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" Dieciocho de nuevo ".
Cinco Hargreeves.
Edad: 38 ¿O 18?.

- Cinco -
«« 20 años atrás.

Me llamo Cinco Hargreeves. De seguro la mayoría me ha de conocer, pues soy el quinto de la Academia Umbrella. Pero hoy no hablaremos de eso, sino de mi y mi vida. He cumplido uno de mis sueños, jugar en el baloncesto hoy con 18 años, soy el mejor en lo que hago y agradezco eso.

Entre a la universidad y por suerte estoy estudiando fuera de casa y lejos de todas las reglas de papá.

No nos meteremos tanto en los estudios, mejor en la chica linda, aspirante radiodifusora. Es la mejor que narra durante los partidos y a decir verdad, es muy linda. Se llama _____ y es la mejor persona que pude haber conocido.

Una cosa llegó a otra y terminamos siendo novios, esposo y nueve meses después...padres de mellizos.

Lastimosamente, como todo bueno empezar...todo mal debe terminar...¿O no era así?.

— Quiero el divorcio.— las palabras de ____ me partieron en mil pedazos el corazón.

Últimamente habíamos tenido falta de comunicación y los problemas se acumulaban por lo que decidimos que lo mejor para nuestros hijos, era separarnos...¿Que dijeron?. ¿Tan rápido te rindes?...pues no.

Tuve que dejar el baloncesto y mi otro trabajo, para trabajar en una compañía de reparaciones. Y ____ dejó su trabajo como maestra para ver por los niños aunque claro, es responsabilidad de ambos.

— Oye, todavía no estoy divorciado.— bufé hacia tal invitación que me había hecho mi compañero. Pues tenía un plan para recuperar a mi esposa.

Decidí ascender en mi trabajo pero tan solo lo empeore así que termine siendo despedido.

— ¡Deja a tu noviecita esa!. ¡Tus malcriados estarán mejor sin tí y esa zorra!.— me levanté y golpeé su cabeza contra la mía.

— ¿Sabes que?. No me despides...yo renuncio.— comenté enojado para después salir de ahí dejándolo asombrado.

°°°

— Ojalá todo fuera más simple como cuando tenía 18.— tomé el balón de básquet.

Regresé a mi antigua universidad donde recordé los antiguos partidos que ganaba.

— Si logro este tiro, mi sueño se hará realidad. Cinco Hargreeves, volvamos.— aventé la pelota hacia la canasta, un trueno se escuchó a lo que brinqué un poco del susto. Parezco estúpido.

Me dió una punzada en la cabeza a lo que negué. Tal vez el té del viejito me hizo daño.

°°°

A la noche siguiente, salí sin ganas, así eran todos los días desde que ____ y yo nos separamos. Me adentré a una tienda de 24/7. Abrí la nevera y saqué una cerveza, me dirigí hacia la cajera, saqué mi billetera junto con mi dinero para poder pagar.

— ¿Puedo ver su identificación?.— preguntó...esa voz, esa voz.

— ¿Mi identificación?.— usualmente aparento mis treinta y tantos años, hace años no me pedían mi identificación.

— Si.

— Ay, ¿Encerio?.— sonreí, ¿Que?. Hay que verle el lado bueno de las bromas que los adolescentes te hacen.— No puedo creer que a mí edad me pidan identificación.— bromeé.— Bien señorita, ¿Cuánto será?.— mi sonrisa se borró al verla.— ¿Tú?. ¿Que estás haciendo aquí?.— alejé mi credencial. Mi hija estaba trabajando cuando yo les doy dinero.— ¡Deberías estar estudiando ahora mismo!.

ᴼᴺᴱ ˢᴴᴼᵀˢ // ᴬᴵᴰᴬᴺ ᴳ. ⁻ ᶠᴵⱽᴱ ᴴ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora