Leyend of Fuyao 2

125.

Ya era abril y faltaban solo unos días para la ascensión del nuevo gobernante. La tensión entre las fuerzas militares en la ciudad aún no se había resuelto, y aparte de los Caballeros del Cabo Amatista y los Guardias de Hierro, las fuerzas en la ciudad no se atrevieron a actuar precipitadamente. Esto se debió a que quien atacara primero atraería la furia de todos los demás y, por lo tanto, sufriría más. Todos esperaban el decreto del Emperador y la ascensión del nuevo Emperador. Algunos esperaban que una fuerza poderosa manejara el caos en la ciudad, aunque quienquiera que lo hiciera podría verse abrumado por el desorden.

La ciudad capital de Xuanji esperaba en silencio el cambio.

Pero nadie sabía quién dirigiría el cambio.

En el segundo día del mes lunar de abril, hubo una llovizna.

La emperatriz de Xuanji se despertó temprano en la mañana. Miró debajo de las cortinas entreabiertas y miró la lluvia de primavera, así como la exuberante vegetación. Se suponía que era una vista agradable, pero de alguna manera se sentía muy ansiosa. Se sentó aturdida y sintió que su corazón estaba vacío. De la nada, recordó que durante un día de otoño hace muchos años, esa mujer estaba atada a una silla en esa pequeña habitación negra. Cuando acusó a la mujer de ser una zorra y seducir al Emperador, la mujer luchó por mirar hacia arriba y gritó una maldición espeluznante.

"Mujer malvada, ¡algún día morirás de vergüenza!"

Pensó en esta maldición y en la mujer de esa noche. Bajo el brillo de la tenue lámpara de aceite, se vieron los huesos de la mujer, y todo lo que quedó en sus ojos fue un dolor extremo e interminable. Esos ojos fantasmales la miraron mortalmente, e incluso después de que ella murió, permanecieron abiertos de par en par.

De repente, un escalofrío recorrió la espalda de la Emperatriz.

Entonces, escuchó sonidos de llanto.

Un grupo de personas entró apresuradamente en su palacio. En medio de la multitud estaba Noble Consort Rong, que no tuvo tiempo de lavarse y maquillarse. La emperatriz estaba un poco molesta por el ruido, y no pudo evitar bajar rápidamente los escalones y gritar: "¿A qué se debe la conmoción? ¿Dónde está tu decoro?

"Su Alteza-" La noble consorte Rong estaba tan nerviosa que ni siquiera se arrodilló. Mientras se limpiaba las lágrimas y la mucosidad, dijo: "Es posible que mi hija no sobreviva esta noche. Tengo que ir y salvarla ahora..."

"¿Cómo puedes salvarla?" La Emperatriz se burló mientras miraba hacia Noble Consort Rong. "¿Usando tu increíble sanguijuela?"

"Hay un monje que puede realizar un hechizo para ayudar a mi hija, pero requiere que la madre permanezca a su lado durante un día y una noche". Noble Consort Rong parecía no darse cuenta de la burla de la Emperatriz. Agregó en un tono determinado: "No regresaré al palacio esta noche, y espero pedir su permiso".

"¿Vaya?" La Emperatriz instintivamente quiso rechazar la solicitud, pero al ver cuán decidida se volvió de repente el Noble Consorte Rong, temía que el Noble Consorte Rong se abalanzara sobre ella si no le daba permiso. Además, también estaba muy preocupada por su propia hija. Si la hija de Noble Consort Rong podía curarse, entonces su hija también podría salvarse.

Como tal, ella estuvo de acuerdo. Aproximadamente un día después, Noble Consort regresó y, aunque se veía pálida, su expresión era de alegría. Ella dijo que su hija ya podía sentarse y consumir gachas.

Unos días después, hubo noticias sobre la Décima Princesa: su estado empeoraba.

En este punto, la Emperatriz ya no pudo contenerse y fue a buscar a Epsilon. Durante esa reunión, sus asistentes cercanos podían escuchar los sonidos de los sollozos y los objetos arrojados por la habitación, lo que significaba una gran conmoción que había ocurrido. Las doncellas del palacio se miraron a hurtadillas y las comisuras de sus labios se levantaron en silencio. La rutina probada y comprobada había comenzado de nuevo.