Me encontraba caminando hacia la habitación de mi chica junto con un regalo por nuestro segundo aniversario como novios. Me acerque para tocar a la puerta pero en cambio escuché gritos adentro.
- ¿¡Que papá que!?.- escuché que dijo enojada _____.
- Tranquila Ocho, tampoco es para tanto.- comentó Luther.
- ¿Sabes que?. No lo acepto.- se defendió a lo que no espere más y entre a lo que los dos voltearon.
- Luther, ¿Nos permites?.- volteó hacia _____ quién ni siquiera le prestó atención, entonces el me asintió y salió.
- Feliz aniversario bonita.- le entregué su regalo, algo pequeño pero significativo para ella: Un girasol y un libro.
- Gracias Cinco. Yo también te tengo un regalo.- sonrió levemente para tomarme de la mano.
- No te hubieras molestado.- negó con la cabeza y _____ abrió un portal para llegar más rápido a su destino.
- Bienvenido.- enfrente de nosotros había una pequeña cafetería que se encontraba casi a las afueras de la ciudad.
Sonreímos y entramos para empezar a pedir.
- Te vi un poco...exaltada. No quiero entrometerme de más pero si te sientes indispuesta podemos dejar esto para después.- le acaricié el dorso de la mano.
- Tranquilo, luego te contaré así que por mientras, disfrutemos de este momento.- se acercó y .e plantó un largo beso que fue interrumpido por un carraspeo a lo que volteamos.
- Buenos días niños, ¿Que van a pedir?.- comentó amable una señora de 30 y tantos años.
- ¿Esto es cierto?.- preguntó mi novia señalando el logo del menú.
- "Una de las mejores experiencias de la comida"...si.- respondió con una sonrisa.
- Voy a querer un banana Split con cerezas extra, panqueques con arándanos y un chocolate caliente, por favor.- pidió amablemente.
- Vaya, tienes hambre.- soltó unas risitas, creo que, esto no terminará bien.
- Si claro.- sonrió falsamente. - Y una cuchara de mierda.- comentó sería a lo que la señora la vió incrédula.
- ¿Perdón?.
- Para el.- mi novia me señaló y solo saludé, será mejor no entrometerme.
- Perdón, no puedes utilizar ese lenguaje o les pediré a ti y a tu novio que se retiren.- comentó seria.
- Ok ok, lo siento, lo siento...lo siento.- respiró profundo, insisto, esto no va a terminar bien. - Voy a querer una gran banana de mierda con muchas malditas cerezas...
- Bien, se acabó...- está volteó. - ¡Marvin, Marvin!.
- ¡Oh si , ve por Marvin!. ¡Acer si Marvin me puede hacer una banana, maldita zorra!.- gritó enojada y yo solo aguantaba las ganas de reírme.
- Ah...- mi novia tomó su bolsa de regalo y se levantó.
- ¡Adiós Marvin!.- gritó y salió del establecimiento dejándome solo con la señora quien me veía asustada.
- Es perfecta.- comenté con una sonrisa y salí para alcanzar a mi chica.
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- Perdón por la vergüenza que te hice pasar.- murmuró mientras estábamos sentados en el techo de la academia disfrutando el atardecer.
- Descuida, lo único que hiciste fue defenderte, lo pensaba hacer pero se que te gusta hacerlo por tu cuenta.- asintió con una sonrisa y se recargó en mi hombro.
- Cinco...
- ¿Si amor?.
- ¿Te acuerdas cuando llegué a la academia?.- ambos soltamos unas risitas.
- ¿Cómo olvidarlo?. Fui un completo idiota.- negué con la cabeza.
- Un guapo idiota, eso sí, no sé por que te enamoraste de mi.- le acomodé un mechón.
- Eres tan hermosa como un atardecer, tan delicada como una flor, tan brillante como el sol, tan llena de vida y de sueños.- la besé fugazmente.
- Que.. poético.- me abrazó a lo que sonreí.
- Por cierto, dije que no quería entrometerme de más en tu vida pero, ¿Por qué estabas enojada?.- le pregunté.
- Papá dice que la cafeína es mala para nuestro organismo a nuestra edad y más ahora que estamos en entrenamiento. Cancelará el café.
- ¿¡Que el que!?.- me levanté exaltado, ay no.
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→ Ame este capítulo, amo la mayoría cuando en verdad me esfuerzo. :V