Mixoma en el corazón, padecimiento que puede ser mortal si no se trata, a veces este no se muestra hasta que yace un avanzado daño en quien se desarrollar. Puede ser genético o puede desarrollarse sin antecedentes de él en la familia.
Luffy, un uni...
—Pero solo serán un par de horas, han pasado semanas y se ve notablemente mejor —lucho porque mi petición sea escuchada. —No te pido más que unas horas.
—¿Lo hablaste con sus parientes?
—Hablé con todos, ellos están entusiasmados por la idea —controlo mi tono de voz, pero la irritación está suplantando a mi poca paciencia.
—No —repite Dofflamingo, el director del hospital. —No puedo permitir que salga, así que solo haz tu trabajo y déjate de atenciones extras.
Aprieto los dientes, que impotencia no poder hacer más.
—Dime algo —.Lo miro con atención. —¿Lo haces porque es un día especial? o ¿O por qué puede ser el ultimo cumpleaños que celebre? ¿tan poco confías en ti mismo y en lo que mi hermano te enseñó?
Corazón...
—Te prohíbo que hables así de él.
—¿De él? —ríe con sarcasmo. Me dedica una mueca de desagrado y se cruza de brazos, dejándose caer sobre la silla con prepotencia. —Hablo de ti y de tu incompetencia.
—No soy ningún incompetente.
—Sal de aquí —ordena y suspira.
Hago el mayor esfuerzo por no borrar su sonrisa con mi puño y salgo de ahí. Apenas camino unos metros y me desplomo, mi cuerpo pesa y en mi mente hay un puñado de pensamientos llenos de ira y tristeza.
—¿Torao? —levanto la vista, aparto mis manos de mi cara y ahí está él. Ya no usa el suero y no se recarga en las paredes para caminar. Él está luchando y yo debo ayudarle para que no se rinda. Para que su cuerpo no se rinda.
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—Es una pena que no le hayan dado permiso —suspira el chico de nariz larga.
—Era de esperarse, Luffy no debería salir hasta que pueda correr un maratón —bromea el musico del grupo. —Aunque yo moriría en el intento.
Me sorprende como un chico cómo él pudo unir a un grupo tan diverso.
—¿Cuál es le plan? —inquiere la chica pelinaranja. —¿Podríamos ayudarlo a escapar?
—Podríamos hacer una pequeña celebración dentro del hospital —. Sé que puede ser mala idea, pero no perdemos nada con intentar. —El director saldrá del país por un par de días, yo quedaré a cargo así que.... —comienzo a contarles el plan, parecen entusiasmados. Hablamos entre susurros para que las personas en la sala de espera no escuchen de más.