa... solo un cerdo estaría de acuerdo con solicitudes tan desvergonzadas.

"Está bien", dijo cierto cerdo y estuvo de acuerdo. Corrió alegremente mientras los pedazos de tela destrozados en su trasero revoloteaban contra el viento. "Suspiro, todo está bien mientras me traigas contigo. Tengo más miedo de quedarme solo, pero mi padre me echó a la fuerza para que pudiera experimentar la vida en la naturaleza. Dios sabe cómo tengo miedo de estar solo. Tengo miedo de la oscuridad, el viento, la lluvia, los truenos, las calles vacías, los lugares llenos de gente y, lo más importante, las cosas peludas... ¡Ah!

Lord Yuan Bao apareció ante él con una expresión espeluznante...

"¡Sálvame!" Ese hombre saltó sobre la espalda de Tie Cheng y se pegó a Tie Cheng como si fuera pegamento. "Piel, ah, ah, ah-"

Tie Cheng tiró de él hacia abajo y ladró: "¡Pollo débil! ¡No te pegues a mí!"

"Qué agresivo". Ese hombre negó con la cabeza y suspiró. "Por favor, di mi nombre, Zhong Yi".

"Está bien, sirviente Zhong Yi". Meng Fuyao lo miró fijamente por el rabillo del ojo mientras los planes pasaban por su mente. '¿Debes quedarte atrás? Está bien, quienquiera que seas, si te atreves a quedarte, debes tener cuidado conmigo, Rey Meng. ¡Recientemente, estoy teniendo mi menopausia!"

"No tenemos lugar para dormir esta noche, así que el resto de las cosas las arreglarás tú. Solicito un espacio donde me pueda acostar."

Una hora más tarde, frente a un templo gastado al pie de la colina, Zhong Yi sonrió a la puerta después de seguir las instrucciones. "¡Podemos acostarnos ahora!"

Meng Fuyao intervino con dudas en mente. Pero cuando entró, vio un fuego, pisos limpios, un área cubierta con paja de arroz limpia y una olla rota que colgaba sobre el fuego. No tenía idea de dónde venía la olla, pero ya estaba limpia y el fuego en el interior estaba hirviendo.

Zhong Yi puede haber parecido un nerd y parecer un lunático y un tonto, pero realizó sus tareas muy bien. Tie Cheng, a quien solo le gustaba pelear y no era fuerte en el manejo de tareas detalladas, simplemente no podía compararse con él.

Satisfecho, Meng Fuyao asintió con aprobación. Al ver que Zhong Yi en realidad estaba sudando por hacer todo este trabajo incluso en un día ventoso de primavera, arqueó las cejas y le dio instrucciones a Tie Cheng. "No hay suficiente leña. Encuentra más y recuerda alimentar al caballo.