Dicen que soñar con ilusiones no está permitido para nosotros, que mantener los pies en la realidad es primordial. De todos modos, cuando te veo, las ensoñaciones son protagonistas de mi mente, imagino sin detenerte como será la vida junto a ti.
Pastelillos de fresas, con amor, tu enamorado anónimo.
— Silo sonríe libremente y ya —le animó Cian a un costado del casillero, Minho cerró la puerta del mismo con cierta brusquedad, para mirarlo—. Este tipo te trae mal ¿a que si?
El chico de cabellera verde suspiró cómo enamorado mientras no veía otro remedio más que asentir. En esos momentos desconocía sus propios sentimientos. No tenía idea que era lo que sentía hacia aquel chico desconocido, pero podía asegurar que le agradaba. De cualquier modo tenía miedo de tener sentimientos más fuertes por él. En unos meses más sería la graduación y no quería tener que enfrentarse a la despedida o peor aún a no conocerlo nunca. Entendía perfectamente la técnica de las notas, pero incluso así le parecía muy injusto no poder conocer directamente a quién sea que estuviera interesado en él, no poder verlo a los ojos ni saber como era su personalidad ¿Y si en realidad era un tipo malo?
Negó suavemente con la cabeza, volteó a ver a su amigo, quién aún seguía expectante por una respuesta.
— No lo sé —abrazó los libros que tenía en los brazos, se encogió de hombros con aflicción— ¿Y si no lo conozco nunca?
— ¿Has hecho tan siquiera el esfuerzo por encontrarlo? —Preguntó con un deje de ironía, él negó con la cabeza—. Entonces es también tu culpa.
— Pero no tengo ni una sola pista acerca de quien o cómo es.
— Solo ponte astuto, este chico parece conocer mucho de ti de modo que debe ser alguien cercano —mientras lo decía miró a todos los alrededores, como si esperase encontrar algún sospechoso en su campo visual.
Minho miró también por un instante, algunas veces también tenía la esperanza de que esa persona estuviera cerca, pero asimismo entendía que él no se arriesgaría de tal modo.
— Podría ser cualquiera de todos los alumnos y somos cientos...
— Pero, supongo yo, que cómo él no hay ninguno, al menos para ti. ¿Que me dices a mí siempre en cuanto a Jihwen?
Oh, no, Cian estaba a punto de hacerle perder la batalla utilizando sus propias palabras y eso, ante Minho, era un gran golpe a su pequeño ego.
— Que luches por su amor —admitió, declarandose perdedor.
— Exacto, no hay franqueza en tus palabras —aseguró el más alto, mirándolo frustrarse—. Ve y lucha por ese chico. No seas tan cobarde —concluyó antes de dar la vuelta, comenzando a marcharse hasta el salón—. Te veo en clase.
Minho sabía que Cian tenía razón, pero no quería dársela directamente. Tantas veces había regañado al chico por ser tan lento con Jihwen, pero él mismo no estaba haciendo nada para encontrar a su enamorado, quién tal vez sería el amor de su vida.
Dejó escapar todo el aire que había en sus pulmones en un suspiro largo y acomodó los libros para comenzar su camino al aula, tal vez luego consideraría buscarlo con empeño, por el momento ya estaba pensando demasiado.
En el transcurso pudo leer de manera rápida algunos carteles que comenzaban a pegar por los pasillos, el tema principal era respecto al Festival del Café, previo al comienzo de las prácticas para la superior, una manera de despedirse de talleres y clubes. En dicho evento se tenía que formar equipos para mostrar lo mejor de sus conocimientos en todos los años de talleres o clubes. Había competencias por categorías, también estaba permitido unificar conocimientos entre materias. Emocionaba a todos, era alguna clase de legado que los próximos egresados dejaban para los que se quedaban.
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Lo Que No Se Puede Describir (ADLNT) (ChanHo/Bangho)
Hayran KurguMinho había escuchado decir, por boca de los mayores, que la adolescencia era la edad perfecta para encontrar la felicidad, el camino de la vida, y sobre todo, el amor. A sus diecinueve años, estaba medianamente de acuerdo con ello. En medio del cao...