CORAZÓN. (LAWLU)

LAW.

Luffy.

Después de la fiesta mi salud mejoró considerablemente, y gracias a eso pude salir e ir a la escuela. Extrañaba a Kid y a las enfermeras, era divertido pasar mis días hablando con ello. Aunque también extrañaba a mis amigos. Verlos a todos juntos me hacía ser fuerte cuento estaba dentro del hospital, sabía que debí salir de ahí pronto para volver a estar con ellos.

Al terminar la escuela Law pasó por mí, atrajo demasiadas miradas al llegar. Me esperaba recargado en su lindo auto, todo vestido de negro y con gafas oscuras. Pude oír a varias de mis compañeras que se trataba de un cantante famoso, de un modelo o tal vez de algún actor que acababa de debutar, pero nada de eso, solo era Law.

—Tu novio llama mucho la atención —comentó Nami.

—Lo mejor era que te esperara en la puerta trasera, no aquí donde todos lo miran como si fuera un idol.

—¿Te parece un idol? —Zoro caminó hasta nosotros y abrazó a Sanji.

—Cada día se forman más parejas y yo sigo tan sólo como un alma perdida —se quejó Brook.

Ellos se despidieron de mí antes de llegar con Law, el cual al verme se quitó sus gafas de sol y abrió sus brazos recibiéndome en un fuerte abrazo. —Te extrañé —susurró contra mi cabello. Podía sentir las miradas de todos en nuestras nucas, clavándose y seguidas por comentarios que decidimos ignorar.

—También yo.

Law.

Me prometí  mí mismo no ir rápido con Luffy, al final la diferencia de edad era un problema, no quería que se sintiera incómodo o presionado, tampoco que su abuelo se molestara o que sus hermanos tuvieran la necesidad de asesinarme, sobre todo el pecoso. 

Y debido a eso comenzaba a dudar sobre cómo debía actuar cuando estaba con él. Las dudas se disiparon cuando la noche anterior,cuando recibí un mensaje de Luffy en el cual me invitaba a pasar el fin de semana en su casa. Su abuelo había escuchado de mí y estaba emocionado por conocerme fuera del hospital. Claro que sus hermanos también estarian y eso sonaba más a una presentación familiar a solo un fin de semana con mi novio.

Luffy era mi novio, a veces esas palabras me sonaban lejanas y me costaba procesar lo que eso significaba, para ambos. No solo era su novio, también su doctor. 

Cuando llegué a su escuela me di cuenta que salía con un universitario, uno que iba en una buena escuela y que tenía amigos geniales. Verlo con todas esas personas a su espalda, siguiéndolo, lo hacían ver como un capitán, uno que es seguido por personas asombrosas.

Al no saber cómo recibirlo me conformé con un abrazó. Eso era más que suficiente, por ese momento.

En el camino tomó completo control de mi playlist, y me alegró saber que teníamos gustos musicales parecidos, muy cercanos. Queria saber mas sobre él y amaba poder hacerlo. Amaba que me contara sobre su canción favorita, sobre su sabor de helado favorito, su color y su animal preferido, sobre la mascota que tuvo hace unos años y la que tuvieron Zoro y Nami. Sobre cómo conoció a Nami, sobre cómo Nami amaba las mandarinas y sobre como Sanji hacía el mejor jugo de mandarina que haya probado. Todo sobre él dice tiene sentido, lo tiene para mí. De verdad amaba escucharlo.

—¿Tienes alguna canción que te guste? —preguntó mientras busca alguna en mi teléfono. —Debe haber alguna que te haga sentirte feliz.

Lo observé con atención mientras trataba de recordar. —Hay una —aproveché que el tráfico nos ha hecho detenernos y tomé el teléfono de entre sus manos. 

Comenzó una balada baja, tranquila, una letra que hablaba sobre qué era lo único que  necesitaba ahí conmigo, sabía que conocía la canción y que probablemente tenía una pequeña idea de lo que dicía. Acomodó su cabeza sobre mi hombro o cerró los ojos. 

El tránsito continuó con normalidad y debió acomodarse en su asiento cuando la canción terminó. 

—Le agradas a mi abuelo.

No necesitaba preguntar, él solo daría la respuesta correcta en el momento correcto.

Mi Pretty Boy.