Capítulo 3

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¿Sabías que las fresas son la fruta representante del amor en ciertas fechas? Bueno, espero esta indirecta, muy directa, te parezca deliciosa.

Crumble de fresa para hoy.  Con cariño, tu enamorado anónimo.

— Félix debes probar esto, ¡es delicioso! —Exclamó Jisung, mientras limpiaba las comisuras de su boca, retirando las migas de pan.

— La octava maravilla del mundo —opinó Seungmin observando la porción que le quedaba para ofrecerla a Hyunjin, quién la aceptó con una suave sonrisa divertida— ¿No lo crees? ¿De que pastelería serán?

— Sería bueno saberlo —murmuró Hyunjin, con un suave encogimiento de hombros.

Minho se limitó a observar y guardar en su mente las buenas reacciones de sus amigos. Cada receso iban a almorzar a su mesa reservada en un rincón del comedor principal, nadie merodeaba por esos lugares así que era seguro para comer y platicar cosas privadas. En fin, decidió hacerse tonto jugando con la pajilla de su cajita de jugo. Eventualmente, luego de no haber podido comer nada de su regalo, comenzaba a preguntarse que iba a decirle a su enamorado si alguna vez lo conocía. No podía mentirle, no se sentiría bien con ello. Tal vez y sólo tal vez le tendría que explicar sobre la razón del porque no comía nada de sus obsequios, razonando qué en todo caso si ese chico lo quería como decía, iba a entenderlo.

Levantó la vista hacia el campus para observar a través de las paredes de cristal templado. Tenía buen panorama a los deportivos del colegio, donde algunos chicos jugaban un poco de fútbol para matar tiempo. Sobre todo los atletas, parecía que nunca era suficiente para ellos. Aún a la distancia ubicó Cian, su compañero de pupitre. Alguna vez Cian estuvo interesado en ganarse su cariño, pero en cuanto la convivencia los dirigió a la confianza descubrieron que lo mejor para ellos era ser buenos amigos. Cian contaba con su total lealtad y era mutuo. De todos modos, algunas veces Minho se preguntaba si debería haber aceptado que algo con Cian funcionase. Aunque reconocía que le parecía adorable cuando él suspiraba por Jihwen.

El amor adolescente era, entre todas las cosas, una cuestión de valor; no sonrojarse demasiado cuando se encontraba frente al motivo de sus suspiros era un asunto de valentía. Arte que, por el momento, Cian no dominaba. Lo cual llevaba a Minho a preguntarse si su enamorado anónimo tenía ese mismo problema. Si era demasiado tímido o si a caso el asunto de las notas era una técnica que utilizaría para siempre.

Suspiró para sí al observar la diversidad de chicos y chicas que merodeaban por el recinto escolar. La comunidad estudiantil era enorme y estaba conformada por una amplia variedad de personalidades.

— ¿Como creen que sea mi admirador? —Preguntó a sus amigos cuando el descanso terminó, los que se encontraban en el mismo curso fueron juntos. Jihwen se lo pensó un momento mientras Seungmin observaba también a sus alrededores— ¿Alegre, serio, tímido, con carisma o aburrido? Hay tantas opciones.

— Ni siquiera sabemos que edad tiene, a que grado y grupo pertenece —meditó Jihwen, observando a su amigo con una pequeña sonrisa encantada.

— ¿Crees que estás listo para conocerlo ya? —Indagó Seungmin, consiguiendo que él negara inmediatamente—. ¿Cuándo lo estarás? —le preguntó, pero Minho volvió a negar, con un encogimiento de hombros.

— De todos modos el chico no parece interesado en mostrarse y yo no voy a sugerirlo.

Los tres decidieron finalizar el tema y no mencionarlo el resto del día. Jihwen comprendía a mayor cabalidad lo que Minho estaba experimentando. Entendía el concepto de las notas, pero en realidad, ¿como se enamoraría de alguien que no le permitía conocerlo?Suspiró cuándo ingresaron al salón de clase. Fue directamente hasta su asiento notando en el transcurso que Seungmin volvía a salir del aula, para ver a Hyunjin, quién había aparecido por alguna razón, probablemente con una excusa boba.

Sonrió contenta al ver al sirenio reír con el chico dragón. Luego su mirada viajó hasta Minho, quién acomodaba tranquilamente su material de trabajo. Sus amigos estaban encaminándose muy bien en el asunto del romance, mientras ella seguía más sola que una raíz. El tema de las relaciones interpersonales habían sido su piedra de tropiezo en muchas ocasiones durante los últimos tres años. A pesar de que le habían gustado muchos chicos nada le funcionaba, incluso en algún momento estuvo medianamente interesada en alguien que pertenecía a los atletas, pero terminó tan mal como empezó. Apoyó la mejilla en su mano, observando una vez más a Seungmin. Tal vez si la juventud decidía sonreírle podría algún día tener una relación bonita.

-— Hola, Jihwen —le saludó su compañero de pupitre, sentándose junto a ella. Jihwen le dedicó una sonrisa tranquila—. ¿Por qué la cara larga? ¿No te sientes bien?

— No es nada, Dario, solo estoy esperando a que llegue el profesor —respondió al chico de cabellos azabaches, este le otorgó su suave sonrisa tímida antes de acomodarse a fin de apoyar la cabeza en su hombro. Aunque Dario era más alto solía ser más del tipo de chico tímido y adorable, cosa que a Jihwen le agradaba mucho de él.

Se rio suavemente cuando él se acomodó y cerró los ojos. El chico podía dormirse en los brazos de cualquier persona si se quedaba quieto por un par de minutos. Sobre todo con ella, se conocían de mucho tiempo, eran vecinos. En un tiempo pasado le había gustado sólo un poco Dario, pero terminó dándose cuenta que no era más que cariño amistoso, porque estaba segura que estar con él en una relación no funcionaría demasiado.

Minho sonrió con diversión al ver la escena de Jihwen y Dario, se permitió reír con travesura, notando a Cian estresado en cuanto a eso.

— Solo díselo y ya —le animó, pero el de cabellos un poco más largos, negó inmediatamente—, vamos, Cian.

— No te burles de mis sentimientos. Jihwen me gusta demasiado, pero tengo miedo de que me rechace y ni siquiera podamos seguir siendo amigos.

— Eres demasiado lento. Sólo ve y habla con ella.

— Estoy esperando el momento —dijo con un deje de dramatismo en la voz, que Minho aprovechó para rodar los ojos—. Ten paciencia conmigo.

— Como tú digas —aclaró levantando una ceja, mirándolo y juzgandolo al mismo tiempo—, mientras que ese 'momento' no sea cuando ya nos estemos graduando está bien.

— No, para nada, te prometo que se lo diré antes.

Minho estaba a punto de decirle que, francamente, no le creía, pero tanto Seungmin como el profesor habían ingresado al aula, así que optó por simplemente asentir.

¿Te han dicho alguna vez lo bonito que eres cuando estás concentrado en lo que haces? Adoro cuando estás ocupado con tu club de cultivos, eso es realmente bonito.

Enamorado anónimo.

Lo Que No Se Puede Describir (ADLNT) (ChanHo/Bangho) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora