ROJO Y AMARILLO.

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Luffy.

—Y entonces Zoro derrotó a ese villano de un solo movimiento.

—Parece ser fuerte, pero apuesto a que le ganaría con el personaje más débil —se jacta Kid.

Hace unos días que me siento mejor. Después de notar en mi esa mejoría decidieron subirme a un piso lleno de otras personas, entre ellas: Kid. Un chico pelirojo muy interesante, le gustan las motos y participa en carreras realmente impresionantes dónde hace trucos y parece divertirse muchísimo.

Al igual que yo, tiene problemas con su corazón, aunque él lleva más tiempo siendo tratado y a veces puede subirse a su moto y dar largos paseos. Me alegra tener con quien hablar. Aunque realmente extraño a Zoro y los demás.

 Aunque realmente extraño a Zoro y los demás

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Luffy.

—¿A dónde vamos? —le pregunto a Law. No contesta, solo me guía entre pasillos blancos, parece buscar algo. —Hace unos días jugaba con Kid a ver quién comía más bolitas de pan. La enfermera nos regañó por comer tan rápido. Eso nos causó dolor de panza.

—¿Te agrada Kid?

—Sí. Es muy genial, es divertido y aunque no tiene cejas se ve bien.

—¿Para ti se ve bien? —nos detenemos frente a los baños.

—Para todas las enfermeras se ve bien.

Asiente y me empuja por los hombros para entrar al baño.

Pone en mis manos la mochila que usaba para ir a la escuela y está por cerrar la puerta pero lo detengo.

—¿Qué es todo esto?

Me mira unos segundos y suspira. —Confía en mí —me besa y entramos ambos en un cubículo de estrechas paredes azules. Escucho la puerta cerrarse detrás de él, apenas lo noto pues es mayor el sonido de nuestros labios encontrándose y devorándose.

Se separa unos centímetros de mí y sus ojos me miran con brillo en ellos, es como si viera el mar por primera vez, o en su caso, una autopsia perfecta.

No comprendo lo que pasa en mí, en mi corazón, en mi mente. Me revuelvo incómodo, porque tampoco comprendo con exactitud lo que pasa con mi cuerpo.

Torao lo nota, así que toma su distancia. —Te espero afuera— y sale sin decirme más sale. 

Noto que mis manos están temblorosas, me apresuro a cambiarme para ir con Torao. Espero que salgamos de nuevo, que nos besemos de nuevo, que le pueda decir formalmente que no solo quiero que seamos amigos que se besan, que quiero tener algo más y que cuando yo salga de este hospital, cuando el me haya curado, quiero que nos sigamos viendo y hagamos muchas cosas.

Quiero decirle que me ha dado una nueva meta y quiero vivir para lograrla.

Salgo y al verme se acerca a mí sonriendo,  lleva su mano a mi cabeza colocando en ella mi sombrero, seguido me hace señas para que salgamos de ahí. Se detiene frente al comedor, busca su teléfono en sus bolsillos y yo me pregunto qué trama; hace una llamada y al colgar las dos enormes puertas del comedor se abren de par en par y solo puedo ver confeti llover hacia nuestra dirección. De fondo se oye un "¡SORPRESA!" eufórico y aplausos.

—Feliz cumpleaños, Luffy —me susurra dejando un beso en mi oreja. 

Lo había olvidado.


CORAZÓN. (LAWLU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora