- Agh, esto es imposible, amor.- Cinco se levantó frustrado del suelo.
- Oh, vamos. No te rindas. Mira...- tomé sus manos y formé un corazón con ellas.- ¿Ves?.
- Que...lindo.- me sonrió sonrojado.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- ¿Sabes?. Me agrada estar contigo, contigo...todos mis problemas desaparecen y solo hay paz.- enrollamos nuestras manos.
- Me siento igual. Gracias por estar aquí, conmigo.- me besó el dorso de mi mano.
- Gracias a ti por nunca abandonarme. Estuvo bien que dejarás de lado por ahora eso del viaje en el tiempo.- asintió.
- Me hubiera perdido de esto...no loco.- ambos reímos.
- Papá me explicó una manera eficaz de controlar mis poderes.- me vió de reojo y su vista volvió hacia la luna con una pequeña sonrisa.
- ¿Ah, si?. ¿Y cuál es?.
- Dice que mis poderes dependen de mis emociones, si controlo esas, controlare lo demás.- expliqué.- Lo mejor sería pensar en lago que me hace feliz.
- Oh sí, ¿Y que te hace feliz?.
- Tu.- este se volvió a sonrojar.
- ¿Yo?. Obviamente.- sonrió orgulloso.
- Que no se te suba a la cabeza solo por ser lindo...- asintió.- Con unos ojos hipnotizantes...- volvió a a asentir.- Suprema inteligencia.- asintió nuevamente sonriente.- Y unos labios...
- Pero que coqueta.- ambos reímos levemente.
Sin duda tenía a un chico maravilloso a mi lado y para siempre en mi vida.
°°°
- Bien, número Ocho. Hemos terminado por hoy.- me quitó la banda después de que mamá me intectara.
Anoche hubo un frío insoportable pero Cinco y yo no íbamos a perder la oportunidad de pasar tiempo a solas en una maravillosa noche.
- Puedes retirarte, cariño.- mamá sonrió, asentí y salí de ahí limpiandome con un trapo la nariz.
De repente ví esa característica luz azul, Cinco había llegado a mi lado sonriente pero al verme enferma se preocupó.