Boda

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Zhan se quedó mirando al espejo, el atuendo que habían elegido para la boda civil si bien no estaba del todo mal tampoco era su preferido. Completamente de blanco, con esos adornos dorados que no terminaban de gustarle, su madre peino por última vez el cabello antes de acomodar el tocado, si es que se podía llamar así, era más bien un juego de horquillas plateadas que tenían un par de adornos colgantes, odiaba el maquillaje, más le habían puesto una base y un poco de color, el vomitar todo por las mañanas lo tenía un poco pálido.

-Te ves precioso hijo...

-Gracias mamá...

-No luces muy feliz...

-no lo estoy, estoy cansado y mareado, solo quiero que todo termine para poder recostarme.

-Zhan, calma, Yibo está muy feliz...

-Claro, como no es él quien está todo el tiempo vomitando y mareado, además de tener estás ansias de pronto de comer cosas... Ha, es diferente a lo que imaginé...

-Calma querido, mira, te traje unas ciruelas... Escuché que son buenas para el embarazo...

-Ha, que bien, huelen delicioso ¿Puedo comer algunas?

-papá eso las traje, recuerda, picante para niñas ácido para niños...

-aja... ¿Que hay de los donceles?

-humm... Intermedio, supongo...

-jajaja, gracias mamá, me ayudas mucho...

-Lo se hijo, si necesitas algo más...

-Humm, más de estás ciruelas estarían bien...

-Bien, en ese caso come o se preocuparan por ti...

-Ya se... solo un poco más...

Yibo miro a la puerta, sudando, quizá Zhan se había arrepentido de la boda, aunque fue él quien decidió todo, incluso que la boda civil fuera en Rusia. Para hacer una ceremonia posterior en China donde sería su lugar de residencia hasta que el bebé naciera. O quizá un poco más. Su padre le tocó el brazo, tratando de relajarlo.

-Ya se papá, pero esto es muy...

La puerta se abrió, dejando ver a un Xiao Zhan de blanco, su madre lo acompañaba sujetando el brazo del joven, mientras el padre de Zhan aguardaba en medio del camino por ambos.

Yibo recibió la mano de Zhan dada por sus padres, mientras escuchaban al ministro oficiar la boda Yibo noto que había una mancha apenas perceptible en el inmaculado traje de su esposo, era más bien una mancha entre rosa y verde.

-Firme aquí señor Wang Yibo...

Hasta que el hombre hablo Yibo reaccionó, tomo la pluma y firmo el acta de matrimonio, luego Zhan, pasaron los testigos y al final el juez.

-Bien, ahora puede besar al novio...

Yibo se acercó a Zhan, dando un ligero beso, apenas un roce de labios, los aplausos y Vítores llenaron rápidamente el pequeño salón donde se oficio la boda.

-¿Pasa algo Yibo? Te ves distraído...

-Estoy bien... Zhan... ¿Cómo ensuciaste tu traje?

-¿He?

-Aqui hay una mancha... Y otra en la manga...

-No es nada, de verdad, no te preocupes...

Sin más la fiesta se llevó a cabo de manera normal, entre conversaciones de los mayores y elogios de otros tantos por la hermosa pareja que formaban ambos chicos. Zhan se sentía un poco mejor ya que aunque fuera solo un poco ya estaba casado con Yibo y todo marcharia bien.

Fíjate en míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora