Leyend of Fuyao 2

99.

Meng Fuyao y Zhangsun Wuji intercambiaron una mirada y decidieron. "Llevémoslo y devolvamos la paz a Guan Yuan".

"¿Cómo?" El segundo jefe exclamó, asombrado: "Hay más de 10.000 personas fuera de la ciudad. En la mansión del Magistrado ubicada en la ciudad, hay unos cientos de personas poderosas. Y aparentemente, en la Mansión Shang cerca de las fronteras del sur, por donde definitivamente pasarán, hay cerca de 10,000 Caballeros del Cabo Amatista y guardias esperando específicamente por ustedes".

"¿No tienen la caja de denunciantes?" Meng Fuyao se rió. "Por favor, hazme un favor."

Temprano en la mañana con poco tiempo y sol.

Frente a la mansión del Magistrado en el sur, había una caja roja y morada. Una hendidura atravesaba la parte superior de la caja con la parte posterior de la caja cerrada.

Esa "caja de denuncias" se abría todas las madrugadas para recuperar las cartas, mientras que por la noche la caja permanecía allí, esperando la entrega de las cartas confidenciales. Esas sombras sospechosas que merodeaban por la ciudad eran los mensajeros que traían fortuna a los Caballeros del Cabo Amatista. Eran, también, los dioses de la muerte que acabaron con la vida de personas inocentes.

Cada vez que los transeúntes notaban esa caja, siempre revelaban una expresión mezclada con odio y miedo, una caja tan simple y normal. Y, sin embargo, contenía los secretos más oscuros y profundos de muchos que llevaron a innumerables familias rotas, innumerables víctimas de crueles torturas y la humillación de innumerables mujeres solteras e inocentes.

No era solo una caja normal; Era la notoria caja del desastre en Guan Yuan.

La puerta se abrió con un crujido y los transeúntes inocentes huyeron de inmediato.

Los pocos Caballeros del Cabo Amethyst a cargo de abrir la caja bostezaron, dirigiéndose a la caja mientras bromeaban.

"Me pregunto quién es el tipo desafortunado hoy..."

"Mi única preocupación es, ¿hay bellezas allí?"

"En serio, la última vez hubo una solicitud donde no había mujer ni dinero. Que desperdicio de esfuerzo. ¡Desollaré viva a la persona que envió esta solicitud!"

Los caballeros se rieron y bromearon mientras volvían a entrar con despreocupación. Un par de transeúntes miraban con aprensión, preguntándose quién sería la próxima víctima desafortunada.

Esa noche.

Un par de Caballeros del Cabo Amatista sufrieron una muerte súbita y desconcertante.

Esa noche, todos los Caballeros del Cabo Amatista no pegaron ojo. Con antorchas de fuego en la mano, peinaron toda la ciudad en busca del asesino. Desafortunadamente para ellos, regresaron con las manos vacías debido a las rarezas de la muerte: todos los cadáveres estaban sin una sola herida y no mostraban ningún tipo de lucha. Por fin, se determinó que fue muerte por veneno, y toda la mansión quedó patas arriba.

Al día siguiente, un par más murió.

Al día siguiente, un par más volvió a morir.

Los que murieron estaban de servicio la noche anterior. Inicialmente, todos estaban concentrados en el deber, pero fue solo al tercer día que alguien se acordó de la caja de denunciantes.

Rápidamente fueron a revisar la caja en busca de pistas, pero esas cartas fueron desechadas en Dios sabe dónde justo después de ser leídas. ¿Dónde diablos se suponía que iban a buscar pistas?

Consiguieron un médico. Metió la cabeza dentro de la caja y olió. Tenía un olor extraño y anunció que la causa de la muerte probablemente se debió a que las letras estaban envenenadas.