Capítulo 4

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-¿Qué está pasando? -pregunto a Lennox con quien me acabo de encontrar a la salida de mis clases.

-Dijeron que son detectives y están preguntando por la fiesta que hicieron anoche algunos estudiantes, dicen que encontraron el cuerpo de un estudiante que estuvo en la fiesta en un hotel -la castaña voltea hacia mí con cara preocupada -. Yo fui a esa fiesta.

Una chica esta abrazada a otra llorando y los detectives hablan con un profesor, poco después todos se dirigen hacia la salida de la facultad, muchos observan la escena, algunos con preocupación y otros con simple curiosidad.

-Señorita Kuznetsova, el señor la espera en su oficina, permítame guiarla -Ross se pone a mi lado señalando con su mano el camino.

-Claro -dije suspirando levemente, tengo que ver a ese hombre -. Lennox nos vemos luego, cuídate y no te preocupes demasiado -me despido con la mano y una sonrisa.

Después de 5 minutos en el carro, nos encontramos en los límites de la universidad, exactamente al inicio del bosque, sabía que había uno, pero nunca lo había visto.

Después de caminar un par de minutos, una pequeña construcción se dejó ver entre los árboles, es como una casa pequeña y elegante dentro de un bosque, si no fuera porque vi el camino hasta aquí, juraría que estamos en algún bosque fuera de la ciudad y no dentro de la universidad.

Ross me abrió la puerta para que entre cuando llegamos, por dentro, se ve como una casa de época colonial, pero con un sentido más moderno, algo que llamo mucho mi atención es lo alto del techo y los colores oscuros neutros con los que está diseñada toda la casa o al menos lo que veo.

-El señor la espera en su estudio -menciona Ross, el hombre parece ser de pocas palabras y su expresión es muy neutra, difícil de descifrar. Me guía por un pasillo hasta una puerta a la que tuve que bajar algunos escalones, me había dicho que venía a su oficina, pero esto es una casa completa -. La señorita Kuznetsova está aquí mi señor -anuncia, esto de "mi señor" es muy a la antigua, aunque supongo que la gente con dinero se puede quedar en el pasado en algunas cosas.

Enseguida, Ross abrió la puerta y pude ver el perfil del idiota frente a mí, está sentado tras un gran escritorio de madera, al parecer muy concentrado en los documentos que se encuentran frente a él, que, por cierto, no son pocos.

Cuando estuve de frente, levanto su vista hacia mí, señalando con su mano el sofá de cuero negro frente a él y volviendo su vista a sus documentos, lo que entendí y me senté dejando mi bolso a un lado junto con su chaqueta. Debo decir que me siento muy pequeña en este sofá, frente a ese enorme escritorio, en esta enorme habitación y ese enorme e idiota hombre, mi mirada recorre la habitación si saber que más hacer, hay una pared llena de libros, y tras de mí, una enorme ventana con vista al bosque, del otro lado, la pared está llena de retratos de personas muy parecidas y tras el idiota un enorme y a mi parecer antiguo, cuadro con el retrato de una mujer hermosa con el cabello suelto y totalmente negro.

- ¿Trajo su informe? -su voz me saco del ensimismamiento con el cuadro de la mujer, algo que al parecer noto por lo que menciono a continuación -. La mujer más importante de mis antecesores -tal vez su abuela o algo así, su imagen y mirada me recuerdan al hombre frente a mí.

-Mi portafolio académico, no tuve tiempo para hacer un informe -mencione buscando en mi bolso la carpeta, me da mucha pena no tener el informe, sin embargo, creo que es comprensible al recordar que no tengo nada en la cabeza sobre lo que ha pasado después de que me lo pidió.

-Con eso es suficiente por ahora, pero necesito ese informe y también que firme estos documentos -deje en su escritorio mi información y sostuve un extremo de los documentos que me extendió, no los soltó y fijo su oscura y profunda mirada en mí, le sostuve la mirada, aunque fue algo muy tortuoso, cuando lo mire mal al no verlo soltar los papeles él sonríe descaradamente -. Va a estar en esta habitación conmigo hasta la noche -la forma en la que dice me hace pensar cosas, cosas que en definitiva no debería, pero no me debo dejar influenciar.

Dulce Perversión (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora