Mixoma en el corazón, padecimiento que puede ser mortal si no se trata, a veces este no se muestra hasta que yace un avanzado daño en quien se desarrollar. Puede ser genético o puede desarrollarse sin antecedentes de él en la familia.
Luffy, un uni...
No debimos bajar la guardia. Debimos cuidarlo más, pero ¿Cómo unos jóvenes universitarios podrían hacer algo por él?
—¿Qué fue lo que ocurrió? —me pregunta el abuelo de Luffy, está preocupado y yo demasiado nervioso.
Tartamudeo antes de poder responder.
Mi hermano Yonji, me arrebata el teléfono y habla por mí.
—¿Señor Garp? —hace una pausa. —Sí, vino a dejar a Sanji a la casa y sufrió un desmayo, aún no despierta, pero está respirando. Padre, Niji, Ichiji, Sanji y yo lo llevamos al hospital. —Me mira y niega con la cabeza. —Sí Sanji sabe dónde es.
Me siento culpable, debí cuidarlo más, debí decirle que no debía jugar tanto, sus emociones explotan con facilidad, debí calmarlo.
Ichiji me coloca su mano en mi hombro y lo aprieta con cariño. —No es tu culpa.
Asiento y sigo revisando la respiración de Luffy.
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El doctor del sombrero blanco con manchas negras sale a la sala de espera y nos busca con la mirada. Garp es el primero en levantarse e ir a recibir las noticias.
Mi padre llega, tiene cuatro cafés de Starbucks y me entrega uno de ellos.
—Sanji —su voz grave se suaviza. —El señor Garp necesita todo nuestro apoyo en estos días, no solo él, los hermanos de Luffy también.
—Gracias —susurró con la mirada baja. —Y perdón.
—Ey —su tono es paternal. —Garp es un viejo amigo, él estuvo ahí cuando tu madre...
Asiento dándole a entender que no debe seguir.
—Ayudaremos en lo que podamos.
Miro al viejo y al doctor hablando, tomo un sorbo del café, es muy dulce, justo cómo le gusta a Luffy.
Me levanto para recibir a al viejo Garp, pero mi padre se levanta y le ofrece un café. Hablan y de vez en cuando asienten con una mirada compasiva.
—¿Sanji? —me llaman, al escuchar su voz me emociono.
El chico rubio, alto, de traje azul me recibe con los brazos abiertos en un fraternal saludo.
—Tanto tiempo —saludo separándome de él.
—Demasiado.
Se hace un silencio y se rompe hasta que Garp y mi padre se nos unen.
El estado de Luffy no es crítico, solo fue una recaída, aún así debe estar en reposo y se quedará a ser observado por especialistas. De nuevo, la culpa me carcome. Salgo del hospital y aviso a los chicos del estado de Luffy. Nami comenta que debí estar asustado, pero que agradecía que fuese conmigo. Franky y Brook me piden que cuide de él y que les diga las nuevas noticias.
Es increíble como la amistad de Luffy nos ha unido aunque seamos de diferentes grados. Enciendo un cigarrillo y lo llevo a mi boca. Es un chico increíble, energético y me ayudó a conocer al chico más increíble del mundo. Comienza a lloviznar y una gota apaga mi cigarrillo.
Quiero protegerlo.
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¡Buenaaas!
Solo me paso aquí a agradecer sus comentarios y sus estrellitas, de verdad, gracias.
Este Fic planea ser corto, así que trataré de actualizar seguido.
