FIESTA.

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Nami.

La cara de Luffy al ver a todos sus amigos y conocidos acercarse y saludarlo hace que todos los berrys que juntamos vendiendo los pastelillos que nos desvelamos días haciendo valgan la pena. 

Creímos que sería imposible que esto pasará, creímos que seria el primer año que no haríamos una gran celebración por uno de nuestros amigos, el año pasado él eligió que la temática fuera de disfraces y todos fuimos disfrazados de piratas, para el de Zoro todos nos disfrazamos con temática de Hallowen y para el de Sanji todos éramos chefs. 

No me imagino que mi vida siga igual sin este grupo de amigos.

Luffy se acerca a mí, está sonriente y trae consigo un par de vasos con refresco. —Gracias —me dice sonriendo. —Sanji me dijo que tú los organizaste para lograrlo.

—Bueno sí, sin mí no serían mas que un montón de monos ruidosos —ríe y asiente. —Pero el de la idea ha sido Law. También el que logro que estemos aquí—. Me mira asombrado. Sus ojos brillan y sé que él está enamorado.

—Luffy, ¿te gusta Law?

Juega con los vasos que tiene entre las manos y sonríe. —Sí. Quiero decirle que seamos mas unidos.

—¿Novios? —sonrío y él se hace pequeño.

—No comprendo nada de eso, pero aprenderé si eso me permite estar con él, salir a que comamos carne y seguir hablando sobre nuestros sueños.

Estoy por decirle que eso es mas que suficiente para entender que pierde la cabeza por el Doctor Law, pero él pelinegro llega e inmediatamente se lo lleva para conversar lejos de la multitud.

Los veo alejarse y me alegra que a Luffy lo acompañe alguien que puede salvarlo de muchas maneras.

Los veo alejarse y me alegra que a Luffy lo acompañe alguien que puede salvarlo de muchas maneras

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Law.

—Gracias por venir —los amigos de Luffy son los últimos en irse, insistieron en que no se marcharían hasta que todo quedara limpio y así fue, el comedor del hospital quedo impecable y sin rastros de haber sido sitio de una celebración.

—Gracias por dejarnos celebrarle a Luffy —habla el rubio. —Sabemos que entre ustedes hay algo.

—Y esperamos que cuides de él, Doctor Law —completa el peliverde.

—No hablen como si fueran los padres de Luffy—. La pelinegra que los calmó se ríe ante sus comentarios negando ser una pareja, aunque hasta yo sé que esos dos se traen algo en manos. —Gracias por cuidar de él. 

Asiento y todos suben a los Ubers que les he pedido. Aunque se han ido todos no entro al hospital, sé que si pongo un paso ahí volveré a preocuparme. Han pasado meses y los donantes que llegan no son compatibles con Luffy, si esto sigue así, puede que no haya...

Entro al hospital y camino entre pasillos blancos hasta la habitación de Luffy.

—Ese chico, Zoro, se ve que es atlético, ¿qué practica? —escucho la voz de Kid.

—Es un gran samurái, desde pequeño ha sido muy bueno en el Kendo.

—Vaya que tienes amigos interesantes, y amigas hermosas.

—Tú también eres un amigo para mí —la risita de Luffy, tan animada y sincera hace que todo lo que dice suene sincero e inocente.

Entro a la habitación y los veo a ambos sentados en la misma cama hablando, aun cuando la habitación es muy oscura la luz que entra por las ventanas los ilumina. Ilumina a Luffy.

Cuando se percatan de mi presencia Kid le da las  buenas noches a Luffy y regresa a su cama. —Tengo el sueño pesado, pero no se aprovechen de eso —bromea.

Lo ignoro y le hago señas a Luffy para que me acompañe. Lo guio hasta el comedor y al entrar me apresuro a prender las velas que iluminan los platillos que he encargado para él desde el restaurante en el que fue nuestra primera cita.

Sonríe y con emoción toma asiento en una de las frías bancas. 

—Feliz cumpleaños —coloco mi servilleta en el cuello de mi camisa y sonrío al ver como pone la suya sobre sus piernas. 

—Gracias, Torao —está a punto de comer, pero se detiene, hago lo mismo y el tenedor con pasta que iba hacia mi boca vuelve al plato. —¿Te gusto?

La pregunta me sorprende. —Me gustas.

—¿Quieres que después de que mi cirugía se un éxito, salgamos a explorar todo el mundo?

Tomo su mano, está temblando. Realmente hace frio. —Saldremos juntos a donde sea que tú desees ir. Porque eso hacen los novios.

Todo rastro de duda se disipa de su rostro y sonríe. Comenzamos a comer y verlo tan feliz me llena el corazón.



CORAZÓN. (LAWLU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora